Blog de Alfredo20032

Comentarios, desde la izquierda, de la actualidad política y social, con referencias esporádicas a otros temas más o menos relacionados.




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28 febrero 2015

Renovación generacional

La renovación generacional forma parte de la naturaleza de las cosas. Las generaciones nacen, maduran, se agotan y son finalmente sustituidas por las generaciones siguientes, que pueden ser mejores o peores.

Cuando se trata de renovar puestos de la máxima responsabilidad política, hay que acertar con el momento justo, para no prolongar más de la cuenta el mandato de dirigentes que ya no están en las mejores condiciones para ocupar el puesto, con independencia de la brillantez que hayan tenido anteriormente, ni sustituirlos antes de tiempo, muchas veces por  "jovencitos" ambiciosos e impacientes por meterse en "los zapatos de su padre".

En las últimos meses, en España ha habido una fuerte renovación de dirigentes políticos. Estos relevos se han asociado con un cambio político, necesario según algunos analistas para renovar las "viejas guardias" y por el desgaste e incluso la degradación, del sistema democrático nacido con la transición de 1975.

No comparto este análisis porque, aunque la constitución del 78 necesite una actualización, los avances conseguidos en ella no han dejado de ser válidos en lo sustancial.

La desconfianza actual se deriva de la crisis económica europea, que los últimos gobiernos españoles y europeos no han sido capaces de resolver, agravada por algunos lamentables episodios de corrupción y malas prácticas que se ha tardado mucho en detectar y empezar a erradicar, pero que el sistema vigente, con los mecanismos políticos y judiciales vigentes, está atajando con bastante eficacia, aunque también con mucha lentitud. 

En cualquier caso, no es posible aplicar a todas las renovaciones de liderazgo que se han producido, el mismo patrón, cada una de ellas tiene sus propias características.

La abdicación del Rey J. Carlos, es el relevo que más se aproxima a las circunstancias naturales: un rey mayor y aquejado de múltiples dolencias que, además, en los últimos tiempos había protagonizado algún escándalo personal y sufrido las imputaciones de su hija por el caso Noos, tomó la decisión de dejar el trono. El Rey J. Carlos  ha tenido un papel muy relevante en la reciente historia de España: la transición y  sus actuación positiva el 23F le avalan. El nuevo Rey está por descubrir, cumplió razonablemente durante su etapa de heredero sin que haya todavía tenido ocasión de mostrar ninguna actuación notable.

La renovación en la S.G. del PSOE ha sido debida a la asumpción de responsabilidades políticas del anterior S.G., que pagó con su retirada los malos resultados electorales de las elecciones europeas. 

La trayectoria política de  A. P. Rubalcaba ha sido impecable y hay que lamentar que haya tenido que dimitir. Hubiera sido un excelente presidente del gobierno si hubiera podido seguir, pues se ha retirado en plena madurez política.

Su sustituto P. Sanchez tiene todavía una trayectoria política muy corta y en los pocos meses  que lleva de S.G.,  ha dado una de cal y otra de arena. Su intervención en el último debate del Estado de la nación (DEN) fue, en mi opinión, muy acertada.

La última renovación se ha producido en IU, donde A. Garzón  ha sido nombrado candidato a la presidencia del gobierno. El anterior líder, Cayo Lara, ha sido un dirigente de perfil más bien bajo que no ha mejorado la gestión política de su predecesor G. Llamazares.

Alberto Garzón ha empezado con mal pie su liderazgo, interviniendo la organización de Madrid y dejándola profundamente dividida. Su apoyo casi incondicional a Tania Sanchez lo ha hecho aparecer como un submarino de Podemos. El discurso duro y demagógico que  ofreció en el DEN fue también más propio de Podemos que de IU.

En la misma línea de lideres de  última generación aparecen los de los dos nuevos partidos emergentes en el escenario español: Pablo Iglesias de Podemos y Albert Ribera de Ciudadanos (C´s).

Pablo Iglesias, máximo dirigente de Podemos, es un hábil orador con tintes populistas que ha conseguido el apoyo de una buena parte de la sociedad española a base de decirle de forma clara y con lenguaje llano lo mal que están las cosas aunque, luego solo sea capaz de dar soluciones voluntaristas y demagógicas de casi imposible aplicación. Después del excelente resultado que obtuvieron en las elecciones europeas, han ido adaptando el discurso a la realidad aun manteniendo el estilo populista.

Por último Albert Rivera, que ha proyectado C´s desde Catalunya, aparece como un político atractivo, racional y sensato que recuerda a algunos dirigentes de la antigua UCD de los años 70. Puede jugar un papel importante en los próximos años.

En contradicción con la moda de los dirigentes jóvenes, el PSOE e IU de Madrid han decidido apostar en las elecciones autonómicas por dirigentes menos juveniles, pero más sólidos y solventes con un fuerte bagaje intelectual, se trata de los catedráticos de ética, Angel Gabilondo y de literatura, Luis García Montero. Esta apuesta inversa a la renovación generacional, ha tenido una gran aceptación entre las bases de los dos partidos de izquierdas lo que, de alguna manera, demuestra que la veteranía sigue siendo un grado.

Con la incorporación de estos dos candidatos, y si el P.P. pone algo de su parte, habremos conseguido, al menos, que los debates en el parlamento madrileño tengan un nivel intelectual más alto que la bronca y el insulto permanente que impusieron T. Gómez  y I. Gonzalez.

ENCUESTA SOBRE POSIBLES PACTOS DE GOBIERNO EN EL LATERAL DERECHO DEL BLOG.

12 enero 2014

Las razones de la Infanta

La decisión del Juez Castro de volver a imputar a la Infanta Cristina, con un demoledor auto de más de 200 páginas, ha provocado un cambio táctico en la estrategia de defensa.

El abogado penalista del equipo, el supuesto experto, empieza por hacer gracietas sobre la decisión del Juez, considerando un capricho para satisfacer su ego la imputación de la infanta y anunciando que es posible que no impugnen la imputación. A continuación hace un canto al amor conyugal, bastante machista, en la que la infanta aparece  como que no se entera de nada cegada por su amor al Sr. Duque.

Finalmente aparece un comunicado en el que se anuncia el interés de la infanta por colaborar con la justicia y su voluntad de declarar de forma voluntaria, olvidando la impugnación de la primera imputación y la resistencia numantina, con movilización general de fiscales y abogados del Estado, que se hizo para pararla.

La estrategia general de la defensa no ha cambiado y coincide con la que utilizó Urdangarin en la primera fase de la instrucción: hacerse pasar por tonto y echarle todas las culpas al socio.

El avance de la instrucción ha echado por tierra esta estrategia del duque y hay que esperar, dada la contundencia del auto del juez, que tampoco le sirva a la infanta y sea finalmente procesada.

La condición de hija del Rey de la infanta Cristina y, sobre todo, el tener un cargo oficial derivado de estar en la línea de sucesión de la corona, añade gravedad a lo que sería "simplemente" un caso más de corrupción y abuso de poder de personajes significativos de la sociedad española, sean o no políticos.

En términos globales, es muy  discutible que se pueda responsabilizar directamente a un padre por el comportamiento de sus hijos/as y es entendible que un padre apoye a sus hijos en situaciones comprometidas, aunque  tengan implicaciones delictivas, pero:

¿Se puede aplicar este criterio cuando el padre es el  Jefe de Estado, sea o no Rey, de un país?
¿Que limites tendría en un caso así la defensa de la hija para que fuera compatible con las obligaciones como Jefe de Estado?

Es bastante evidente que el comportamiento en estas situaciones tiene que ser mucho más riguroso, sobre todo cuando el presunto delito se ha cometido apoyándose en la posición del padre como Jefe de Estado.

La condición monárquica de nuestro país añade un elemento más: la infanta es una potencial sucesora al trono y su marido un posible  rey consorte y no es defendible bajo ningún punto de vista tener una posible sucesora a la corona imputada, probablemente procesada y tal vez condenada por corrupción.

Como la condición de sucesora se da de un modo similar ahora, siendo la infanta hija del Rey o,  cuando se produzca la sucesión, siendo su hermana, es necesario que, a la mayor brevedad posible, se excluya a la infanta de la línea sucesoria por el procedimiento  que corresponda.

En casos de implicación por corrupción en cargos públicos, hay  abierto un debate sobre el momento en que debe producirse la dimisión o el cese, si en el momento de la imputación o en el del procesamiento, o en el de la condena. En un caso como  este  habría que ser lo más riguroso posible.

La renuncia a la sucesión puede no ser suficiente para quitarle responsabilidad a  la corona, sea con D. Juan Carlos o con D. Felipe, pero es absolutamente imprescindible.

La imputación de la infanta es un factor de riesgo para la monarquía, que vendría a constituir un problema adicional para una sociedad ya agobiada con la crisis económica y sus derivados de miseria y desempleo. 

La situación no ha cambiado sustancialmente desde hace un año, salvo que  el paso del tiempo empeora todos los problemas, por ello, el análisis básico publicado hace casi un año sobre el agotamiento de la monarquía en España, sigue estando  vigente en lo fundamental.

18 abril 2013

¿Está agotada la monarquía española?



No es fácil exponer una opinión equilibrada sobre la monarquía española en el momento actual en el que su grado de aceptación es muy bajo y está siendo muy atacada por diversos sectores sociales, muchas veces con más visceralidad que razonamiento.

Hace un año, en Abril de 2012, publiqué un artículo en mi primer blog, Jaque al Rey, con ocasión del estallido de la "crisis del elefante". En él afirmaba por un lado la supremacía teórica incuestionable del sistema republicano:

"En pleno siglo XXI sería una obviedad tener que demostrar la superioridad teórica de la República sobre la Monarquía. No hay argumentos que permitan defender el derecho a gobernar de una persona por el mero hecho de pertenecer a una familia privilegiada, aunque el poder de un rey sea muy limitado en las democracias modernas.

Para, a continuación, defender una posición pragmática:

"Sin embargo creo que es posible defender, desde posiciones republicanas, la continuidad de la monarquía actual en España, no desde un punto de vista teórico, sino desde un punto de vista práctico avalado por los 36 años de estabilidad institucional que nos ha proporcionado."
Un año después, no tengo más remedio que hacerme de nuevo la pregunta incluida como título en este artículo,

¿Está agotada la monarquía española?

En este último período han sucedido algunos hechos que han contribuido a deteriorar la imagen de la monarquía:

Una vez que el Rey salió con cierta dignidad del episodio del elefante, han ido apareciendo nuevas noticias negativas, algunas de ellas históricas, como la duda sobre si se pagaron o no los impuestos relativos a la herencia que recibió del Conde de Barcelona hace 20 años, otras más o menos conocidas como las relaciones que haya podido mantener con una aristócrata alemana. El estado de salud del Rey, que ha tenido que someterse a otra intervención quirúrgica, tampoco es una noticia positiva aunque la enfermedad parece mas molesta que grave. Los 75 años que ha cumplido es otro factor negativo.
Todas estas informaciones, que afectan directamente al Rey, junto con las que afectan a su familia, derivadas de la instrucción del caso Nóos contra el duque de Palma, han creado un clima contrario al monarca y a la institución de la monarquía.

En algunos casos, incluyendo ciertos sectores de la derecha, se está pidiendo su abdicación y su sustitución por el Príncipe de Asturias, en otros, los más progresistas, se reivindica directamente la proclamación de la III República.

Si en vez de un rey, tuviéramos como jefe de Estado a un presidente elegido democráticamente, los delitos que pudieran cometer sus hijos tendrían en si mismos, una importancia relativa, pues los hijos de un presidente no tienen ningún papel político.

Desde un punto de vista político, hay dos hechos relevantes en las correrías delictivas de los todavía duques de Palma.

El primero, que se confirmase la participación de la infanta en esos asuntos. Con independencia de la pena que le pudiera corresponder, sería necesaria su separación total de la familia real y la renuncia a sus derechos de sucesión. Esta renuncia debería ser efectiva, también, si Urdangarin, que si se hiciesen efectivos los derechos de sucesión podría llegar a ser "Rey consorte", fuese condenado.

Dada la evolución del proceso parece necesario que esta separación de la infanta de la familia real con pérdida de derechos de sucesión, se llevase a cabo a la mayor brevedad posible. Ya no basta con quitarla de la foto oficial.

Un escenario más complejo se produciría si se confirmase la implicación del Rey en los negocios de Urdangarin. Si el Rey fuera cómplice de estos asuntos tendría que retirarse, pues España no puede permitirse tener un Rey condenado penalmente, aunque sea por persona interpuesta.

La abdicación del Rey no tiene que suponer necesariamente, el fin de la monarquía, de hecho la popularidad del Príncipe no está tan baja y una buena parte de la población sería partidaria de esta solución menos conflictiva.

No obstante otro sector, también importante cree que estos hechos afectan directamente a la institución monárquica y, en consecuencia, ha llegado el momento de dar paso a la III República.

Por otro lado el advenimiento de la III República no supondría un cambio tan radical como supuso la segunda, que saco a España de una monarquía decimonónica para meterla de lleno en la modernidad del siglo XX, que, lamentablemente, duró muy poco.

Un presidente republicano tendría, muy probablemente, un papel político parecido al que ahora tiene el Rey, con la diferencia, sustancial desde luego, de que sería elegido cada cierto número de años y no tendría derecho al puesto a perpetuidad.

El pragmatismo aconseja "en tiempo de tribulación no hacer mudanza" y, por tanto, mantener las instituciones como están pero para eso sería imprescindible que se acreditase la honestidad del Rey y su familia.

No podemos tener a la cabeza del Estado a una persona, sea Rey o Presidente, sobre la que se tuviesen sombra de dudas. La ventaja de la República es que los cambios, si fueran necesarios, pueden hacerse con mucha más facilidad.

Aunque depende de la evolución de los acontecimientos, no parece fácil que las aguas vuelvan a su cauce y, cabe la posibilidad de que empiece a reivindicarse el derecho a decidir sobre este tema


13 febrero 2013

Dimisiones de alto nivel


Primero abdicó la Reina Beatriz de Holanda, ahora lo hace el Papa, hace pocos días dimitió una ministra alemana descubierta por plagiar una tesis doctoral hace muchos años. La pregunta que surge es en España ¿Cuándo se dimite?

La dimisión del Papa, a pesar del bombo y platillo y los panegíricos que se le están haciendo, sorprendentes en un país supuestamente laico, no creo que tenga más historia que la retirada de un hombre muy mayor que tiene unas condiciones físicas muy mermadas que le dificulta su actividad diaria, muy intensa por razón de su cargo. Se trata de un simple acto de sentido común que seguramente quiera evitar el penoso espectáculo del anterior papa que se mantuvo en el puesto a pesar de su lamentable estado físico.

La abdicación de la reina de Holanda parece que responde a una tradición de la dinastía holandesa pues su madre, la reina Juliana, también dejó el trono al os 75 años. Si hay otras razones no se han hecho públicas.

La coincidencia de edad con nuestro monarca, ha llevado a que algunas voces sugieran que al rey Juan Carlos le ha llegado también la hora de abdicar.

No veo razones serias para que se produzca esa abdicación. Por un lado ni el Rey está tan deteriorado como el Papa, a pesar de sus operaciones de cadera mantiene intactas sus capacidades básicas, ni, por otro, en España tenemos una tradición como la holandesa de abdicar a los 75 años.

Por otro lado, el descrédito del Rey, una vez superado con una buena actuación el episodio de la cacería de elefantes, solo puede venir de la golfería de su yerno y no veo ninguna diferencia fundamental entre tener un rey con un yerno golfo u otro con un cuñado golfo. Lo que hace falta es que a Urdangarín le procesen y le encarcelen lo antes posible.

La abdicación del rey, y su sustitución por su hijo, no va a suponer el fin de la monarquía, y puede provocar una cierta inestabilidad que no creo que tenga mayor interés.

No hace falta ser monárquico para ser consciente de que el Rey Juan Carlos ha desempeñado un importante papel en España en la etapa democrática mientras que su hijo es, en principio, una incógnita y desde luego la posibilidad de una tercera República solo parece estar en las ilusiones de algunos visionarios. En estas condiciones mejor que nos quedemos como estamos.

Como expresé en otro artículo publicado en este mismo blog sobre ceses y dimisiones, no creo que la dimisión sea la panacea de nada y con excesiva frecuencia, se piden dimisiones con mucha alegría. Eso no obsta para que en determinadas situaciones la dimisión sea poco menos que obligada.

En España tenemos algunos casos de alto nivel que nos importan mucho más que la Reina Beatriz o el Papa, que muy posiblemente requieran la dimisión como única salida medianamente digna y no por razones de edad sino por actuaciones irregulares de mucha mayor gravedad.

Se trata de la dimisión de una buena parte del Gobierno del PP, empezando por la Ministra de Sanidad, implicada en Gurtel, o el Ministro de Hacienda mirando para otro lado para permitir el blanqueos del Sr. Bárcenas y de algunos imputados de la trama Gurtel.

El propio presidente del Gobierno, a pesar del intento de despiste que ha hecho presentando su declaración de la renta a partir del año 2008, tiene que explicar satisfactoriamente los sobresueldos presuntamente en negro de los años anteriores, o tomar también la senda de la dimisión.

Otro que lleva camino de seguir a su antiguo jefe es el vicepresidente de la patronal, que además de su imputación en Bankia, como reflejaba en el articulo anterior referido a la patronal, también utiliza a profusión el dinero negro para pagar a sus empleados.

Para no gustarme hablar de corrupción y no ser excesivamente partidario de las dimisiones, no hablo últimamente de otra cosa ¿Será la contaminación ambiental?


26 septiembre 2012

Movimiento de Rey


En el juego del ajedrez el movimiento del Rey es limitado, solo puede avanzar una casilla, pero también es potente, pues puede desplazarse en cualquier dirección. Habitualmente, el Rey es una figura a preservar pero, en algunas circunstancias, también puede actuar como pieza atacante. Hay que tener en cuenta que si el Rey hace un movimiento erróneo en un momento inadecuado, puede poner en peligro el resultado final de la partida.
De una forma similar, el monarca constitucional español puede moverse de forma limitada, pero con bastante potencia pues tiene capacidad de actuar en cualquier dirección. También aquí el Rey se limita habitualmente a su papel representativo y solo en situaciones muy comprometidas toma una posición más activa.
En momentos críticos, como la transición o el 23F, el movimiento del Rey fue decisivo para sacar a España del atolladero en que estaba metida. Sin embargo, no es prudente realizar este tipo de movimientos reales en momentos inadecuados, pues se corre el riesgo de desequilibrar el papel de la monarquía.
El 11 de Septiembre, con motivo de la fiesta de la Diada, se celebró una gran manifestación en Catalunya en la que volvió a reaparecer con mucha fuerza el espíritu independentista catalán.
Como corolario de la manifestación, el gobierno catalán realizo una fuerte presión para obtener un pacto fiscal, para posteriormente, una vez que el gobierno central le negó esa pretensión, convocar elecciones anticipadas con la amenaza de incluir el derecho de autodeterminación en el programa electoral.
CiU plantea un proceso de autodeterminación que tiene bastantes similitudes con el que hace unos años pretendía utilizar el Gobierno Vasco en el llamado Plan Ibarretxe.
Las reacciones políticas a favor y en contra de la propuesta de autodeterminación y de la convocatoria electoral no se han hecho esperar y, entre ellas, está una carta del Rey publicada en su recientemente inaugurada web oficial, que, entre otras cosas, dice:
..............solo superaremos las dificultades actuales actuando unidos, caminando juntos, aunando nuestras voces, remando a la vez. .......... En estas circunstancias, lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas.
Este texto manifiesta claramente la oposición del Rey a la posible secesión de Catalunya. Este proceso no nos gusta tampoco a muchos españoles, tanto de fuera como de dentro de Catalunya, pero ¿Es suficiente la convocatoria adelantada de elecciones con un planteamiento de autodeterminación  para que el Rey de un paso al frente e intervenga directamente en la escena política?
El Plan Ibarretxe fue, finalmente, una tormenta en un vaso de agua que se disolvió como un azucarillo en poco tiempo, sin necesidad de intervención del Rey ¿No puede pasar lo mismo con esta propuesta?
La casa Real pasa por malos momentos debido a la imputación del Duque de Palma en un proceso de corrupción, y a las espectaculares equivocaciones del propio Rey en la cacería de elefantes. En estas condiciones es lógico que se diseñe un plan de mejora de la imagen del Rey y de su familia.
Sin embargo, operaciones como la de la carta citada contribuyen de forma negativa al relanzamiento de la imagen real y solo sirven para apoyar las posiciones políticas del presidente del gobierno, que debería ser más prudente con los encargos que le hace al Rey.
Hay una cierta probabilidad de que la situación de Catalunya derive en un conflicto mayor, pero también es posible que no, y que, como el Plan Ibarretxe, el proceso de autodeterminación acabe sin pena ni gloria
Si el enfrentamiento entre la derecha catalana y la española queda finalmente en nada. ¿Para que meter al Rey en medio del conflicto?