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Blog de Alfredo20032
18 febrero 2021
El Puzle catalán
04 enero 2021
Operación Cataluña
El procés catalán empezó en 2012 con el pacto de gobernabilidad firmado por Artur Mas y Oriol Junqueras en el que se comprometían a la convocatoria de un referéndum de autodeterminación en Cataluña.
Las iniciativas políticas y judiciales a que han dado lugar el procés, combinado con la llegada a la presidencia catalana del president Puigdemont, uno de los peores dirigentes que ha tenido Cataluña, solo superado por su sucesor Quim Torra, cuando huyó a Bélgica para evitar ser procesado. Q. Torra ha alcanzado tales cotas de incapacidad que ha conseguido hacer retroceder a Cataluña tanto desde el punto de vista económico como del social, hasta un nivel impensable hace poco tiempo .
Cataluña necesita un cambio político profundo que requiere, en primer lugar, sustituir a los presidentes incompetentes que ha tenido en estos últimos años; en segundo lugar superar el sectarismo separatista, incomprensible en el siglo XXI en el marco de una sociedad avanzada como la española, que ha orientado su acción política de los últimos años; y en tercer lugar, en el contexto post COVID 19, Cataluña tiene que tener un gobierno que le permita ofrecer sus grandes capacidades con sus mejores esfuerzos para su recuperación económica y política, en colaboración con el gobierno de España y La Unión Europea.
Salvador Illa es la solución adecuada en este momento. Su moderación y su talante negociador complementa la estrategia política del partido socialista que respetando profundamente los sentimientos catalanistas de la población, los compatibiliza con la defensa del Estado español dentro de la Unión Europea. El conjunto de estos elementos constituyen un inmenso capital político que puede y debe contribuir de forma decisiva a la recuperación política, social y económica de Cataluña. Frente al independentismo unilateral, los socialistas defendemos una organización del Estado de corte federal que respeta las características de todos los territorios que lo componen. No es tarea fácil pero hay que empezar a transitar esa vía.
El escenario político preelectoral en Cataluña está muy abierto y posibilita distintas alternativas. Las encuestas anteriores a la proclamación de S. Illa como candidato, dan como favorito a ERC, un descenso pronunciado de JxCat, el hundimiento relativo de Ciudadanos y un notable ascenso del PSC. La posible aritmética post electoral, combinada con la coincidencia programática, puede tener como resultado un gobierno encabezado por ERC en alianza con el resto de partidos independentistas o, y esta es la diferencia, un gobierno transversal también encabezado por ERC, pero apoyado por el PSC y Cataluña en Común.
La irrupción del candidato socialista debe potenciar la segunda alternativa que cuenta además con la opción de que sea el PSC quien presida el futuro gobierno, si el electorado apoya suficientemente la candidatura de S. Illa.
Como antecedente al procés de Cataluña hay que recordar al Plan Ibarretxe, propuesta de reforma del estatuto vasco, aprobada por el parlamento vasco en diciembre de 2004.
El plan Ibarretxe, aunque tramitado formalmente como reforma del estatuto de autonomía, incluía entre otras prescripciones, la configuración de Euskadi como Estado Libre Asociado, en un esquema confederal con el Estado Español y la convocatoria de un referéndum de autodeterminación. El plan Ibarretxe fue rechazado por amplia mayoría en el congreso de los diputados en febrero de 2005.
Posteriormente, en las elecciones autonómicas vascas de 2009, que el PNV perdió, se constituyó el gobierno socialista de Patxi López con apoyo externo del PP, que enterró definitivamente el plan y, junto con la disolución de ETA, contribuyó a abrir un nuevo camino para Euskadi.
No es previsible una solución PSC-PP para Cataluña en 2021 pues las circunstancias son muy diferentes: El PP no es el único representante de la derecha y la predisposición de los populares en 2021 en Cataluña no es la misma que la que tuvieron en 2009 en Euskadi, pero la aritmética parlamentaria podría poner en valor la posibilidad de que tanto PP como Cs apoyasen directamente o indirectamente un posible gobierno del PSC- Cataluña en Común en el que no estuviera ningun partido independentista. Es una posible alternativa a un tripartito, difícil, pues necesita que los partidos independentistas no sumen mayoría absoluta, pero no imposible.
Sea cual sea el resultado final de las elecciones, el PSC con S. Illa a la cabeza, debe tener un papel fundamental.
11 octubre 2020
Gambito de Rey a Felipe VI
07 febrero 2020
La derecha carga por los flancos
- Subida de pensiones.
- Incremento del SMI
- Actualización de salarios a los empleados públicos
- ...
La triple derecha está atacando con mucha violencia a Cataluña, considerándolos casi como enemigos y haciendo una pinza política con el independentismo más radical de JxSi y la CUP.
La próxima convocatoria de elecciones en Cataluña y la nefasta influencia del "poder judicial ampliado", muy mediatizado por el PP, que ha conseguido quitarle a Torra e su acta de diputado, complican mucho más la situación.
La mayor diferencia entre estos dos flancos es que mientras Venezuela,aunque tenga muchos vínculos con España, no forma parte de su responsabilidad directa, resolver las relaciones entre Cataluña y el Estado forma parte fundamental de nuestras obligaciones y es totalmente inadmisible que partidos que se definen a si mismos como constitucionalistas se dediquen al cuanto peor mejor, atacando a Cataluña de una forma tan demagógica, consiguiendo así enfrentar más a Cataluña con otros pueblos del Estado y a los catalanes entre sí.
23 octubre 2019
Pulso catalán
Una semana de concentraciones y manifestaciones con la participación de centenares de miles de ciudadanos, incluyendo cinco marchas de tres días desde distintos puntos de Cataluña, son protestas muy potentes que hay que tener en cuenta, a pesar de que hayan sido oscurecidas por actuaciones de violencia extrema que han realizado minorías muy amplias de separatistas radicales, al parecer apoyados por elementos antisistema de distintas procedencias.
la expresión minoría hay que entenderla en términos relativos, pues unos cuantos miles de violentos son sin duda una minoría en relación con los cientos de miles de manifestantes, pero son más que suficientes para causar una situación de violencia intolerable, con múltiples heridos entre manifestantes y miembros de los cuerpos policiales, que ha conseguido poner en primer plano el orden público por encima del problema político catalán.
La falta de criterio político del actual gobierno catalán, cuyo presidente ha preferido apoyarse en todos los independentistas, violentos incluidos y, en consecuencia, no ha condenado de forma específica la violencia, ha conseguido trasladar el debate al conflicto callejero en vez de a las reivindicaciones sociales. En este contexto ha sido el gobierno de Madrid el que ha tenido que salir a defender el orden público y a los cuerpos de seguridad del Estado, mossos de escuadra incluidos, que han cumplido con eficiencia su función en una situación muy complicada, mientras que Torra y buena parte de su gobierno que no incluye al consejero de seguridad, ponía el foco en algún caso aislado de exceso de celo que haya podido haber en un operativo tan amplio.
La triple derecha nacional ha seguido considerando a Cataluña y los catalanes como enemigos del Estado y todas sus "soluciones" pasan por incrementar la tensión proponiendo la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional, el articulo 155, o, en el caso de Vox para ser más que nadie, el Estado de Excepción.
Los partidos nacionalistas profundamente divididos entre ellos capean el temporal como pueden debatiéndose entre la búsqueda de una mínima racionalidad y la necesidad que tienen de amparar minimamente los desvaríos de su president.
Los Podemitas y los Comunes se limitan a mantener un angélico llamamiento en abstracto a la necesidad del dialogo sin aportar ningún elemento concreto de interés.
El gobierno y el PSOE están ejerciendo su responsabilidad de equilibrar el mantenimiento del orden público con el respeto al autogobierno catalán, respetando la institución autonómica a pesar de los desafueros del binomio Torra-Puigdemont, incapaz de dar una dirección política al fuerte movimiento ciudadano que pide la libertad de los presos del procés y que, sin ella, no tiene ninguna posibilidad de conseguir sus propósitos.
Las movilizaciones desarrolladas en estos días tienen dos objetivos, uno de fondo:
- El derecho a la autodeterminación y a la independencia de Catalunya
- La libertad de los nueve condenados en el procés.
El objetivo de fondo requiere un proceso político imposible a corto y medio plazo, y está dificultado, además, por la campaña electoral y, sobre todo, por la actitud lamentable del binomio Torra-Puigdemont.
La libertad de los condenados tiene varios caminos a seguir:
- Recursos judiciales al TC y al TEDH
- Medidas de gracia
- Beneficios penitenciarios.
En cuanto a los indultos, la constitución prohíbe expresamente los indultos generales mientras que los individuales deben solicitarse por cada uno de los condenados, lo que, según han declarado en distintas ocasiones, no van a solicitar.
Queda, por último, la aplicación de la ley penitenciaria que permite en determinadas condiciones la concesión de permisos o terceros grados, siempre supervisados por el tribunal sancionador, en este caso el Tribunal Supremo.
Las medidas penitenciarias serán, casi con total seguridad, la vía elegida por los nueve presos para mitigar sus condenas. Estas vía tienen dificultades políticas debido a la férrea oposición de las tres derechas y a la actitud provocadora del govern catalán.
Aunque sea imprescindible abrir cuanto antes un proceso de negociación entre Cataluña y el Estado, no parece posible iniciarlo hasta después del 10N, con un gobierno en plenitud de funciones y, preferiblemente, con un nuevo gobierno catalán pues con el gobierno actual parece imposible. Hay que esperar que la coalición ERC-PDCAT se rompa y unas nuevas elecciones autonómicas elijan un nuevo gobierno en Cataluña que permita reconducir las relaciones con el Estado.
15 abril 2019
Catalunya 2020
El juicio que se está celebrando contra el anterior gobierno determina las posiciones de los distintos actores en el panorama político actual:
- Los dos partidos independentistas catalanes más significativos, PDCat y ERC, se sienten obligados a mantener una unidad que no sienten, para defender lo que ellos consideran sus presos políticos.
- Una buena parte de la sociedad catalana, que apoyó en forma activa la declaración virtual de independencia, se siente también obligada a defender al anterior gobierno.
- El actual gobierno catalán sectario e incompetente, presidido por un iluminado (Torra) y apoyado por otro, huido en Bruselas (Puigdemont), se aprovecha de estos sentimientos para seguir persiguiendo la quimera imposible de la independencia de Cataluña.
- Los tres partidos de derechas amenazan sistemáticamente con la implantación del articulo 155 como si Cataluña fuera un país enemigo.
Las elecciones generales de abril, las municipales, autonómicas y europeas de mayo y, fundamentalmente, la sentencia del juicio contra el proceso de independencia, que se espera para después del verano, serán elementos importantes en la evolución de la crisis catalana que podría tener unas perspectivas distintas a partir del año 2020.
Las datos que los distintos sondeos de opinión están arrojando en Cataluña revelen las posiciones que están adoptando los ciudadanos:
Suben los partidos mas transversales, ERC y PSC, y, en menor medida, Cataluña en Común. Mientras bajan sensiblemente los partidos más beligerantes a favor y en contra del procés, PDCat y Ciudadanos. El PP prácticamente desaparece y los pocos votantes que le quedan se inclinan por Vox.
En definitiva la ciudadanía catalana se muestra harta del procés y de sus beligerantes adversarios y parece inclinarse a preferir un cambio hacia una política más constructiva.
Si Volviendo al escenario nacional, parece muy posible, también según encuestas, que se repita un gobierno socialista apoyado por los mismos partidos que votaron la moción de censura, con la duda del PDCat que, con los malos resultados que le dan las encuestas, puede no ser necesario para formar mayorías.
Un gobierno socialista, con apoyos de los nacionalistas catalanes o sin ellos, debería tener muy en cuenta la situación de Cataluña y mantener, con más empeño si cabe, la actitud dialogante y negociadora que ha tenido hasta ahora y como, ha dejado ver el presidente Sánchez, plantearse el indulto cuando acaba el proceso.
Un triunfo de la derecha trifálica, que considera a los catalanes como enemigos más que como compatriotas, sería un golpe mortal para Cataluña y también para la unidad de España, con su gobierno en prisión y la aplicación perenne del art. 155 de la Constitución, el número de independentistas crecería como las setas en otoño.
Cataluña es una razón más, y muy importante, para que la izquierda se movilice y la derecha se hunda. El mejor resultado sería aquel que pulverizase al PP y obligase a Casado a dejar su puesto de presidente del PP a alguien menos cavernícola.
05 marzo 2019
Proceso al procés
La instrucción del proceso suscitó en su momento muchas dudas, que posteriormente se agrandaron con la desestimación de las peticiones de extradicción del president Puigdemont, de los gobiernos Belga y Alemán. Las deficiencias de las actuaciones de la fiscalía y la abogacía del estado en las primeras sesiones del juicio tienen que ver con las insuficiencias de la instrucción realizada por el juez Llarena.
Por el contrario, las dudas que pudieran existir sobre el presidente de la sala, debido a su fallido nombramiento como presidente del CGPJ, han quedado sin fundamento pues el comportamiento del juez Marchena está resultando ejemplar.
En las primeras sesiones de la vista, han prestado testimonio todos los procesados, que han desarrollado estrategias diversas.
El Vicepresidente Oriol Junqueras, que solo ha ha permitido ser interrogado por su abogado, ha utilizado su turno para defender políticamente el derecho de autodeterminación de Cataluña sin entrar en los detalles de la acusación. O. Junqueras se ha presentado como el lider más solido del independentismo catalán frente a la mediocridad a que nos tienen acostumbrados Torra y Puigdemont. En un futuro no muy lejano Junqueras será sin duda el interlocutor imprescindible para negociar con el sector independentista de Cataluña.
Los restantes procesados, que si han aceptado preguntas de la fiscalía y la abogacía del Estado pero no del abogado de Vox, han combinado en su defensa las reivindicaciones políticas con la refutación de los argumentos acusatorios, poniendo especial énfasis en la negativa a que se promoviera la violencia, la única violencia que reconocen es la de la Policía Nacional y la Guardia Civil, y manifestando total desconocimiento sobre el uso ilícito de fondos públicos para financiar los gastos del referéndum.
En el turno de testigos empezaron declarando el Presidente y la Vicepresidenta del gobierno y sus ministros de Hacienda e Interior.
Rajoy estuvo en su estilo habitual: difuso y confuso, sin acordarse de casi nada mientras que Soraya hizo una declaración bastante más solvente. Cristobal Montoro admitió que, a pesar de tener intervenido al Govern catalán, no podía certificar que se hubieran desviado fondos públicos para el pago de gastos del referéndum, aunque dejo la puerta abierta a la posibilidad de que hubieran podido hacerlo de forma que no habían detectado. El ministro de interior declaró que no tenía responsabilidad de nada, aunque no llego a dudar de que el fuera el ministro del interior, lamentable lo de este ministro.
De los siguientes testigos, la declaración más interesante, más desde el punto de vista político que jurídico, fue la del lehendakari I. Urkullu que describió con todo tipo de detalles, su papel de mediación entre los gobiernos español y catalán que Rajoy solo recordaba de forma difusa, mezclado con otro tipo de gestiones.
A estas alturas del proceso el punto más cuestionado sigue siendo la presencia o no de violencia, que determina si hubo delito de rebelión que es el que tiene mayores penas.
09 febrero 2019
El Relator
La propuesta del gobierno de incorporar un relator a las reuniones de los partidos políticos catalanes, hace referencia a una persona de estas características que convoque, modere y resuma las reuniones que se mantengan así como realice otras funciones equivalentes que se le requieran sin entrar directamente en el fondo de los temas que se traten.
La presencia de un relator, notario, intermediario o como prefiera llamarse, no es nueva y tampoco imprescindible y pueden tenerse diferentes opiniones sobre si es útil o no. Con independencia del criterio que se pueda tener, hay una razón evidente para la presencia de este personaje: uno de los principales interlocutores, los partidos nacionalistas catalanes lo llevan pidiendo hace meses. Las razones en contra nacen de un razonamiento artificioso, basado en sucesivas hipótesis encadenadas: El relator tiene un carácter internacional y se utiliza en negociaciones entre Estados luego se está reconociendo a Cataluña como un Estado. Este complejo razonamiento da por ciertos una serie de supuestos que solo tienen una probabilidad baja de que sucedan.
Cualquier negociación, o si se prefiere dialogo, implica cesiones, que son perfectamente tolerables si no afectan a los puntos centrales de cada una de las partes. En este caso, el reconocimiento de la autodeterminación de Cataluña, punto clave de los nacionalistas, está fuera de cualquier acuerdo y el gobierno de Madrid ha dejado claro que esa línea roja no se va a traspasar.
Si el govern catalán utilizara la presencia del relator para su propaganda interna, estaría en su derecho, aunque supusiera un coste, seguramente pequeño y perfectamente asumible.
El simple anuncio, que forma parte de la propuesta del gobierno, de incluir un relator en las conversaciones que se están celebrando entre los partidos políticos catalanes, a las que la derecha no asiste para no contagiarse, ha sido recibido con una catarata de insultos y descalificaciones por algunos "cualificados", es una forma de hablar, representantes de PP y Cs.
Si las descalificaciones de las tres derechas eran esperables, aunque su virulencia ha sobrepasado todos los limites, la reacción de algunos dirigentes del socialismo prehistórico, incluidos algunos "jarrones chinos", ha sido mucho más dolorosa y es que hay compañeros que no saben envejecer. Si no son capaces de apoyar a la dirección actual del partido y del gobierno, como es su obligación moral, mejor estarían en silencio.
En una sobreactuación desmesurada, las tres derechas han convocado una super manifestación de afirmación nacional, contra el gobierno y, una vez más, contra Cataluña, a la que no ha tardado en adherirse la cuarta derecha, Falange Española, por lo que el domingo veremos también banderas españolas con aguiluchos y cangrejos.
La huida hacia adelante de todas las derechas puede interpretarse como un síntoma de debilidad pues carecen de otras alternativas y, de hecho, algunos sectores más moderados del PP (N. Feijó, Alfonso Alonso y Moreno Bonilla) y Ciudadanos (Manuel Valls), que se habían disculpado con excusas varias, van a asistir obligados por las presiones internas pues parece que van a pasar lista.
La concentración, apoyada por autobuses y bocadillos como si fuera una demostración sindical de la época franquista, pretende ser una demostración de fuerza que ya veremos en que queda.
El nacionalismo catalán, con su afán de estirar al máximo de la cuerda para intentar conseguir metas imposibles, es, de alguna manera corresponsable de esta manifestación y de las posibles elecciones anticipadas que puedan derivarse de ella.
11 octubre 2018
Cataluña sin rumbo
Nombres como Torcuato Fernandez Miranda, Adolfo Suarez, Felipe Gonzalez y Santiago Carrillo y el Rey Juan Carlos I quedaran para la historia como los grandes dirigentes que supieron liderar a nuestro pueblo en unos momentos complicados y decisivos.
Sus socios de gobierno, ERC, con su máximo dirigente Oriol Junqueras en prisión provisional, están atados de pies y manos pues la ruptura de la coalición sería nefasta para el independentismo. Aun así están haciendo algunos movimientos significativos para desmarcarse de las excentricidades del tandem Puigdemont-Torra.
El último episodio, un tanto sorprendente, ha sido la negativa de JxC a delegar el voto de sus cuatro diputados ausentes, en la forma que indicó el juez Llarena en una generosa opción, no contemplada en los reglamentos del Parlament, que les permite mantener la mayoría parlamentaria. Esa absurda negativa, propia de un sectario poco inteligente, les ha impedido la aprobación de algunas resoluciones y puede ser el inicio de una ruptura del nacionalismo.
Por su parte, el partido más votado de la oposición Ciudadanos no toma ninguna acción positiva, limitándose a lloriquear por las esquinas para que el gobierno de Madrid les resuelva el problema aplicando el articulo 155 o.... mandando a la legión.
También es lamentable la actitud de las dos derechas nacionales que utilizan a Cataluña como ring para atacar la gobierno socialista, sin importarles añadir mas leña al fuego de una situación que los propios nacionalistas ya se encargan de incendiar.
La actitud prudente y moderada, incluso con propuestas valientes y arriesgadas como la de proponer un posible indulto futuro, avanza muy lentamente en un campo minado por las actitudes de separatistas por un lado y derechistas españoles por otro.
En cualquier caso hay una condición imprescindible para poder avanzar en Cataluña: La desaparición del dúo Torra- Puigdemont del mapa político, bien sea por dimisión o por convocatoria electoral anticipada. Con estos personajes a la cabeza de la Generalitat, cualquier solución parece imposible.
01 septiembre 2018
Fiebre amarilla en Cataluña
La libertad de expresión ampara su derecho a reivindicar la puesta en libertad de los que consideran sus presos políticos, pero si quieren llenar Cataluña de lazos, podrían utilizar cintas de tela que no contaminan. Si cada dos metros de cinta de plastico equivalen, aproximadamente, a una bolsa de supermercado de las que se están empezando a restringir ¿Cuantas bolsas de plástico equivalentes está produciendo esta campaña?
Desde un punto de vista político, la actitud del President, animando a poner lazos y la de los lideres del PP y Cs animando a quitarlos, en el caso de A.Rivera incluso colaborabando directamente a ello, solo contribuyen a incrementar la tensión en Cataluña lo que podría llegar a alcanzar situaciones de mayor violencia.
Previsiblemente, la fiebre amarilla se mantendrá hasta que se celebre el proceso de los ex consellers imputados, previsto para este otoño. La evolución de esta epidemia dependerá del resultado de este proceso.
En relación con este proceso, Puigdemont y los restantes consejeros huidos han interpuesto una demanda civil contra el juez Llarena en un juzgado belga. Esta demanda excede en mucho a las declaraciones del juez y critica frontalmente a la justicia española por lo que el gobierno, que en un primer momento había preferido mantenerse al margen, tuvo que rectificar y asumir la defensa del juez. El texto de la demanda es totalmente disparatado y, además, tergiversa las supuestas declaraciones del juez por lo que hay que esperar que sea archivada y quede en nada, aunque ya ha conseguido provocar bastante ruido debido en buena parte a la torpeza del gobierno en asumir la defensa del juez.
La crisis catalana, ya peligrosa en si misma, se complica más por dos circunstancias añadidas que le dan mayor gravedad.
La primera, es la estrategia utilizada por las dos derechas españolas de utilizar Cataluña como campo de batalla preferente para dirimir su lucha por su hegemonía en España.
La segunda, es la aritmética parlamentaria existente en el Congreso de los Diputados. El gobierno necesita el apoyo de los grupos catalanes para sacar adelante sus iniciativas pero estos grupos, especialmente el PDCat, están amenazando con retirar su apoyo si el gobierno no les permite hacer un referendum de autodeterminación en Cataluña. Dada la imposibilidad de aprobar una consulta de ese tipo, no amparada por la Constitución, si el independentismo mantiene su amenaza, puede provocar la caída del ejecutivo y la convocatoria de elecciones anticipadas.
Los independentistas tienen que ser conscientes de que sus propuestas son inasumibles, por lo que puede tatarse de un farol más de los muchos que nos tienen acostumbrados, pues a ellos no les interesa que se convoquen elecciones anticipadas en el Estado.
Es muy posible que con estas batallas se estén limitando a calentar el ambiente para la díada, el aniversario del primero de octubre o el juicio de los exconsellers, pero, dado el errático comportamiento del president Torra y su jefe Puigdemont por un lado, y la irresponsabilidad de las dos derechas españolas por otro, cualquier cosa es posible. El gobierno, aunque está actuando con la máxima prudencia, puede no ser capaz de controlarlo.
21 noviembre 2017
Desconcierto nacionalista
Coincidiendo con la aplicación del art. 155, la justicia empezó a actuar y puso en marcha diversas querellas contra el Govern en la Audiencia Nacional y contra la mesa del Parlament ante el Tribunal Supremo. Las dos querellas tuvieron un tratamiento distinto: prisión provisional para los consejeros que no huyeron a Bruselas y puesta en libertad bajo fianza, para los miembros de la mesa, que reconocieran en su comparecencia la legalidad de aplicar el 155 y minimizaron la DUI, a la que dieron solo valor retórico.
Estas diferentes actitudes reflejan solo algunos aspectos del desconcierto que tiene el sector independentistas: Para eludir la prisión, el president y algunos consejeros han huido a Bruselas, y desde allí se dedican a desprestigiar a España con todo tipo de insultos y descalificaciones, el resto del gobierno ha ingresado en prisión sin fianza y la recurren negando que hayan cometido ningun delito y los miembros de la mesa eluden la prisión provisional aceptando las leyes que habían negado tan solo unos días antes. Es posible que todos o algunos consejeros reconozcan el articulo 155 y consigan también su puesta en libertad.
La justificación que hacen del fracaso de la DUI es también diferente: algunos responsables reconocen que Cataluña no estaba suficientemente preparada para la independencia y no tenía apoyos sociales suficientes, mientras para otros, la culpa es del gobierno de Madrid que actuó con extremada dureza y de forma no democrática, llegando a hablar de golpe de Estado contra Cataluña y alguna iluminada, dice incluso tener pruebas, que nadie ha visto, de que el gobierno de Madrid preparaba una intervención militar de consecuencias imprevisibles.
Las estrategias electorales también han ido cambiando, desde una candidatura unitaria de todos los nacionalistas, hasta presentarse en listas separadas con un programa común, construido con elementos marginales y de carácter defensivo: no aplicación del art. 155, amnistía para los supuestos presos políticos y retirada de la G. Civil; cuestiones todas ellas inaplicables y sin ningún sentido en estos momentos más allá del victimismo crónico habitual.
En estas condiciones comienza una campaña electoral que, si en principio parecía favorable al independentismo, ahora aparece estar equilibrada entre independentistas y constitucionalistas, con una extraña posición intermedia de Cataluña en Común.
El "procés" ha provocado un enorme deterioro político, económico y social en Cataluñas, la pérdida de la sede de la EMA es solo el último revés. Con ese balance parece muy difícil que un gobierno nacionalista vuelva a ser elegido, por mucha ilusión que la independencia haya provocado en la mitad del cuerpo electoral.
El resultado electoral es muy difícil de predecir, pues el constitucionalismo tampoco lo tiene fácil y la absurda posición de Cataluña en Común, con la quimera del Referéndum pactado como punto clave de su programa, hace que les sea muy difícil ejercer un papel de arbitro y es previsible que haya muchas dificultades para formar un gobierno que permita iniciar una salida positiva a la situación política catalana.