En el tiempo muerto que transcurre entre el día de la votación y la constitución del nuevo parlamento, el próximo 21 de mayo, se han empezado a producir los primeros movimientos políticos de la XIII legislatura que, en esta ocasión, coinciden con la precampaña electoral de las elecciones municipales, autonómicas y europeas.
El resultado electoral del 28A ha provocado algunas reflexiones en los partidos políticos.
En el PP, que sufrió un autentico desastre electoral, se han desatado las críticas de los dirigentes más menos afines con la nueva dirección. Las críticas han causado un fuerte volantazo hacia el centro que han provocado un trompo político del que ya se verá como sale el PP. La fuerte derrota hubiera haber sido suficiente para que P. Casado dimitiera pero, como no se debe cambiar de caballo durante la carrera, la proximidad de las siguientes elecciones han permitido que el dirigente popular siguiera en su puesto. Después del 26M es muy posible que tenga que irse si los resultados no le son favorables.
Ciudadanos, que solo ha conseguido recoger una parte del voto perdido por el PP, ha decidido erigirse en campeón de la derecha, reivindicar absurdamente el papel de lider de la oposición, y mantener la agresividad que tuvo durante la pasada campaña electoral. La ambición de Rivera es insaciable y sigue confundiendo sus deseos con la realidad, que no le es muy propicia.
En cuanto a Vox ha mantenido a nivel nacional el 10% que consiguió en las autonómicas de Andalucía, aunque en Madrid y en la misma Andalucía ha superado el 13%. Vox es una opción que se consolida y aunque ahora sus colegas de la derecha parece que les repudian, volverán a pactar con ellos cuando les haga falta en municipios y CC.AA.
En cuanto a U. Podemos ha empezado su análisis manifestando las mismas exigencias de participar en el gobierno que en 2016, sin tener en cuenta el pequeño detalle de que ha perdido la tercera parte de sus votos y tiene una diferencia de 81 diputados con el PSOE. U. Podemos es una formación fundamental para garantizar la gobernabilidad en los próximos años y tiene todas las credenciales para ser el principal aliado del gobierno, pero formar parte del gobierno es algo que no añadiría ninguna ventaja y produciría la incomprensión de muchos ciudadanos.
U. Podemos ha hecho de la necesidad virtud y, aunque a ellos les favorezca y es lógico que intenten estar en el gobierno, tendrán que acabar reconociendo que no tienen votos suficientes para ello.
El PSOE esta administrando su gran victoria con mucha serenidad. La primera iniciativa de convocar a los lideres de los partidos con representación nacional, excluyendo expresamente a Vox, ha servido para bajar la excesiva crispación que la derecha tuvo durante la campaña. La larga conversación con P. Iglesias ha sido útil también, para que baje el tono de sus reivindicaciones y deje los posibles acuerdos para más adelante.
Parece que Iglesias tenía un plan B que sería la presidencia del Congreso, aspiración que, como la entrada en el gobierno, también está muy por encima de sus posibilidades. El plan B de Iglesias ha quedado pendiente de posteriores conversaciones después del 28M.
Otro movimiento inteligente, ha sido proponer a Miquel Iceta para la presidencia del Senado, dándole así un contenido territorial y lanzando un mensaje a Cataluña. Sorprendentemente, o quizá no tanto, los nacionalistas de un lado y de otro están poniendo todo tipo de trabas para impedir que Iceta sea senador autonómico. No vaya a ser que se den pasos positivos para resolver el conflicto catalán y deje de ser el pretexto para mantener la crispación a costa de Cataluña y los ciudadanos catalanes.
El resultado electoral del 28A ha provocado algunas reflexiones en los partidos políticos.
En el PP, que sufrió un autentico desastre electoral, se han desatado las críticas de los dirigentes más menos afines con la nueva dirección. Las críticas han causado un fuerte volantazo hacia el centro que han provocado un trompo político del que ya se verá como sale el PP. La fuerte derrota hubiera haber sido suficiente para que P. Casado dimitiera pero, como no se debe cambiar de caballo durante la carrera, la proximidad de las siguientes elecciones han permitido que el dirigente popular siguiera en su puesto. Después del 26M es muy posible que tenga que irse si los resultados no le son favorables.
Ciudadanos, que solo ha conseguido recoger una parte del voto perdido por el PP, ha decidido erigirse en campeón de la derecha, reivindicar absurdamente el papel de lider de la oposición, y mantener la agresividad que tuvo durante la pasada campaña electoral. La ambición de Rivera es insaciable y sigue confundiendo sus deseos con la realidad, que no le es muy propicia.
En cuanto a Vox ha mantenido a nivel nacional el 10% que consiguió en las autonómicas de Andalucía, aunque en Madrid y en la misma Andalucía ha superado el 13%. Vox es una opción que se consolida y aunque ahora sus colegas de la derecha parece que les repudian, volverán a pactar con ellos cuando les haga falta en municipios y CC.AA.
En cuanto a U. Podemos ha empezado su análisis manifestando las mismas exigencias de participar en el gobierno que en 2016, sin tener en cuenta el pequeño detalle de que ha perdido la tercera parte de sus votos y tiene una diferencia de 81 diputados con el PSOE. U. Podemos es una formación fundamental para garantizar la gobernabilidad en los próximos años y tiene todas las credenciales para ser el principal aliado del gobierno, pero formar parte del gobierno es algo que no añadiría ninguna ventaja y produciría la incomprensión de muchos ciudadanos.
U. Podemos ha hecho de la necesidad virtud y, aunque a ellos les favorezca y es lógico que intenten estar en el gobierno, tendrán que acabar reconociendo que no tienen votos suficientes para ello.
El PSOE esta administrando su gran victoria con mucha serenidad. La primera iniciativa de convocar a los lideres de los partidos con representación nacional, excluyendo expresamente a Vox, ha servido para bajar la excesiva crispación que la derecha tuvo durante la campaña. La larga conversación con P. Iglesias ha sido útil también, para que baje el tono de sus reivindicaciones y deje los posibles acuerdos para más adelante.
Parece que Iglesias tenía un plan B que sería la presidencia del Congreso, aspiración que, como la entrada en el gobierno, también está muy por encima de sus posibilidades. El plan B de Iglesias ha quedado pendiente de posteriores conversaciones después del 28M.
Otro movimiento inteligente, ha sido proponer a Miquel Iceta para la presidencia del Senado, dándole así un contenido territorial y lanzando un mensaje a Cataluña. Sorprendentemente, o quizá no tanto, los nacionalistas de un lado y de otro están poniendo todo tipo de trabas para impedir que Iceta sea senador autonómico. No vaya a ser que se den pasos positivos para resolver el conflicto catalán y deje de ser el pretexto para mantener la crispación a costa de Cataluña y los ciudadanos catalanes.
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