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30 agosto 2015

Grecia y Catalunya: Factor Común Unión Europea


Las convocatorias electorales en Grecia y Catalunya, previstas para finales de Septiembre no solo coinciden en las fechas, hay otro elemento fundamental que afecta a los dos procesos:

            El papel determinante de la Unión Europea. 

En Grecia, la convocatoria de elecciones anticipadas se ha hecho debido a las dificultades del proceso de negociación del rescate, en el que el gobierno griego tuvo que ceder después de una dura negociación y a pesar de la presión ciudadana, expresada por medio de un referéndum. La amenaza de expulsión del euro fue el factor determinante para obligar a Tsipras a alcanzar un acuerdo.

Las elecciones catalanas se han adelantado buscando una alternativa al referéndum, prohibido por el gobierno de Madrid, sobre el proceso de independencia, asunto que, en principio, no tendría nada que ver con la U.E.

Sin embargo, dado que una de las estrategias que se está barajando en los ambientes independentistas catalanes, es pedir su apoyo para que intermedie a su favor con el gobierno español en una hipotética negociación, el papel de la Unión adquiere importancia. Para poder plantearse esa mediación sería imprescindible, aunque no suficiente, que las fuerzas independentistas obtuvieran un resultado contundente, no bastaría con una victoria pírrica.

Las probabilidades de obtener apoyo europeo no les son nada favorables a los independentistas. Por una parte los antecedentes son malos: el referéndum escocés no tuvo ningún respaldo en la Unión, aunque era totalmente legal y estaba aceptado por el gobierno británico. Por otro lado en Europa hay muchas regiones (de 150 a 200 según los datos estimados por Felipe Gonzalez) con aspiraciones similares a las catalanas y Europa no quiere crear precedentes que la harían ingobernable.

En síntesis, además del resultado de las elecciones del 27S, la posición de la U.E. es, del mismo modo que en Grecia, un factor fundamental para el futuro de Catalunya. Algunos dirigentes separatistas empiezan a ser conscientes de esta situación cuando aceptan que Catalunya va a empeorar a corto plazo, aunque confían que dure poco, y se van a quedar fuera de la Unión y del euro, aunque estén convencidos que volverán.

Si, finalmente, Catalunya decidiese separarse de España y esa separación se consumase, situación totalmente improbable, estaría avocada a quedarse fuera de Europa y a tener que utilizar como divisa alguna antigua moneda catalana, como los Dinerillos de la Cruz del siglo XVII o los Croats del XV, pues sería contradictorio que volvieran a la peseta española.

La salida del euro y de la Unión Europea tendría graves consecuencias económicas y políticas para Catalunya. Aun en el supuesto de dar por hecho su vuelta, esta se produciría en todo caso, en un plazo lo suficientemente largo para que pueda ser fácilmente asumido por los ciudadanos catalanes.

16 agosto 2015

Refugiados 2015

El incremento del número de refugiados que están llegando a las costas del sur de Europa, especialmente a las de Italia y Grecia, en el año 2015, es espectacular.

Según datos de ACNUR, en la primera mitad de este año han llegado a estos países 225.000 refugiados, procedentes fundamentalmente de Siria, Eritrea y Afganistán, más que en todo el año 2014. Grecia es el país más afectado pues ha recibido un 750% más refugiados que en el pasado año con lo que, además de a su crisis económica permanente, tiene que dar respuesta también a la crisis humanitaria provocada por estos refugiados.

Algunas actuaciones de los países de la U.E. en estos últimos últimos días, han sido totalmente negativas: 
  • FRONTEX, la agencia que controla las fronteras exteriores,  ha denunciado haber recibido solo el 16% de los recursos pedidos. 
  • La actitud de los países  europeos frente a las peticiones de asilo de los refugiados, admitiendo solo una mínima parte de las asignadas.
  • Las lamentables declaraciones de algunos ministros, como las del el ministro español del interior, comparando a los refugiados con goteras.
Estos comportamientos no han impedido que la crisis se extienda por toda la Unión, incluyendo a algunos estados como el Reino Unido, que ha sido uno de los menos solidarios y que está sufriendo también la presión de los refugiados en el eurotunel, que conecta al R.U. con el continente europeo.

Las causas del incremento del número de refugiados están en la guerra abierta de Siria y los conflictos permanentes mas o menos activos de Iraq, Afganistan, Libia, Eritrea  y el eterno de Palestina.

El mundo más desarrollado, incluida la supuestamente civilizada Unión Europea, es parte activa, con mayor o menor intensidad y con más o menos, a veces ninguna, justificación, en esos conflictos pero ni la O.N.U., ni los EE.UU. ni Rusia ni la propia U.E. son capaces de acabar con los conflictos de una forma medianamente ordenada. De esta forma, donde se supone que la guerra ha terminado como en Libia, Afganistan o  Iraq, queda una situación conflictiva lo suficientemente intensa que impide que se produzca ningún tipo de normalización política y social.

Esta situación es la causa de que haya tantos refugiados y como dice ese genio de la política que es nuestro ministro del interior, hay que arreglar los tejados para evitar las goteras, que en términos políticos, significa que hay que solucionar los conflictos de manera permanente. El pequeño problema, Sr, Fernández, es que la solución de los conflictos es compleja, aun suponiendo que se pongan toda la voluntad y todos los recursos disponibles para hacerlo, y mientras tanto hay que recoger lo que Vd., en su metafora llama el agua,  es decir atender a los refugiados, tanto in situ, como en su transito por el mediterráneo y, por supuesto, en  el seno de la Unión Europea y eso es justamente lo que no se está haciendo.

Nuestro ministro del interior es bastante más torpe que la media haciendo declaraciones, pero las actitudes de muchos otros países europeos no son muy diferentes.

El comportamiento de los 28 países miembros  de la U.E. está siendo tan lamentable, que empieza a hacer que nos sintamos avergonzados de ser ciudadanos europeos.