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28 octubre 2015

Reflexiones de un pensionista privilegiado

En un reciente debate sobre el programa sectorial socialista relativo a las propuestas dirigidas a las personas mayores, surgió el tema del copago farmacéutico.

En el programa figura la supresión del recargo del 10% que los recortes del PP impusieron recientemente a los pensionistas, que anteriormente no pagaban nada.

Durante el debate que siguió surgieron dos asuntos para la reflexión:

El primero, es la desigualdad entre diversos tipos de pensionistas, los que pertenecen al régimen general de la S.S. que solo pagan el 10%, y los que proceden del cuerpo de funcionarios del Estado, civiles y militares, que siguen pagando el 40%, lo mismo que cuando estaban en activo. Esta discriminación sin duda viene de que los pensionistas del regimen general perciben la pensión y los beneficios asociados a ella como la reducción al 10%, de la caja única de de la S.S. y los funcionarios, de la caja de pensiones del Estado que tiene un régimen administrativo distinto. Parece evidente que, con independencia de su origen, sería de justicia que los funcionarios jubilados tuvieran el mismo tratamiento que los de la S.S.

Homogeneizar esta situación es sin duda un problema complejo con repercusiones presupuestarias, pero, desde el punto de vista de los pensionistas afectados, es una discriminación incomprensible.

El segundo asunto es una reflexión sobre la posibilidad de modular el descuento en los medicamentos en función de la renta, tanto de pensionistas como de los trabajadorers activos. Partiendo del déficit que tiene la S.S. y de la disminución que está teniendo su fondo de reserva debido a efectos indirectos de la crisis económica, el debate se orientó hacia la necesidad de buscar fuentes de financiación adicionales para evitar el recorte de prestaciones. Hubo no obstante alguna aportación en línea de posibles recortes, que revela la generosidad de algunos compañeros capaces de hacer propuestas que les perjudican.

La disminución progresiva que están teniendo los salarios, debida a efectos derivados de la crisis económica, la renta media de los pensionistas se está acercando a la de los asalariados. En esta condiciones, se preguntaba el compañero ¿Tiene sentido que un pensionista de pensión alta, que puede alcanzar hasta 2.500 € mensuales pague solo un 10% en los medicamentos, mientras un trabajador precario, con una percepción salarial de la cuarta parte, pague el 40%?

Los beneficios de reducción de precio de los medicamentos se basan en la hipótesis de que la renta de los pensionistas es menor y, por tanto, y es necesario compensarles con estos beneficios. Esta hipótesis está dejando de ser cierta en algunos casos.

El argumento contrario también tiene mucho peso, nuestra aspiración como socialistas es que todos los ciudadanos, en esta caso todos los pensionistas, tengan los mismos derechos, para lo que es necesario que las aportaciones fiscales sean acordes con la renta de cada uno. Esta situación no se cumple pues los ciudadanos con rentas altas disponen de muchos mecanismos para pagar menos.

Por otro lado, sería posible que se estableciera un baremo de descuentos en los medicamentos que tuviera en cuenta las rentas de los pensionistas, sin que, en contrapartida, se hiciera algo similar con los trabajadores activos de renta baja, con lo que estaríamos ante un nuevo recorte para unos sin contrapartidas para otros.

18 octubre 2015

Irene Lozano. Bienvenida al PSOE

La incorporación a las listas socialistas de Irene Lozano es una muy buena noticia. Se trata de una persona que ha demostrado mucha capacidad política en la legislatura que ahora termina, en la que ha demostrado ser una brillante parlamentaria.

La inclusión en las listas electorales, del PSOE o de cualquier otro partido, de personas no afiliadas, siempre es una fuente de conflictos, pues los militantes tenemos la tendencia, mas o menos acusada, a considerar al partido como una propiedad privada.

Además de este concepto patrimonial, que llevado al límite puede convertirse en endogamia, la incorporación de Irene Lozano ha tenido dentro del propio PSOE algunas críticas, que han sido extensamente jaleadas por los medios de comunicación que no pierden ripio. 

Obviando la utilización de estas criticas en las guerras políticas internasque sin duda se hará, como se hace de cualquier otra iniciativa valiente, y por tanto arriesgada, es necesario reflexionar sobre los argumentos utilizados en ellas.

El primero ha llegado procedente de algunos significados dirigentes territoriales del PSOE y ha ido en el sentido de preguntarse "porqué se ha incluido en nuestras listas a una persona que nos ha criticado duramente en la última legislatura". Hay que tener en cuenta que muchas de sus críticas han tratado temas sobre los que los socialistas no podemos estar orgullosos, como la corrupción de los ERES de Andalucía y otros asuntos similares. Nosotros mismos hemos condenado esas conductas aunque, como venían de nuestras propias filas, lo hemos hecho con cierta sordina, mientras que los representantes de otros partidos han sido mucho más contundentes.

Lamentablemente, en España hay un exceso de sobreactuación en el debate político y se pasa con mucha facilidad de las criticas a las descalificaciones generales. Si recurriésemos a la hemeroteca, no sería posible ningún tipo de acuerdo, pues las descalificaciones mutuas entre lideres que finalmente están destinados a entenderse, son permanentes.

En el caso de Irene Lozano puede aplicarse lo que, en términos futbolísticos, se ha llamado efecto Figo, cuando jugaba en el Barcelona defendía al Barcelona y cuando jugaba en el Madrid defendía al Madrid y esa aparente contradicción puede mantenerse, con total honestidad, también en el campo político. Irene ha defendido hasta el final las ideas de UPyD, una vez que UPyD ha adoptado un camino que ella no comparte se ha desvinculado de ellos y tiene todo el derecho a adoptar el suyo propio.

La aceptación de la propuesta socialista tiene riesgos, tanto para ella, no va a tener nada fácil incorporarse a un GP con unas estructuras muy consolidadas, como para el propio PSOE, pero los beneficios que se pueden obtener de incorporaciones como la suya, hacen que los riesgos asociados a ellas merezcan la pena.

Un segundo argumento de crítica viene de la queja, de carácter corporativo, de que la inclusión de personas no militantes como Irene, o la comandante Zaida Cantera, quita oportunidades a los militantes del partido, en este caso a las mujeres dado el sexo de las dos candidatas. Este argumento tiene mucho de "patriotismo de partido", y pone en riesgo la oxigenación que de forma imprescindible nos tienen que proporcionar compañeros no militantes como las ahora incorporadas o la anterior de A. Gabilondo en la Comunidad de Madrid.

Desde el punto de vista de mejorar la presencia de mujeres en el parlamento, la inclusión de Irene tendrá un efecto indirectamente positivo, pues la compañera sustituida, Luz Rodriguez, ha pasado a encabezar la lista de Guadalajara sustituyendo a su vez a un compañero varón que ha renunciado, con lo que el resultado final será una mujer más en el nuevo parlamento. 

Hay un último argumento que no tiene que ver con las característica de los candidatos incorporados: Los procedimientos utilizados. En el PSOE tenemos una asignatura pendiente en los procesos de elaboración de las listas pues el papel asignado a los militantes del partido es prácticamente irrelevante. Si las primarias para elegir al cabeza de listas necesitan mejorarse reduciendo el número de avales, el proceso de participación en la formación de las listas hay que hacerlo entero, tanto para el parlamento nacional como para CC.AA. y ayuntamientos.

El caso de la lista de Madrid, es especialmente complicado por tener un importante valor simbólico al ser la que encabeza el candidato a la presidencia del gobierno. 

La lista madrileña es también, el lugar mas adecuado para incorporar a los invitados de prestigio que no tienen carnet socialista.

Por otro lado, Madrid es un distrito electoral muy grande y necesariamente, tiene que dar cobijo a compañeros de otras regiones que, por motivos diversos, no han podido ir por sus distritos y que, por su experiencia y capacidad, sea muy conveniente que estén en el parlamento, hay que equilibrar experiencia y renovación en las listas socialistas.

Por último, los militantes madrileños tenemos que tener reconocido el derecho de poder incorporar nuestros propios candidatos en los puestos de privilegio.

Todo esta complejidad no es nada fácil de resolver aunque, si hay que señalar que los procedimientos seguidos ahora, y en su momento, los que se siguieran con A.Gabilondo, son manifiestamente mejorables.

Para Majadahonda la incorporación de Irene Lozano es una noticia de doble valor positivo pues ha vivido toda su infancia y primera juventud en nuestro municipio por lo que hay que darla la bienvenida desde el punto de vista general y, también, desde el local.

12 octubre 2015

¿Unidad Popular?

La presentación de una candidatura de Unidad Popular es el mantra permanente de los partidos supuestamente situados a la izquierda del PSOE.

La teoría que sostienen es que el enemigo a derrotar es el bipartidismo, lo que no deja de ser una leyenda urbana que no se sostiene más que desde la demagogia, pues, por muchas criticas que se puedan hacer al PSOE, sus diferencias con el PP son evidentes. 

El éxito que tuvieron en las principales ciudades españolas las candidaturas municipales de U.P, parece ser el modelo a seguir. Esta estrategia tiene algunas peculiaridades difícilmente trasladables a unas elecciones generales:

  • Su carácter local y urbano, ya que se limita a grandes ciudades.
  • Su concepción relativamente apartidista, pues los partidos políticos quedan en segundo plano.
  • El papel protagonista de lideres sociales acreditados, no específicamente dirigentes de partidos políticos, como Ada Colau en Barcelona o Manuela Carmena en Madrid.
Los actores principales de este intento frustrado de coalición han sido Izquierda Unida y Podemos.

La obsesión de IU por la Unidad Popular y el miedo que tienen algunos de sus dirigentes más significativos a quedarse reducidos a la insignificancia política, nos ha ofrecido el lamentable espectáculo de la humillación progresiva de su candidato, aceptando casi cualquier acuerdo con el todopoderoso dirigente de Podemos, P. Iglesias, que solo tiene interés en reforzar sus listas incluyendo como independientes a referentes conocidos de la izquierda, como A. Garzón.

La última vuelta de tuerca, consistente en no comprometerse a ningún acuerdo escrito, lo que significaba negarle a IU el acceso a las subvenciones económicas electorales, ha sido determinante para que IU renunciase a tan draconiano pacto.

Podemos se parece cada vez más a la clase de practicas del departamento de ciencias políticas de la U. Complutense, cuna de sus principales dirigentes. Su ambigüedad ideológica y sus tácticas cambiantes son enormes. Ni siquiera se definen de izquierdas sino como el "partido de la gente" que quiere ocupar el "centro del tablero", ambigüedades que no dicen nada concreto, pero pueden sugerir lo que cada uno quiera entender, siempre que mantengan su fe en ellos, fe, que según las últimas encuestas, parece que va disminuyendo.

Su hoja de ruta si está clara: mantener sus señas de identidad "sin sopa de siglas" y obtener un grupo parlamentario homogéneo, en el que este ubicado todo su núcleo duro, pues para eso hicieran unas "primarias plancha". Si a cambio de incrementar sus votos, tienen que incluir algunos parlamentarios no controlados, procedentes de otras organizaciones, puede ser rentable desde un punto de vista político.

Fracasada la operación con Podemos, los mismos dirigentes de IU que han hecho tamaño ridículo insisten en la unidad popular, aunque sea mucho más reducida, y se han inventado una entelequia bautizada como Ahora en Común, en la que solo están ellos y muy poco más, pues han conseguido que se vayan hasta sus promotores originales.

Otros colectivos de izquierda, que no comparten esta estrategia entreguista, están impulsando otro movimiento de confluencia para defender posiciones más netamente de izquierdas.

Forman parte de este movimiento militantes de IU y de Podemos y  de diferentes movimientos sociales y partidos como Izquierda Abierta, Somos Izquierda y Decide en Común, además de personas  de indiscutible trayectoria de izquierda como Cristina Almeida o Baltasar Garzón.

Si este movimiento de confluencia acaba presentando una candidatura, cosa nada fácil pues el tiempo es escaso y el proceso parece estar todavía muy verde, nos podemos encontrar con una Unidad Popular fragmentada en tres formaciones:
  • Podemos, seguramente con Equo y con alguna otra formación regional.
  • Ahora en Comun, que parece que será poco más que una segunda marca de la IU de A. Garzón.
  • La Confluencia de la Izquierda, liderada por Izquierda Abierta y en la que se integraran seguramente los partidos encabezados por antiguos militantes socialistas, IU - Madrid y el apoyo de algunas personalidades y movimientos sociales. 
Además pueden quedar los restos del naufragio en algunas nacionalidades, como Catalunya o Galicia, y la presencia de algunos otros partidos de izquierda regional en Navarra, Valencia o Aragón. En definitiva un autentico barullo.
La necesidad de una izquierda radical, situada a la izquierda del PSOE, con fuerza política suficiente para compensar junto con el PSOE, desde el gobierno o desde la oposición, la potencia creciente de las dos formaciones de derechas, PP y C´s, que tenemos en España, es incuestionable.

Es un error un tanto oportunista, considerar al bipartidismo como  el adversario de la izquierda, en vez de a la derecha en cualquiera de sus manifestaciones. El PSOE, aunque no les guste, es un aliado potencial con el que tendrán que colaborar para acabar con el gobierno del PP.

En este panorama, parece que el 20D la única fuerza de izquierda radical que tendremos será Podemos, tal vez acompañadas de alguna pequeña representación de estos otros grupos alternativos.

06 octubre 2015

Siria, nuevo escenario

La decisión de Rusia de incrementar su apoyo aéreo   al régimen sirio de Bashar al-Asad, junto con el incremento de los bombardeos de la coalición internacional contra el yihadismo en Siria e Iraq, liderada por EE.UU. y Francia, a las posiciones del EI, abren un nuevo capitulo en el conflicto de Siria.

Cuatro años de guerra y la enorme avalancha de refugiados que ha saturado los recursos de los países vecinos, Turquía, Jordania y el Líbano y ha sorprendido a Europa cuya supuesta solidaridad se está poniendo a una dura prueba, han podido influir en este cambio de escenario.

Durante estos cuatro se ha producido un "equilibrio en el punto cero" que ha tenido como consecuencia la NO intervención directa de las grandes potencias y la inhibición del Consejo de Seguridad de NN.UU., dejando por tanto que una guerra civil, librada al menos a cuatro bandas: régimen de Bashar al Asad, apoyado por Rusia; fuerzas de oposición no integristas, apoyadas por los países occidentales; Estado Islámico (EI) y afines y kurdos, siguiera su propia lógica. 

La evolución de la guerra civil está demostrando cada vez más que el EI, que sobrepasa en su actuación cualquier limite moral y ético, es el principal enemigo de todos, y obliga necesariamente a que los otros tres actores en conflicto y sus poderosos aliados, concentren el máximo esfuerzo posible en las acciones contra el EI.

Las operaciones aéreas de rusos por un lado y franceses y norteamericanos por otro y el consentimiento ambiguo de las mismas del Consejo de Seguridad de  NN.UU. parecen indicar, en una interpretación optimista, la existencia de un acuerdo tácito entre las grandes potencias para aunar esfuerzos contra el EI.

El proceso está plagado de contradicciones, cada país actúa apoyándose en justificaciones distintas, Rusia en una petición del gobierno legitimo de Siria, EE.UU. en una petición equivalente del gobierno Iraqui, Francia en una interpretación sui géneris del concepto de defensa propia, etc. mientras el Consejo de Seguridad no se pronuncia expresamente sobre las intervenciones, ni las condena expresamente, limitándose a pedir respeto y prudencia.

Los riesgos son grandes pues pueden producir lo que, eufemísticamente, se llaman daños colaterales, como acaba de ocurrir en Afganistan con el bombardeo de un hospital de MSF, o provocar alguna colisión entre las grandes potencias o sus aliados den la zona.

Además de evitar daños colaterales, rusos y americanos deberían actuar con lealtad mutua, focalizando sus acciones sobre el EI. Los rusos deben evitar atacar posiciones de rebeldes moderados y kurdos y los norteamericanos no favorecer que el EI ataque posiciones del régimen sirio.

Establecer un proceso de paz en Siria sigue siendo la prioridad pero después de cuatro años de guerra y dada la actitud del EI no parece que haya sido posible hasta ahora. Hay que esperar que no se cometan los mismos errores que en Iraq  o Afganistan y las operaciones militares duren solo lo necesario para poder abrir un proceso de negociación política que lleve la estabilidad a la zona.