La nueva vuelta de tuerca dada por los independentistas catalanes, aprobando su hoja de ruta para la desconexión con España, ha tenido repercusiones importantes en el proceso de investidura, pues los diputados separatistas han pasado definitivamente a no poder ser tenidos en cuenta en ninguna mayoría de gobierno.
La propuesta del govern fue aprobada en el parlament, con el voto contrario, eso si con distintas formas por aquello de juntos pero no revueltos, de PP, PSOE, Cs y Podemos version catalana.
En consecuencia, tanto la propuesta podemita, por la izquierda de "pacto a la valenciana", como el esquema que los socialista han propuesto al PP para que intenten formar un gobierno apoyado por los partidos de centro derecha, pierden sentido al fallar en ambos casos la "pata" catalana. Los 17 diputados catalanes han pasado, junto con los dos de Bildu, a estar en un estado de cuarentena política, y no pueden contar para ningun esquema de gobierno, sea desde la izquierda o desde la derecha.
Con este escenario, o se firma un pacto de progreso entre PSOE, Cs y Podemos, como el que propuso P. Sanchez en Marzo y estamos pidiendo un número creciente de ciudadanos, o nos tendremos que tragar el sapo para que gobierne el PP, si se quieren evitar las terceras elecciones.
Si finamente así fuera, además de las grandes dosis de omeoprazol que tendríamos que tomarnos los votantes socialistas para digerir al batracio, sería necesario que, al menos PSOE y Cs, y si fuera posible también Podemos, coordinaran sus acciones para exigir al PP unas condiciones mínimas, mucho mas rigurosas que los 125 puntos, versión light, que dicen compartir del pacto firmado en Marzo por el PSOE y Cs y que incluyera también el compromiso de presentar una moción de confianza a media legislatura.
En estas condiciones el Parlamento tendría un papel clave para revertir algunas de las iniciativas más perniciosas de los cuatro últimos años de gobierno popular y se podría preparar una alternativa de gobierno en un plazo más corto que largo. La abstención de PSOE y Cs no tiene, si se hace y se explica correctamente, porque poner en duda el papel de oposición que estos dos partidos tienen que tener. Podemos por su parte tiene que decidir si madura y participa de forma constructiva en las tareas de la oposición o si se echa al monte y se dedica a practicar de forma entusiasta la demagogia.
En el PSOE, la decisión de tragarse el sapo tendría que ser colectiva y por tanto adoptada por el Comité Federal y ratificada por los militantes, lo que, casi inevitablemente, nos lleva a mediados de Septiembre.
Con este escenario, o se firma un pacto de progreso entre PSOE, Cs y Podemos, como el que propuso P. Sanchez en Marzo y estamos pidiendo un número creciente de ciudadanos, o nos tendremos que tragar el sapo para que gobierne el PP, si se quieren evitar las terceras elecciones.
Si finamente así fuera, además de las grandes dosis de omeoprazol que tendríamos que tomarnos los votantes socialistas para digerir al batracio, sería necesario que, al menos PSOE y Cs, y si fuera posible también Podemos, coordinaran sus acciones para exigir al PP unas condiciones mínimas, mucho mas rigurosas que los 125 puntos, versión light, que dicen compartir del pacto firmado en Marzo por el PSOE y Cs y que incluyera también el compromiso de presentar una moción de confianza a media legislatura.
En estas condiciones el Parlamento tendría un papel clave para revertir algunas de las iniciativas más perniciosas de los cuatro últimos años de gobierno popular y se podría preparar una alternativa de gobierno en un plazo más corto que largo. La abstención de PSOE y Cs no tiene, si se hace y se explica correctamente, porque poner en duda el papel de oposición que estos dos partidos tienen que tener. Podemos por su parte tiene que decidir si madura y participa de forma constructiva en las tareas de la oposición o si se echa al monte y se dedica a practicar de forma entusiasta la demagogia.
En el PSOE, la decisión de tragarse el sapo tendría que ser colectiva y por tanto adoptada por el Comité Federal y ratificada por los militantes, lo que, casi inevitablemente, nos lleva a mediados de Septiembre.
Yo creo que los militantes socialistas van a votar mayoritariamente por el no a Rajoy.
ResponderEliminarNo creo que quieran tragarse un sapo de ese tamaño.
Y ell@s saben que el omeprazol tiene muchos efectos secundarios (osteoporosis, etc).
Cuatro años más de Rajoy con todos los poderes del Estado a su servicio (fiscales, RTVE, etc.) pueden ser 8 o 12.
Y Rajoy intentará (como Felipe IV) evitar la independencia de Cataluña mediante la represión pura y dura. Con lo cual cada vez habrá más independentistas y la situación puede llegar a un punto crítico de imprevisibles resultados.
Necesitamos a Pedro Sánchez de Presidente.
Que haya consulta y que los militantes socialistas decidan.
Yo voté al Psoe, como alternativa al PP, para que cambiara las políticas que venía aplicando, si mi voto se utiliza para que siga el PP me lo tendré que plantear de nuevo. Sería curioso que la negativa de Podemos a un pacto con Psoe y C´s sirviera, en realidad, para unirlos en la oposición y no en el gobierno, eso se llama "el perro del hortelano". Si Rajoy tiene una investidura fallida entonces será el momento de Sánchez, no con Podemos, que esa posibilidad fue inutilizada por los novatos en la anterior legislatura, sino con una posición de mayor fuerza ante Rajoy que permita negociar la derogación de “Ley Mordaza”, la Lomce, reforma laboral, etc. que animen a los ciudadanos, erosionen al PP y que sólo dure media legislatura.
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