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06 julio 2019

Investiduras funcionales

Habitualmente, la investidura de un candidato, tanto en el parlamento español, como en los parlamentos autonómicos y ayuntamientos,  se realiza con los votos favorables de sus partidarios y los contrarios de sus oponentes, con algunas abstenciones de otros partidos que apoyan de manera indirecta al  candidato. Últimamente, esta situación está dejando paso a otros modelos más complejos y menos claros.

En 2016 el candidato popular, Mariano Rajoy,  que tenía dificultades en obtener la mayoría para ser investido presidente del gobierno, pidió, y finalmente obtuvo, el apoyo del PSOE para alcanzar la presidencia, argumentando como razón evitar una posible nueva convocatoria electoral. Este atípico apoyo de la gestora socialista, tuvo como consecuencia la renuncia al escaño de Pedro Sanchez, cuya postura popularizada por el lema de "No es No", fue decisiva para su reelección como secretario general del partido.

Esa situación excepcional de 2016, vuelve ahora  con nuevo vigor en la nueva investidura del presidente del gobierno y de los presidentes de algunas comunidades autónomas.

No deja de ser sorprendente la insistencia de P. Sanchez en  pedir la abstención de la derecha. Si el objetivo fuera demostrar que los razonamientos de PP y Cs se invierten según las circunstancias, ya está conseguido, pero se insiste en demasía cuando los aliados naturales, los mismos que apoyaron la moción de censura, pueden constituir una mayoría suficiente. La obstinación de intentar prescindir del apoyo de los nacionalistas catalanes y vascos no es otra cosa que aceptar las tesis de la derecha nacionalista. En relación con los independentistas catalanes el PSOE ha actuado siempre de forma correcta, tendiendo la mano para llegar a un acuerdo, respetando los limites constitucionales, al mismo tiempo que no se dudo en aplicar el articulo 155 cuando se consideró necesario. En relación con Bildu, al que se insiste en mantener en cuarentena, hay que recordar que hace ya diez años que el gobierno socialista de R. Zapatero negoció con los representantes de ETA el fin del terrorismo y que Bildu es mucho más que el sucesor de Herri Batasuna, pues incluye también militantes de Eusko Alkartasuna, escisión del PNV, de Alternatiba, originada en Izquierda Unida y de Aralar que nunca han tenido nada que ver con ETA. El tener los apoyos nacionalistas, aunque sea por la vía de la abstención puede facilitar las acciones posteriores en relación con  la crisis catalana y, en todo caso, si la situación se complicara cuando salga la sentencia, será el momento de adoptar las medidas oportunas. Como dice "el cholo" hay que ir partido a partido.

El problema de la investidura de P. Sanchez como presidente del gobierno no está en los nacionalistas sino en la insistencia de Pablo Iglesias en ser vicepresidente del gobierno, aspiración que está fuera de toda lógica tanto por la diferencia de los resultados electorales como por el riesgo de que el gobierno tenga dos cabezas.

El esquema de "investidura funcional" está siendo utilizado también en algunas autonomías, en este caso con mayorías de derechas, como Murcia y Madrid.

La cínica posición de Cs en relación con Vox, queriendo su apoyo sin aceptar un reconocimiento explicito de la existencia de un acuerdo con el partido ultra, les ha llevado a proponer una abstención del PSOE en los parlamentos de Murcia y Navarra, alegando que de esa manera se evitara la entrada de Vox en los gobiernos. Esa posición, que ya se verá hasta donde llega, ha llevado de momento a rechazar la investidura del candidato del PP en Murcia y a proponer una sesión de investidura sin candidato en Madrid.

Otro intento, en principio fallido, de hacer una investidura funcional, ha tenido lugar en Navarra donde la derecha foralista ha intentado evitar la candidatura del PSN por el procedimiento de rasgarse las vestiduras porque necesita la abstención de Bildu, que tiene una presencia importante de 8 parlamentarios. El PSN ha mantenido su candidatura a pesar de las fuertes  presiones que ha tenido desde Ferraz. Afortunadamente, la percepción de Bildu no es la misma  en Navarra o en Euskadi que en Madrid.

Hay que tener en cuenta que en el parlamento español, entre catalanes y vascos, hay 32 parlamentarios nacionalistas, casi un 10% de la cámara, que no se pueden ignorar sistemáticamente y menos cuando el parlamento está tan fragmentado como el español.  



1 comentario:

  1. F. González,Aznar, Zapatero, etc. negociaron con los nacionalistas. ¿Por qué ahora no se puede? Que se forme lo antes posible un Gobierno de Coalición o de Cooperación (tanto monta,monta tanto) y que se gobierne en beneficio de todos los españoles.

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