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14 enero 2019

Andalucía, fin de ciclo


Con la elección Moreno Bonilla, cabeza de lista del PP como nuevo presidente de  la Junta de Andalucía, termina un ciclo de más de 36 años de gobiernos socialistas. Las dudas que pudiera haber sobre el acuerdo final del tripartito de derechas, se resolvieron en la última reunión PP-Vox en la que alcanzaron un acuerdo sobre la base de difuminar, en forma de generalización, algunas  de las propuestas del partido de ultraderecha, mientras se descartaban las más estrambóticas. Las continuas discrepancias públicas entre Vox y Cs no han sido suficientes para impedir la investidura. 

Sin ánimo de hacer un balance global de estos 36 años, si hay que reseñar el deterioro progresivo del gobierno andaluz en los últimos años, como reflejan los resultados electorales decrecientes:

  • En 2008, con Griñán como presidente, el PSOE obtiene su  última mayoría absoluta con 56 escaños de 109.
  • En las siguientes elecciones, también encabezadas por Griñán, el PSOE obtuvo solo 47 escaños. Aunque fueron superados por los 50 del PP, se consiguió  mantener el gobierno gracias a un acuerdo con IU.
  • En 2015, ya con Susana Díaz (S.D.) encabezando la candidatura socialista, Griñán dimitió en 2013 a causa de su imputación en los ERES, se mantienen los mismos resultados y se gobierna con el apoyo externo de Cs.
  • En 2018 se obtienen solo 33 escaños, Cs retira su apoyo anterior, y la derecha consigue obtener mayoría absoluta, con la colaboración de Vox.
La pérdida acelerada de votos del PSOE andaluz empezó con el proceso de los ERES y se agudizó en los últimos años, bajo la dirección de S.D. En este deterioro tienen mucho que ver los ERES pero, también, el excesivo clientelismo detectado en el gobierno de la Junta, la poca eficacia de sus políticas, que no han conseguido que Andalucía deje de ser el territorio menos desarrollado de España, y el desapego, a pesar del clientelismo, de muchos sectores socialistas que no vieron con buenos ojos su participación en el "golpe de estado interno" contra P. Sanchez en 2016 y su posterior apoyo a la investidura de Mariano Rajoy. 

El mal resultado que obtuvo S.D. en las primarias federales socialistas anticipaba ya el mal resultado del 2 de diciembre, aunque nadie esperaba que fuera tan pronunciado.

Un período de 36 años seguidos en el gobierno es demasiado largo y produce situaciones de abuso que conviene que se resuelvan con un cambio de gobierno y, en ese sentido, tiene sentido la alternancia en el poder. Lamentablemente la solución alcanzada puede ser mucho peor, pues la coalición ganadora ha incluido la entrada de la ultraderecha en el área de gobierno, con unas propuestas muy regresivas que no van a favorecer en nada el desarrollo de Andalucía y son un pésimo antecedente para el resto del Estado.

La elección del nuevo presidente ha sido una mala película, con un mal guión y unos malos actores, con dos acuerdos contradictorios en muchos aspectos y con unas relaciones tensas entre Vox y Cs que parecen puedan romperse en cualquier momento.

En este período, las fuerzas de izquierdas, PSOE y Adelante Andalucía, han permanecido enrocadas sin capacidad de dar respuestas ni llegar al más mínimo acuerdo entre ellas.

Después de 36 años empieza una nueva etapa con unas perspectivas muy negras. El PSOE-A y Adelante Andalucía deberían utilizar  este período para  regenerar su funcionamiento y renovar a sus dirigentes, para poder volver con más fuerza en la siguiente oportunidad.

2 comentarios:

  1. Me parece acertada la reflexión de Alfonso. Se ha sometido al electorado andaluz a que elija bajo las permanentes sombras de corrupción, sin que haya aún explicaciones convincentes y propuestas regeneradoras palpables, ha tenido que elegir entre susto o muerte, y se ha quedado en casa, normal. Ha triunfado el electorado de menos escrúpulos a la hora de votar, normal. Hará falta un balance serio de lo positivo y negativo de los años de gobierno socialista en Andalucía, un análisis riguroso de los errores cometidos, y un nuevo proyecto, creíble y capaz de ilusionar en Andalucía y, primero, en España. Las adherencias a los cargos serán un grave inconveniente, la capacidad de salvar ese inconveniente nos dará las posibilidades de futuro del Psoe. La izquierda se la juega y hay que hacerlo bien, sin dar el espectáculo de Podemos pero usando el bisturí para que la depuración de responsabilidades quede saneada a la vista de todos.

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  2. Buen artículo Alfonso, conciso y revelador.

    Andalucía es mi tierra, la conozco bien y me duele lo que está pasando, pero sobre todo me da mucho miedo lo que puede llegar a pasar. Viene la derecha dura, ese conservadurismo rancio y trasnochado que muchos pensábamos que no existía. Pues sí amigos, nunca se fueron. Ya están aquí y han vuelto con la intención de quedarse.
    La transformación y el progreso social que la democracia trajo a Andalucía ha sido impresionante. Como bien dijo Alfonso Guerra, hoy no la conoce “ni la madre que la parió”. Eso se lo debemos al PSOE y al esfuerzo y sacrificio de muchos compañeros que trabajaron honradamente por Andalucía.
    Pero el partido no ha sabido renovarse. Surgieron los amiguismos y las redes clientelares, de gente nuestra y de arribistas que se apuntaron al sol que más calienta.
    Si las estructuras no se renuevan, si la agrupaciones y la casas del pueblo son los cortijos de unos pocos, si para conseguir un puesto de trabajo o para que te firmen “las peonás” hay que conocer a uno del “partío”, si controlamos las organizaciones y movimientos sociales y lo que únicamente nos importa es colocar a los amiguetes para que saquen una “paguita”. En definitiva, si nos alejamos de los problemas de la gente y pensamos que el partido es lo mejor para Andalucía y que Andalucía es del partido; pasa lo que tenía que pasar.
    Nuestra gente acaba hartándose de siempre lo mismo y piensa que no merece la pena movilizarse e ir a votar, prefieren irse a la playa o comerse una paella con los colegas.
    Ahora hay que reflexionar. ¿Qué nos ha pasado? ¿Qué tenemos que hacer para recuperar el ánimo y volver a la lucha?.

    ¿Os acordáis de aquello que decían con la confesión católica?
    1.- Examen de conciencia.
    2.- Dolor de los pecados.
    3.- Propósito de enmienda.
    La última era decir los pecados al confesor. Esa la dejamos para otro día.
    HAY QUE RENOVARSE Y QUE NUEVOS COMPAÑEROS DIRIJAN LOS NUEVOS TIEMPOS, que van a ser duros y muy complicados. La compañera Susana Diaz y todo el “Susanismo” (los Mario Jimenez, Juan Cornejo, Féliz Garcia, Máximo Diaz…..) deberían pasar a un segundo plano, y entiendo que es muy duro, deberían buscarse un trabajo que falta les hace….

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