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04 mayo 2015

Darse un tiro en un pie

La imprudente costumbre de darse un tiro en el propio pie, parece popularizarse en algunos de nuestros dirigentes políticos de primera fila.

El último en ejercitar esta práctica ha sido el ideólogo y fundador de Podemos J.C. Monedero y lo ha hecho en el peor de los momentos posibles, los días previos a unas elecciones municipales y autonómicas.

Las razones de fondo de su dimisión pueden estar relacionadas con la revelación de los pagos recibidos del gobierno de Venezuela, nunca aclarados, con las discrepancias relativas a la estrategia política de Podemos o, incluso, con el repentino interés de este dirigente en salvar su alma; pero lo que no se comprende, es la inoportunidad del momento elegido. ¿No sabe un dirigente político de la experiencia de Monedero que estos anuncios de disensiones internas tienen una influencia nefasta en las expectativas electorales de su partido?

Es posible que se trate de un calentón, pero J.C. Monedero lleva muchos años en política y lo más probable, es que sea una acción provocada para dar un aviso a los navegantes de sus propias filas. Los avances en la negociación de la investidura de Susana Diaz, en los que parece que Podemos empieza a flexibilizar su postura, en contra del criterio más fundamentalista de Monedero, pueden haber actuado de detonante en esta decisión.

En todo caso, las cartas de amor fraterno intercambiadas al día siguiente con su líder máximo P. Iglesias, para intentar minimizar los daños no ofrecen ninguna explicación convincente. Son más bien cursis y un tanto patéticas.

Podemos no es el único partido que practica el deporte del "tiro al propio pie", hace pocos meses la también veterana dirigente de UPyD, Rosa Diaz, presentaba una oposición numantina a cualquier acuerdo con C´s y provocaba una profunda crisis de identidad en un partido que, hasta hace pocos meses, parecía estar en trayectoria ascendente.

Otro aficionado a esta peligrosa práctica es el candidato de I.U. Alberto Garzón. Después de que IU no fuera capaz, en su momento, de capitalizar políticamente al 15M y de negarse, posteriormente, a firmar un acuerdo con Podemos en las elecciones europeas, ha intentado por todos los medios un acuerdo con ellos. Podemos les ha puesto unas condiciones tan inadmisibles, que supondrían casi la disolución de IU. A pesar de todo, Garzón quiso aceptarlas y solo consiguió dividir más a su organización, especialmente a su federación de Madrid, y despistar a sus electores.

La conclusión está  a la vista: IU ha perdido  más de la mitad de su representación en Andalucía y se está quedando en cuadro en una buena parte del país.

El PP podría haber sido incluido también en la categoría de los que se autolesionan en el pie, tras haber echado a los leones  de tan forma espectacular a R. Rato, pero, más que un tiro en el pie, el asunto Rato puede ser un intento de adelantar una crisis que les habría reventado en cualquier caso y, seguramente, en un momento todavía peor.

El PP se ha dado ya suficientes tiros a si mismo en los últimos años y no necesita ningún tiro más.

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