La sentencia de la 1ª fase del proceso Gürtel ha puesto de manifiesto de forma real, lo que ya hace tiempo era del dominio público aunque de forma presunta, pues estaba en fase de juicio.
La dureza de las penas y la gravedad de los hechos demostrados, singularmente la responsabilidad del PP en la trama delictiva para saquear las arcas públicas, ha obligado al PSOE, en la persona de su Secretario General Pedro Sánchez, a presentar una moción de censura al gobierno de Rajoy.
En circunstancias como esta, en la que se demuestra en sede judicial la corrupción del partido del gobierno durante más de dos décadas, la presentación de la moción de censura no es solo un derecho, es también una obligación del lider de la oposición.
El hecho de que la moción de censura represente una oportunidad política para el PSOE, no invalida las razones éticas de fondo que tiene esta moción, criticada por otra parte con argumentos mucho más tacticistas por algunos grupos parlamentarios, singularmente el grupo Ciudadanos.
La moción de censura tiene un carácter defensivo pues el actual inquilino de la Moncloa está totalmente inhabilitado por los tribunales para dirigir un gobierno y, en ese contexto, el papel del lider de la oposición no es otro que enderezar el rumbo del Estado y poner las condiciones para poder celebrar unas elecciones en situación de normalidad, en un espacio de tiempo limitado aunque suficiente para poder atender los asuntos sociales más urgentes que no pueden esperar, como son actualización de pensiones, subida de sueldos a los funcionarios, puesta en marcha del acuerdo contra la violencia de genero y contribuir a dar normalidad a los conflictos territoriales.
La aprobación de la moción puede producirse en dos escenarios básicos:
En circunstancias como esta, en la que se demuestra en sede judicial la corrupción del partido del gobierno durante más de dos décadas, la presentación de la moción de censura no es solo un derecho, es también una obligación del lider de la oposición.
El hecho de que la moción de censura represente una oportunidad política para el PSOE, no invalida las razones éticas de fondo que tiene esta moción, criticada por otra parte con argumentos mucho más tacticistas por algunos grupos parlamentarios, singularmente el grupo Ciudadanos.
La moción de censura tiene un carácter defensivo pues el actual inquilino de la Moncloa está totalmente inhabilitado por los tribunales para dirigir un gobierno y, en ese contexto, el papel del lider de la oposición no es otro que enderezar el rumbo del Estado y poner las condiciones para poder celebrar unas elecciones en situación de normalidad, en un espacio de tiempo limitado aunque suficiente para poder atender los asuntos sociales más urgentes que no pueden esperar, como son actualización de pensiones, subida de sueldos a los funcionarios, puesta en marcha del acuerdo contra la violencia de genero y contribuir a dar normalidad a los conflictos territoriales.
La aprobación de la moción puede producirse en dos escenarios básicos:
- El primero, seguramente el preferido por casi todos, basado en el voto positivo de los tres grandes partidos de la oposición, PSOE, Podemos y Cs.
- El segundo escenario necesitaría el apoyo de PSOE, Podemos y de casi todos los partidos de ámbito no nacional, nacionalistas o regionales, que tienen representación parlamentaria.
En primera aproximación, el primer escenario sería el más deseable, aunque, sería más deseable todavía, dada la gravedad de la situación, que la totalidad de los grupos de la oposición apoyasen la moción. Sin embargo, este escenario es casi imposible de alcanzar, por la actitud tacticista de Cs que está primando su interés político táctico al del conjunto de la ciudadanía.
Hay indicios claros de que la táctica de Cs es permitir que se siga deteriorando la gestión del PP para, en las próximas elecciones, recoger como fruta madura, los votos de la derecha y alcanzar así el gobierno.
Esta estrategia se ha visto clara en la actitud agresiva que Cs ha tenido en la crisis catalana, intentando mantener, en contra de toda lógica y de la legislación, la vigencia del articulo 155 que suspendió la autonomía catalana. Otro ejemplo reciente ha sido la posición mantenida por este grupo en la moción de censura de la Comunidad de Madrid, que ha permitido que el PP siga gobernando en esta comunidad, a pesar de sus continuos cantos de sirena de ser el partido de la regeneración.
La hoja de ruta, bastante confusa por otra parte, que Cs está ofreciendo y la imposible propuesta que realizan que incluye que Rajoy dimita, cosa que ya ha negado, que el PSOE retire la moción, y que se presente una nueva moción de censura de carácter instrumental, figura desconocida en la legislación española, con un candidato independiente, un mirlo blanco, que se comprometa a convocar elecciones rápidamente. Una propuesta imposible cuya única consecuencia será que siga gobernando el PP hasta que a Rajoy le parezca oportuno.
El segundo escenario puede también tener dificultades debido a la situación crítica que existe en Cataluña y a la diferente situación de los partidos no nacionales que hace que cada uno tenga unas peculiaridades distintas que hay que considerar.
Los dos partidos independentistas catalanes, aunque con diferencias cada vez más visibles entre ellos, es muy posible que unifiquen su posición, aunque sus reivindicaciones nacionalistas de liberación de los presos políticos es un obstáculo insalvable pues los presos preventivos dependen del poder judicial. Aunque a los socialistas consideramos que en estos momentos no debería mantenerse la prisión preventiva de los ex consellers, todo lo que se podía hacer, declarar que nos parece improcedente, ya esta hecho y repetirlo desde el gobierno no tendría mayor trascendencia. Lo único que Pedro Sánchez puede ofrecer a los nacionalistas catalanes es una mayor capacidad de dialogo que se realizaría después de que se constituya el el nuevo gobierno catalán, que una vez retirados los nombramientos de presos y exiliados, no debería tener mayor problema, y que tendría como consecuencia el fin de la vigencia del articulo 155.
El PNV se encuentra en una encrucijada difícil después de apoyar los presupuestos del PP pero, por otra parte, los socialistas compartimos con ellos el gobierno de Euskadi, lo que indica una relación más profunda que la negociación de unos presupuestos en situación crítica. Habría que comprometerse con el PNV a respetar los acuerdos que han alcanzado en los presupuestos recientemente aprobados.
El pedir apoyo a Bildu es una novedad arriesgada, aunque tiene la ventaja de empezar quitar a los abertzales el "san Benito" de grupo antisistema y de contribuir a normalizar su situación después de su importante papel positivo en la disolución de ETA.
En cualquier caso, no sería ninguna concesión extraordinaria comprometerse a aplicar a los presos vascos una política penitenciaria similar a la de cualquier otro penado, que incluyese su acercamiento a sus lugares de residencia y el derecho a los beneficios penitenciarios que les sean de aplicación.
Para todos los nacionalistas un gobierno presidido por P. Sanchez sería mas proclive al dialogo que el gobierno de M. Rajoy por lo que sería previsible una cierta rebaja de la tensión territorial si los independentistas son capaces de dar pasos constructivos y aparcan su estrategia de confrontación permanente.
Toda la derecha política, PP y Cs, y mediática ha empezado ya a echar sapos y culebras contra el S.G. del PSOE culpándole de todos los males, mientras que algunos de los socialistas que apoyaron el golpe del 1 de octubre del 2015 contra P. Sánchez, permanecen agazapados esperando su momento para dar un zarpazo.
La mejor opción es un gobierno socialista que durará probablemente entre seis meses y un año, pues antes de diciembre es imposible por los plazos legales y el verano y es muy difícil que se convoquen elecciones después de las municipales, autonómicas y europeas de junio del 2019.
La alternativa que propone Cs, un gobierno presidido por un independiente, aunque este fuera un miembro jubilado del PSOE, es una opción mas complicada sin tradición en España que se limitaría a gestionar el día a día y tampoco tendría plazos muy diferentes.
En cualquier caso sea cual sea el resultado de la moción, el movimiento realizado por Pedro le fortalece y, junto con él, a todos los socialistas.
Hay indicios claros de que la táctica de Cs es permitir que se siga deteriorando la gestión del PP para, en las próximas elecciones, recoger como fruta madura, los votos de la derecha y alcanzar así el gobierno.
Esta estrategia se ha visto clara en la actitud agresiva que Cs ha tenido en la crisis catalana, intentando mantener, en contra de toda lógica y de la legislación, la vigencia del articulo 155 que suspendió la autonomía catalana. Otro ejemplo reciente ha sido la posición mantenida por este grupo en la moción de censura de la Comunidad de Madrid, que ha permitido que el PP siga gobernando en esta comunidad, a pesar de sus continuos cantos de sirena de ser el partido de la regeneración.
La hoja de ruta, bastante confusa por otra parte, que Cs está ofreciendo y la imposible propuesta que realizan que incluye que Rajoy dimita, cosa que ya ha negado, que el PSOE retire la moción, y que se presente una nueva moción de censura de carácter instrumental, figura desconocida en la legislación española, con un candidato independiente, un mirlo blanco, que se comprometa a convocar elecciones rápidamente. Una propuesta imposible cuya única consecuencia será que siga gobernando el PP hasta que a Rajoy le parezca oportuno.
El segundo escenario puede también tener dificultades debido a la situación crítica que existe en Cataluña y a la diferente situación de los partidos no nacionales que hace que cada uno tenga unas peculiaridades distintas que hay que considerar.
Los dos partidos independentistas catalanes, aunque con diferencias cada vez más visibles entre ellos, es muy posible que unifiquen su posición, aunque sus reivindicaciones nacionalistas de liberación de los presos políticos es un obstáculo insalvable pues los presos preventivos dependen del poder judicial. Aunque a los socialistas consideramos que en estos momentos no debería mantenerse la prisión preventiva de los ex consellers, todo lo que se podía hacer, declarar que nos parece improcedente, ya esta hecho y repetirlo desde el gobierno no tendría mayor trascendencia. Lo único que Pedro Sánchez puede ofrecer a los nacionalistas catalanes es una mayor capacidad de dialogo que se realizaría después de que se constituya el el nuevo gobierno catalán, que una vez retirados los nombramientos de presos y exiliados, no debería tener mayor problema, y que tendría como consecuencia el fin de la vigencia del articulo 155.
El PNV se encuentra en una encrucijada difícil después de apoyar los presupuestos del PP pero, por otra parte, los socialistas compartimos con ellos el gobierno de Euskadi, lo que indica una relación más profunda que la negociación de unos presupuestos en situación crítica. Habría que comprometerse con el PNV a respetar los acuerdos que han alcanzado en los presupuestos recientemente aprobados.
El pedir apoyo a Bildu es una novedad arriesgada, aunque tiene la ventaja de empezar quitar a los abertzales el "san Benito" de grupo antisistema y de contribuir a normalizar su situación después de su importante papel positivo en la disolución de ETA.
En cualquier caso, no sería ninguna concesión extraordinaria comprometerse a aplicar a los presos vascos una política penitenciaria similar a la de cualquier otro penado, que incluyese su acercamiento a sus lugares de residencia y el derecho a los beneficios penitenciarios que les sean de aplicación.
Para todos los nacionalistas un gobierno presidido por P. Sanchez sería mas proclive al dialogo que el gobierno de M. Rajoy por lo que sería previsible una cierta rebaja de la tensión territorial si los independentistas son capaces de dar pasos constructivos y aparcan su estrategia de confrontación permanente.
Toda la derecha política, PP y Cs, y mediática ha empezado ya a echar sapos y culebras contra el S.G. del PSOE culpándole de todos los males, mientras que algunos de los socialistas que apoyaron el golpe del 1 de octubre del 2015 contra P. Sánchez, permanecen agazapados esperando su momento para dar un zarpazo.
La mejor opción es un gobierno socialista que durará probablemente entre seis meses y un año, pues antes de diciembre es imposible por los plazos legales y el verano y es muy difícil que se convoquen elecciones después de las municipales, autonómicas y europeas de junio del 2019.
La alternativa que propone Cs, un gobierno presidido por un independiente, aunque este fuera un miembro jubilado del PSOE, es una opción mas complicada sin tradición en España que se limitaría a gestionar el día a día y tampoco tendría plazos muy diferentes.
En cualquier caso sea cual sea el resultado de la moción, el movimiento realizado por Pedro le fortalece y, junto con él, a todos los socialistas.