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26 marzo 2018

Vanidad curricular

Hace 50 años, en mi época de estudiante universitario, solo había dos opciones de titulación: la licenciatura y el doctorado, no había, salvo contadas excepciones muy especificas,  ningún máster que pudiera complementar tus conocimientos.

La inmensa mayoría de los universitarios nos conformábamos con obtener una licenciatura, solo unos cuantos, habitualmente porque querían dedicarse a la docencia o a la investigación, optaban por seguir los cursos de doctorado. 

En los últimos años ha aparecido una gran oferta de títulos de master para completar los estudios de grado (la antigua licenciatura). Las razones de esta oferta son variadas y de distinto tipo.
  • La diversidad de conocimientos que no se pueden abarcar en una licenciatura típica.
  • La necesidad de mejorar el curriculum para obtener mejores ofertas de empleo.
  • La búsqueda de financiación por las universidades publicas y privadas.
Si se presenta un titulo universitario o un master en una oferta de empleo o en una oposición, se tiene que presentar también la documentación que acredita que han realizado los correspondientes estudios pero si, como parece cada vez mas frecuente en algunos responsables políticos, el interés del titulo es solo adornar el curriculum, puede caerse en la tentación de auto adjudicarse un titulo que no se posee pensando que nadie se va a tomar la molestia de comprobarlo.

El primer caso que tuvo notoriedad fue el de Luis Roldan, que antes de que empezaran sus aventuras por el mundo con el dinero robado, se adjudicó en su curriculum un titulo de Ingeniero Industrial que nunca había obtenido.

Recientemente el periódico Infolibre publicaba algunos casos de personajes relevantes que  habían engordado su curriculum con titulaciones que no poseían.

No es facil descubrir estos engaños, si no se filtra la información por algún medio, un chivatazo, normalmente de "fuego amigo" originado en las propias filas. En alguna otra ocasión, "por la boca muere el pez" como fue el caso de un responsable político local que, después de tener publicado durante varios años que poseía un titulo universitario, confesó en una entrevista de prensa que no ha terminado sus estudios.

El caso de Cristina Cifuentes, que todas las informaciones apuntan a que es una falsedad, no es por tanto en si mismo extraordinario aunque si lo es  el hecho de que no se haya limitado a inventarse el master sino que, además, parece que ha contado con la complicidad de algunas autoridades académicas de la Universidad Rey Juan Carlos y eso es mucho más que un engaño, es un fraude y quizá un delito que, de no dar explicaciones convincentes debe acabar con su dimisión, arrastrando de paso a sus cómplices académicos.


2 comentarios:

  1. Tienen que dimitir todos, no se puede mentir de esa forma, con lo que nos costó a nosotros los estudios de ingeniería.., y ahora vienen estos becerros y se apuntan sin pegar ni golpe,y encima apoyados por lacayos que esperan su recompensa. Un saludo, Pedro

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  2. El poder te vuelve loc@. Cifuentes, al ser tan poderosa, se ha creído por encima del bien y del mal. Lo lógico es que la haya denunciado Esperanza Aguirre, o Granados, o Ignacio González. Ahora la espera un largo via crucis hasta que acabe dimitiendo. Pues la oposición no va a soltar la presa.

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