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12 junio 2021

Legislatura progresista: segunda parte

El gobierno de Pedro Sanchez inició su mandato al principio de 2020, un período que se ha caracterizado por la pandemia de la COVID 19 que ha trastocado todos sus planteamientos políticos  y no le ha dejado otro camino que aplicar una política defensiva para proteger lo más posible a la ciudadanía de los efectos más negativos de la epidemia. En ese sentido la mayor carga de trabajo ha recaído, en primer lugar, en Sanidad y, a continuación, para la puesta en marcha del escudo social de protección a la ciudadanía de los efectos económicos y sociales de la crisis, de forma prioritaria, en los Departamentos de Trabajo, Asuntos Sociales, Economía y Seguridad Social.

Aunque ha habido algunas insuficiencias y sectores sociales marginales a los que no se ha llegado, lo que ha provocado colas en algunos barrios en demanda de ayuda básica que, ante la pasividad de  algunos  Ayuntamientos han atendido las asociaciones vecinales y las ONGs, el balance del Gobiernoha sido totalmente positivo.

Hay que hacer notar que en esta difícil situación social, la oposición de derechas se ha dedicado, con la inestimable colaboración de algunas CC.AA. como la de Madrid, a poner palos en las ruedas y a capitalizar políticamente de la forma mas demagógica posible las dificultades de la ciudadanía 

A punto de alcanzar el ecuador de la legislatura y teniendo en cuenta el rápido avance de la vacunación, ha llegado el momento de, sin descuidar las políticas de defensa pues la crisis no ha terminado, impulsar un cambio de ciclo hacia unas políticas mucho mas  ofensivas.

La apertura de las fronteras y el restablecimiento de la movilidad están ya impulsando la vuelta del turismo. Los planes de recuperación del gobierno y los fondos europeos que no tardaran en empezar a llegar deben ser una palanca decisiva para  volver con fuerza a la senda de desarrollo.

En este sentido tiene mucha lógica un cambio de gobierno, adaptando los perfiles de los ministros a la nueva situación. El previsible cambio de gobierno será analizado por la oposición de derechas y su Brunete mediática, como una rectificación y un castigo  pero, una vez más será fruto de su demagogia y  de sus ganas de derribar al gobierno y sustituirlo por ese equipo de 2ª  B que "dirige" P., Casado.

El cambio de gobierno no debe interpretarse como un castigo para el gobierno actual, que ha cumplido satisfactoriamente con su cometido, sino como la necesidad por un lado de impulsar  medidas económicas, industriales y de servicios y por otro de mejorar la comunicación a la ciudadanía pues en demasiadas ocasiones, los logros del gobierno no se han transmitido de forma convincente. En una situación de crisis como la que estamos sufriendo hay una cierta lógica en culpabilizar al gobierno, y la derecha lo sabe y lo utiliza de forma demagógica, por eso es necesario mejorar la política de comunicación.

Para impulsar las medidas económicas y de desarrollo tecnológico el gobierno tiene que disponer de los mejores gestores en departamentos, como Transporte, Defensa, Industria, Energía y Medioambiente  y  utilizar al máximo los recursos disponibles en empresas públicas, institutos de investigación, universidades etc. que, en demasiadas ocasiones están subutilizados.

La colaboración publico-privada será sin duda necesaria, pero el peso de la responsabilidad no puede delegarse en el sector privado, tiene que gestionarse desde el sector público y, para ello, es imprescindible movilizar todos los activos disponibles.


2 comentarios:

  1. El PSOE ha cambiado de portavoz en la asamblea de Madrid, pero sigue tan mudo como el anterior znte los disparates de Ayuso. ¿Cuándo empieza la oposición socialista?

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  2. De las pocas veces que yo no estoy de acuerdo con Alfonso. El cambio de Gobierno me parece una equivocación. Los ministr@s lo han hecho bastante bien. Los cambios van a ser vistos por la ciudadanía como un castigo a la gestión de los que se van.

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