La última fase de la XIV legislatura se extenderá desde el próximo otoño hasta finales de 2023. Este período estará muy condicionado por las consecuencias económicas y políticas de la guerra con Rusia, específicamente los precios del gas y las gasolinas y la inflación arrastrada por el incremento de los precios de estos productos.
Las consecuencias de la guerra solo empezaran a mitigarse cuando Rusia decida proclamar un alto el fuego y, en consecuencia, ningun gobierno tiene capacidad para evitarlas mas allá de adoptar medidas paliativas que las hagan mas llevaderas.
Durante los casi tres años de legislatura transcurridos el gobierno progresista ha tenido que enfrentarse a graves problemas nada frecuentes: una pandemia, una erupción volcánica y una guerra en Europa y todas ellas las ha resuelto con solvencia, aunque sufriendo inevitablemente mucho desgaste. En este verano, cuando la pandemia sigue presente aun con menor virulencia y la guerra de Ucrania está en todo su apogeo, surge una potente ola de calor derivada de la presencia cada vez mas potente del cambio climático. El exceso de calor impulsa la propagación de los incendios forestales hasta unas proporciones nunca vistas que todo apunta pueden ser mucho mayores en años sucesivos si no se toman medidas contundentes.
El gobierno con las medidas adoptadas durante la pandemia y después de ella y las relativas a las consecuencias de la guerra de Ucrania, presenta unos datos casi óptimos en casi todos los indicadores salvo la inflación en cuyo control tiene herramientas limitadas debido a que su causa está en la guerra.
Salvo el dato de inflación, todos los demás indicadores son positivos: el PIB, el descenso del paro, el aumento de empleo con mayoría creciente de contratos fijos, que se añaden a otras actuaciones como la subida del SMI, los ERTES, o la reforma laboral. Además la actuación del gobierno en Europa ha sido muy positiva consiguiendo la aprobación de la excepción ibérica que ha permitido reducir significativamente el precio de la luz o el reciente acuerdo que nos permite limitar nuestro ahorro energético al 7% en vez de al 15 de la mayoría de los países de la Unión, además de darnos una opción para la exportación de gas natural licuado.
Sería también muy necesario que el sector Podemos del gobierno dejase de marcar territorio con posturas discrepantes, muchas veces defendiendo posiciones sectarias y fuese mas solidario con el gobierno. La modificación de su postura ante la guerra de Ucrania y facilitar un acuerdo presupuestario en los gastos de defensa serían oportunidades que Podemos tendría que aprovechar. hay que esperar que los buenos oficios de Y. Diaz tengan un resultado positivo.
La proximidad en año y medio de elecciones generales y en menos de un año de municipales y autonómicas, obliga al gobierno y a los partidos a tomar posiciones estratégicas.
El presidente del gobierno no ha hecho cambios en su gabinete pues no tiene intención de modificar sus políticas que están siendo acertadas y muy efectivas, pero si ha cambiado a los portavoces parlamentarios ydl partido pues la comunicación con la sociedad y la coordinación con los partidos que forman mayoría parlamentaria es manifiestamente mejorable.
En definitiva aunque el gobierno toma las iniciativas adecuadas en situación muy difícil, las críticas públicas de Podemos, muchas veces resolubles con una negociación previa y los errores de comunicación, hacen que lleguen con dificultad a la sociedad.
Otro aspecto que es imprescindible mejorar, especialmente de cara a las elecciones municipales y autonómicas, es la relación de las direcciones federal y regional con los afiliados del partido.
En Madrid y probablemente en muchos otros territorios, la pandemia ha dejado desmovilizada a buena parte de la militancia, además las actitudes conformistas y un tanto pasivas de algunos comités locales y del propio comité regional que de forma implícita consideran que ellos son el partido y los militantes solo están para pagar las cuotas y poco mas, han llevado a que muchos militantes sean meros espectadores y no participen en la política local, lo que en setas condiciones sería muy necesario. Los resultados de Andalucía seguramente estén relacionados con esa actitud pasiva de la militancia.
Madrid, tanto Comunidad como Ayuntamiento, puede ser una oportunidad, si los grupos de izquierdas somos capaces de presentar candidaturas solventes y creíbles. El alcalde Almeida está muy debilitado por su identificación con Casado y por una gestión muy deficientel mientras que la presidente Diaz Ayuso que ha sido sonreída hasta ahora por la suerte pues sus continuas extravagancias han caído bien en e electorado de derechas, puede perder ese carisma y seguir el camino de Boris Jonhson si satura a sus seguidores y sufrir una caída en picado si su electorado deja de aplaudir sus cada vez más esperpénticas posiciones.
En el PSOE, la formación de las candidaturas locales y autonómicas se realizan formalmente mediante elecciones primarias cerradas a la militancia o abiertas a la ciudadanía pero, en la practica, muchas veces se omiten por las dificultades estatutarias, excesivo número de avales requeridos, y por la falta de interés de muchos órganos de dirección a los que resulta mas cómodo decidir en "petit comité" las candidaturas que en demasiadas ocasiones se convierten en funcionarios virtuales como demuestra el excesivo número de candidatos que repiten una y otra vez. Si se trata de primarias abiertas requieren, además, un permiso especial que creo que no se ha concedido nunca en Madrid.
Para dinamizar el papel de militantes y simpatizantes sería imprescindible la realización de primarias, preferentemente abiertas, en el máximo número de municipios y en la propia Comunidad de Madrid.
Los partidos a la izquierda del PSOE tendrían que acelerar su proceso de convergencia. El Movimiento SUMAR que protagoniza Yolanda Diaz debe estar disponible aunque no esté cerrado del todo en las municipales y autonómicas de Junio.
La derecha por su parte también ha hecho algunos movimientos el emas relevante la sustitución de P. Casado por N. Feijoó que aunque el PP lo considera el inicio de un Nuevo Ciclo, hasta ahora se limita a un cambio de caras. La continua oposición a todo de la presidenta de Madrid y las mala gestión de los incendios y los disparates del vicepresidente de la Junta de Castilla y León no facilitan el cambio de imagen.
Ciudadanos por su parte ha iniciado un largo proceso de reflexión protagonizado por los lamentables dirigentes actuales que seguramente servirá paras certificar su desaparición.