Páginas

29 marzo 2014

El papel del Parlamento Europeo

Hace pocos días tuve ocasión de asistir en Majadahonda, a uno de los primeros actos pre-electorales de la campaña socialista a las elecciones al Parlamento Europeo.

Intervinieron en el acto, el Secretario General de Majadahonda y candidato al Parlamento Europeo (P.E.), Borja Cabezón y la presidenta del grupo parlamentario socialista en el parlamento regional de Madrid, Amparo Valcarcel.

El acto, con una asistencia bastante aceptable para estar en el inicio de la campaña, transcurrió por los cauces habituales en este tipo de convocatorias:

  • Se puso de manifiesto la importancia de las instituciones europeas para nuestro país, pues un alto número de las decisiones políticas que nos afectan actualmente a los ciudadanos españoles se toman en Bruselas.
  • Borja se extendió sobre las características que debe tener la Europa a la que aspiramos los socialistas, destacando algunos puntos fuerza importantes que se incluyen en nuestro programa y en la importancia que tendría que un socialista como M. Schulz ocupase la presidencia de la Comisión Europea, en un contexto europeo de dirigentes conservadores poco brillantes.
  • Amparo puso el énfasis en la importancia política que tendría para el PSOE, en clave de política nacional, una victoria con un buen resultado en las elecciones europeas,  después del destrozo a que están sometiendo nuestro país las políticas del gobierno del Partido Popular.
Estos planteamientos son el núcleo natural de la campaña y no hay nada que objetar. La  clave nacional es parte de forma incuestionable de cualquier campaña electoral y el PP merece un fuerte castigo por las políticas que está realizando en España, el eje de la campaña europea tiene que ser Europa y en este contexto es imprescindible defender las características que tiene que tener la  Europa a la que aspiramos, más allá  de las elecciones del 25 de Mayo.

Sin embargo, hay que tener en cuenta también las actuaciones reales que se pueden, hacer desde el P.E.  en la situación actual. Tras el fracaso de la convención europea de 2004, con el rechazo en referendum por Holanda y Francia del proyecto de constitución europea, que hubiera dado un fuerte impulso a la construcción de la Unión, se volvió al "avance por  fasciculos" tradicional de Europa y se firmó el tratado de Lisboa de 2007 que aunque incluye algunos avances, mantiene todavía bastantes limitaciones en el papel del parlamento.

Las funciones del P.E. se incrementan dándole, por un lado mayor capacidad legislativa y por otro, otorgándole la potestad de elegir directamente al presidente de la Comisión, equivalente al primer ministro de la Unión. 

Sin embargo, este avance democrático de carácter federal, se ve limitado porque el Consejo, la parte más confederal de la Unión, mantiene la prerrogativa de nombrar al alto representante de Asuntos Exteriores y Seguridad y al Colegio de Comisarios, el equivalente al Consejo de Ministros europeo, que tienen que representar a 2/3 de los Estados Miembros.

En la practica, un futuro presidente progresista de la Comisión  tendría que dirigir un colegio de comisarios mayoritariamente conservador, pues la inmensa mayoría de los gobiernos europeos son actualmente de derechas.

Esta situación  supone una mejora sustancial sobre la que tenemos ahora, Presidente y Colegio de Comisarios de mayoría conservadora, pero limita la acción del  gobierno de la Unión, que no puede ser un reflejo fiel de la mayoría parlamentaria.

El tratado de Lisboa aumenta también las competencias legislativas del P.E., pero mantiene todavía un amplio catálogo de procedimientos legislativos especiales por los que en determinadas cuestiones, algunas de ellas extremadamente importantes, la capacidad normativa corresponde al Consejo, casi siempre por unanimidad y a veces con necesidad de ratificación por los Parlamentos Nacionales, mientras que el papel del P.E. es secundario, ratificación posterior o, simplemente, ser informado.

Entre los asuntos incluidos en los procedimiento especiales están los relativos a:

  • Protección y seguridad social de ciudadanos y trabajadores.
  • Procedimientos de déficit.
  • Funciones del BCE y del BEI.
  • Movimientos de capitales.
  • Fiscalidad y energía
  • Recursos propios de la Unión.
A pesar de estas limitaciones, que rebajan considerablemente las posibilidades actuales del P.E., las elecciones europeas tienen extraordinaria importancia y es imprescindible que, a pesar de la desconfianza actual hacia los políticos y la política, haya una amplia participación  de los ciudadanos. Es necesario hacer un esfuerzo de racionalidad y no dejarse llevar por lo que nos "pueda pedir el cuerpo". Las movilizaciones sociales son extraordinariamente importantes pero, si no tienen una traducción política, pierden mucho de su valor.

Quisiera manifestar mi esperanza de que los representantes socialistas que resulten elegidos miembros del P.E., se "dejen la piel" en su función, pues los datos disponibles de la representación anterior, en Europa se mide casi todo, no son muy halagüeños en lo que se refiere a la actividad parlamentaria de nuestros representantes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario