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31 marzo 2016

Un paso de gigante

Después de más de cien días desde el 20D y pasadas las vacaciones de semana santa, se ha celebrado la anunciada reunión entre los S.G. del PSOE, Pedro Sánchez y de Podemos, Pablo Iglesias.

Durante las últimas semanas, hemos asistido a interminables tertulias de "análistos" mareando sistemáticamente la misma perdiz y echando siempre las mismas cuentas, para intentar demostrar que el pacto a tres que propone el PSOE, es imposible y que todo son tácticas de los protagonistas para salvarse a si mismos. A la vista de los primeros resultados, todos estos "expertos" se han confundido totalmente. La reunión celebrada ha permitido dar un paso de gigante hacia un acuerdo de gobierno que ahora se presenta como muy posible, aunque no esté exento de dificultades.

Como resultado de la reunión que ha sido cordial, dentro de un espíritu de concordiacon regalos incluidos, se ha producido un hecho de la mayor importancia, la aceptación por parte de Podemos de celebrar reuniones exploratorias conjuntas entre PSOE, C´s y el propio Podemos, este hecho junto con otros gestos como la modulación de sus posiciones en materia laboral y económica o la retirada de la pretensión de P. Iglesias de optar a ser vicepresidente de un futuro gobierno, supone que Podemos ha pasado el Rubicón del pacto.

Teniendo en cuenta que Cs ya dio este mismo paso cuando acepto también mantener este tipo de contactos, podría decirse parafraseando a Julio Cesar: Alea iacta est, pues este paso del Rubicón supone a mi entender un punto de muy difícil retorno.

Si en estas reuniones no se producen acuerdos, primero en la definición del programa y, posteriormente, en la composición del gobierno, los costes políticos para los responsables del fracaso serán seguramente muy altos. Esta razón puede ser suficiente para pensar que los tres partidos han decidido hacer todos los esfuerzos posibles por hacer un gobierno reformista y progresista que jubile a  Rajoy y envíe al PP a depurarse una larga temporada en la oposición.

En todo este proceso, Pedro Sánchez está alcanzando un nivel político muy considerable. Está a punto de liderar un gobierno de coalición entre fuerzas muy diferentes, a partir un mal resultado electoral, y con fuertes presiones del establishment mediático, económico, europeo y político, incluyendo algunos personajes del propio PSOE.

Aunque lo mejor que puede pasar en España, es que esta operación llegue a buen puerto y se consiga un gobierno de consenso, si finalmente no fuera posible, el PSOE, con Pedro Sánchez como candidato, estaría en las mejores condiciones para ganar las próximas elecciones generales.

27 marzo 2016

Obama en Cuba

Para los miembros de mi generación, que nacimos a mediados del siglo XX y tenemos una ideología de izquierdas, la revolución cubana, (1 de enero de 1959), ha tenido una presencia constante en nuestras vidas.

Durante más de 50 años, hemos asistido a todos los acontecimientos ocurridos desde ese momento en Cuba: el desembarco de Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles, las acciones revolucionarias del Che Guevara hasta su muerte en Bolivia, la participación cubana apoyando a diversos movimientos revolucionarios en distintos países y, sobre todo, al sistemático bloqueo norteamericano que ha mantenido a Cuba durante muchos años al limite de la supervivencia.

El bloqueo cubano comenzó en 1962, bajo la presidencia de Kennedy, después de la crisis de los misiles. En 1975, siendo presidente G. Ford, se establecieron algunos contactos secretos que suavizaron el embargo, aunque esta mínima distensión se cortó con el pretexto de la participación cubana en la independencia de Angola. En los años siguientes bajo las administraciones republicanas de Reagan y Bush padre, se endurecen las sanciones a Cuba, en 1982, con la inclusión en la lista de países terroristas y en 1992, con la Ley Torricelli. El último hito del bloqueo se produjo en 1996, durante la Administración Clinton, con la aprobación de la Ley Helms Burton.

El fin de la Unión Soviética privó  a Cuba de su mayor apoyo, aunque mantuvo su resistencia con otras alianzas en el continente americano: Ecuador, Bolivia, Nicaragua y, sobre todo, Venezuela, durante su período de bonanza económica debido al petroleo, sustituyeron el anterior apoyo de la Unión Soviética.

Desde el comienzo del siglo XXI, la situación internacional de Cuba se ha hecho cada vez más difícil. El atraso técnico y económico, a pesar de la potencia que siempre ha tenido en sanidad y educación, la falta de libertades políticas, la presión internacional y el envejecimiento inevitable de Fidel y Raul Castro, hacían temer un desenlace negativo a la revolución cubana cuando Fidel y Raul desaparecieran. 

Es bastante evidente que el régimen cubano necesita una liberalización interior, que tímidamente empezaba a hacerse en el área económica, aunque no tanto en la política. En este contexto, el cambio de actitud de la comunidad internacional, singularmente de los EE.UU., se hacía imprescindible.

No hace falta ser un experto en política norteamericana, para considerar que el momento oportuno es necesariamente, el último año del segundo mandato de un presidente demócrata, cuando terminado su ciclo presidencial, no tiene aspiraciones electorales y tiene mayor libertad de hacer política con mayúscula.

Afortunadamente así ha ocurrido, Obama ha cumplido con las previsiones y ha utilizado sus últimos años para empezar a romper el bloqueo de Cuba con la circunstancia positiva de hacerlo estando todavía vivos los hermanos Castro. Sin su presencia, el régimen cubano estaría debilitado y las posibilidades de una apertura cubana, que fuera capaz al mismo tiempo de mantener los mejores logros de la revolución, serían mucho menores.

El fin de más de cincuenta años de bloqueo, que está próximo a llegar tras el comienzo del deshielo en diciembre de 2014 y la reciente visita de Obama a Cuba, tendrá como consecuencia la reintegración de Cuba a la participación plena en la comunidad internacional, y constituirá una excelente noticia, no solo para los cubanos sino también para todos los que a pesar de sus contradicciones, hemos apoyado la resistencia cubana al bloqueo durante estos años.

19 marzo 2016

Devolución en caliente

En abril de 2015, hace casi un año, las autoridades fronterizas españolas empezaron  a utilizar las "devoluciones en caliente", consistentes en expulsar inmediatamente a los inmigrantes en la frontera de Melilla, nada más pisar territorio español. Estas actuaciones ilegales provocaron muchas protestas en España y en el exterior que consiguieron finalmente que, en la práctica, dejaran de utilizarse, aunque no puede garantizarse que no vuelvan a aparecer.

Unos años antes, en 1996, la técnica de  expulsión, había sido más expeditiva todavía. Siendo ministro del interior el inefable  Mayor Oreja, se metieron en un avión 103 emigrantes subsaharianos, se les drogó y se les envió a África sin distinguir nacionalidades, "Teníamos un problema y lo hemos resuelto" declaró el presidente del gobierno, el afortunadamente irrepetible J.M. Aznar.

La propuesta de acuerdo firmada entre la Unión Europea y Turquía parece ser, 20 años después de esta opinión contundente de Aznar, la versión europea de resolver este tipo de problemas. Se trata de un acuerdo ilegal e inmoral, inconcebible hasta hace poco tiempo en la Unión Europea. Los gobiernos europeos más progresistas, el europarlamento, las ONGs y, en última instancia, los ciudadanos europeos, tenemos que hacer todo el esfuerzo posible para erradicarlo y atender a los inmigrantes de una manera digna.

Después del primer pre-acuerdo con Turquía, ha habido alguna rectificación, antes de la firma final, a la que no ha sido ajena la resolución del Parlamento español promovida por el conjunto de la oposición. Con estas modificaciones se han sorteado los aspectos más impresentables de la propuesta, las devoluciones masivas, que se han sustituido por devoluciones individuales, después de un estudio, supuestamente personalizado y teniendo en cuenta los grupos protegidos por la ONU, mujeres, niños, ancianos y minusválidos.

A pesar de estos cambios, sin duda positivos y que permitirán también actuaciones legales que dificulten las expulsiones, el tema fundamental no se modifica y se sigue subcontratando a un país como Turquía, que difícilmente puede considerarse seguro, la acogida de los refugiados, a cambio de dinero y concesiones políticas.

El acuerdo no soluciona, ni siquiera alivia, la situación de las decenas de los miles de refugiados que deambulan en condiciones lamentables por el centro de Europa, aunque parece que las limitaciones son solo para los que lleguen en el futuro.

Los Estados Miembros tienen que empezar a ofrecer asentamiento digno a los todos los refugiados, los que están ya en Europa y los que se  queden en Turquía que solo debería ser una solución provisional.

Los ciudadanos europeos que estamos indignados con esta actuación de nuestras autoridades, tenemos que movilizarnos con fuerza y repetir las grandes manifestaciones que tuvieron lugar en 2004 durante la invasión de Iraq, pues, aunque se han hecho muchas actuaciones, sobre todo asistenciales protagonizadas por las ONGs solidarias, es imprescindible que los grandes partidos de izquierdas y los sindicatos tomen posición decidida en este asunto y no se limiten a convocar de un día para otro movilizaciones con las que parece que solo se quiere cumplir el expediente. Europa es mucho más solidaria de lo que se ha demostrado y las grandes organizaciones de izquierdas tienen que canalizar esas fuerzas de forma similar a 2004.

También se ha echado en falta una actuación más firme del parlamento europeo que esta vez no ha estado a la altura de las circunstancias.


09 marzo 2016

Bloqueo a la investidura

El primer intento de investidura de Pedro Sánchez se ha cerrado finalmente  de forma negativa (131 votos positivos y 219 en contra), gracias al bloqueo conjunto del PP, Podemos, sus confluencias y satélites y los grupos nacionalistas.

Aunque a primera vista pueda parecer que todo sigue igual, una mirada más profunda nos revela que se ha dado un paso fundamental: el acuerdo PSOE-C´s, que constituye un núcleo duro de gobierno en la centralidad del arco parlamentario, que si se consolida, y se están dando pasos para ello, puede ser la base del próximo gobierno haya o no haya elecciones generales en Junio.

Dado que los 131 votos no son suficientes es necesario abrirse  a derecha izquierdas para ampliar el acuerdo, buscando el PSOE la abstención de Podemos y C´s la del PP, pero ambos siguen enrocados en sus posiciones pretendiendo una vuelta atrás que deshaga el pacto ya conseguido. Sería absurdo deshacer el único pacto existente a  cambio de nada y tanto PP como Podemos y su constelación de confluencias y satélites deberían darse cuenta. El primero que mueva ficha en sentido positivo conseguirá que el acuerdo vire más a la izquierda o más a la derecha, pues parece del todo improbable que P.Iglesias consiga ser supervicepresidente del gobierno como ambicionaba y que M.Rajoy repita como presidente del gobierno.

Albert Rivera está intentando una maniobra, tipo CUP de Cataluña, que consiguió la salida de Artur Mas cambiandolo por un candidato poco conocido que se sacaron de la manga. No parece fácil repetir esa operación con el PP pero tiene razón Rivera al decir, si lo consiguiera cambiaría el escenario y, en consecuencia, al PSOE nos lo pondrían bastante más difícil.

Quedan menos de dos meses para las nuevas elecciones y en ese tiempo, tendrían que producirse cambios en la actitud de PP y/o Podemos pues la hoja de ruta de PSOE y C´s parece clara: consolidar el pacto alcanzado y presionar sobre PP y Podemos para romper su resistencia. La presión complementaria sobre IU, Compromis o PNV, aunque no decisiva, puede contribuir a debilitar a Podemos y hacerle cambiar de posición.

Hay dos factores que pueden contribuir a cambiar el escenario.

Uno son las crisis internas que hay en  los dos partidos. Podemos tiene en gestora varias comunidades autónomas, y esta teniendo contestación en algunas de sus confluencias, Compromis y  su hasta ahora fiel vasallo, IU, parece también empezar a tomar alguna iniciativa propia. Por otro lado algunos relevantes colaboradores como el fiscal Villarejo o la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, empiezan también a mostrar discrepancias.

En el PP cada vez más sitiado por la corrupción, también empiezan a detectarse presiones internas para que  Rajoy se eche a un lado, aunque en un partido tan hermético como el popular, casi nadie se atreve todavía a moverse.

El segundo factor que puede hacer cambiar de actitud tanto a Podemos como al PP, son las encuestas. La encuesta del CIS de enero, recién pasadas las elecciones, les daba una ligera ventaja, pero, una vez celebradas las consultas del rey y realizados los primeros movimientos, el panorama ha cambiado y los dos partidos que han tomado una actitud positiva, PSOE y C´s, están mejorando sus expectativas mientras Podemos y PP, que se han cerrado en  posiciones sectarias, retroceden. Estas tendencias son todavía muy  poco relevantes pero si se agudizan, es muy posible que tanto uno como otro partido se replanteen sus posiciones.

Después de la segunda sesión de investidura, estamos asistiendo a una aburrida y un tanto absurda guerra de trincheras con maniobras tácticas de corto alcance del tipo de quien se reúne con quien y quien invita y quien acepta, la invitación. Estas maniobras son solo pasto para que los mismos periodistas de siempre  y en las mismas tertulias, sigan mareando la perdiz sin aportar nada nuevo, más allá de especulaciones casi siempre interesadas y muchas veces disparatadas que no conducen a ninguna parte.

Entre tanto el mundo sigue girando. En Siria hay una tregua inestable y los refugiados siguen pasando hambre, frío y miserias, mientras Europa muestra su peor cara. En EE.UU. avanza un posible candidato a la presidencia que, como no lo paren, es capaz de hacernos volver a los peores años de la guerra fría.