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10 noviembre 2012

Four more years for Obama



Cuatro años más de Barack Obama en la Casa Blanca suponen un alivio para todos los progresistas de cualquier parte del mundo, que veíamos con terror la posibilidad de que un personaje tan reaccionario como Mitt Romney accediera a la presidencia de EE.UU., engrosando la nómina de "brillantes" dirigentes políticos occidentales como Mariano Rajoy o Ángela Merkel por tanto.

Bienvenida la segunda victoria de B. Obama

El proceso electoral estadounidense empezó a principios de año con un candidato demócrata, B Obama, claramente favorito frente a un conjunto de precandidatos republicanos muy conservadores y poco brillantes que no parecían tener muchas posibilidades de ganar.

Cuando a finales de Agosto la Convención Republicana eligió al "ticket" formado por Mitt Romney, miembro activo de la secta de los mormones y Paul Ryan, un guaperas antieuropeo partidario del ultra liberalismo económico, la victoria por goleada parecía asegurada. El curriculum antihispano del candidato y su carácter antifeminista tampoco le ofrecían muchos apoyos. Era, en definitiva, una candidatura auspiciada por el "tea party", el sector más reaccionario del Partido Republicano, excesivamente conservadora incluso para la mayoría de la población norteamericana.

Las elecciones norteamericanas producen algunos elementos marginales de reflexión, entendiendo por ello aspectos no evidentes que espero supongan algún tipo de novedad sobre los análisis tradicionales, que en buena parte comparto pero que no voy a repetir pues han sido ampliamente difundidos.

Mi "primera reflexión marginal" parte del primer cara a cara entre Obama y Romney en el que, como hasta el mejor escribano echa un borrón, parece que ganó Romney (ver en este mismo blog el post http://alfredo20032.blogspot.com.es/2012/10/los-debates-obama-romney.html publicado hace unas semanas).

A partir de ese momento y aunque los siguientes cara a cara dieron resultados muy distintos, parece que la inmensa mayoría de las encuestas hablaban de un "empate técnico" como resultado previsible. El patinazo de todas estas encuestas fue espectacular, pues finalmente Obama ganó por un amplio margen de casi 100 delegados a falta de Florida, incluyendo todos los Estados dudosos y una diferencia de más de dos millones de votos populares.

¿Por que se equivocan las encuestas? No creo que la competencia técnica de los institutos de opinión sea baja, pues tienen acreditada una experiencia de muchos años, me inclino a creer, lamentablemente, a que han tenido un excesivo sesgo a favor del Partido Republicano que ha gastado ingentes cantidades de dinero en la campaña electoral. En una reciente entrevista con un responsable económico de la campaña de Obama, se le preguntaba por las causas del enorme coste económico de las elecciones y la respuesta era que se debía a los pocos limites que tenían las donaciones a los partidos políticos, situación que favorecía especialmente al Partido Republicano que tenía donaciones millonarias de las grandes corporaciones, y de personajes como Sheldon Adelson, promotor en Madrid de Eurovegas. Estas donaciones quizá expliquen el sesgo de las encuestas que, afortunadamente, estaban totalmente equivocadas. Las encuestas suponen una potente herramienta de información que puede perder toda confianza si se ponen al servicio descarado de intereses partidistas, como parece haber ocurrido en este caso.

Sobre financiación en USA y encuestas es muy interesante la opinión de Vicenç Navarro en el plural.com  Lo que no se ha dicho en los medios sobre las elecciones en EEUU.

La segunda reflexión marginal está relacionada con la interpretación extremadamente cínica que se hace sobre el comportamiento de los candidatos en la gestión de la tormenta tropical Sandy que produjo enormes destrozos en la costa este de EE.UU.

Leyendo algunos análisis puede parecer que la devastadora tormenta fue una bendición para Obama, pues le permitió publicitarse como comandante en jefe y le ayudó a ganar las elecciones. Ese análisis tan cínico, que solo valora el aspecto táctico de la actuación de Obama, obvia la actitud de G.W. Bush en situaciones similares como el huracán Katrina, que asoló Nueva Orleans, o en un contexto más cercano, las lamentables actuaciones del gobierno popular de J.M: Aznar en situaciones críticas como el hundimiento del Prestige, el accidente del Yak 42, o, también en período electoral, el atentado de los trenes de cercanías del 11M en Madrid.

Sea en período electoral o fuera de él, un gobernante honesto debe dar la cara en una situación catastrófica y Obama supo estar a la altura de las circunstancias provocadas por Sandy, mientras otros dirigentes políticos norteamericanos o españoles, intentaron escurrir el bulto en situaciones críticas para su país.

Enhorabuena al mundo por el triunfo de Obama que puede contribuir a mejorar la situación política mundial en los próximos cuatro años.

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