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19 octubre 2021

Libertad asimétrica

Puede definirse la Libertad como la facultad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad, sin más limitaciones que el respeto a la libertad de los demás.

Si no se respeta el derecho a la libertad de los otros, la libertad se convierte en un concepto asimétrico: algunos tienen más libertad que otros.

El respeto a la libertad de los demás debe entenderse en un sentid amplio pues, además de la libertad también deben respetarse  los derechos de los otros, y podría añadirse también una interpretación jerárquica: los derechos y la libertad colectivas deben prevalecer sobre los individuales.

En los últimos meses, al grito de "hago lo que me da la gana" popularizado por la lamentable presidenta que sufrimos en Madrid, pero no solo por ella, se ha instalado un concepto de  libertad sin limites que está provocando en toda España situaciones cada vez más insoportables.

Una de las manifestaciones de esta peculiar interpretación de la Libertad es el "macro botellón" que se ha generalizado por todos los rincones de España.

La práctica del botellón nació hace ya bastantes años como una respuesta de un sector de la juventud que consideraba el precio de las copas en los bares y discotecas era muy alto y cogieron la costumbre de comprar las bebidas en los supermercados y  consumirlas los fines de semana por la noche y en la vía pública. 

Este hábito, negativo en si mismo por favorecer el alcoholismo, provocar molestias a los vecinos y llenar los parques y calles de basura, tenía sin embargo efectos limitados pues habitualmente se trataba de pequeños grupos de amigos.

Las restricciones de apertura de locales debidas a la pandemia del COVID19 han desencadenado la práctica del macro botellón, una suerte de movimiento social reactivo de protesta que mezcla un supuesto derecho a emborracharse en las calles con la negativa a aceptar las limitaciones de movilidad decretadas como medidas de protección contra el virus. La dimensión que han alcanzado los macro botellones además de violar de forma importante el derecho de los vecinos a descansar por la noche,  añade el incremento del riesgo de infección de COVID lo que supone también un grave ataque al derecho a la salud de la población mas vulnerable.

Esta absurda interpretación de la libertad "a lo Ayuso" pone además de manifiesto la necesidad de proteger el derecho al descanso y a la salud de la inmensa mayoría de la ciudadanía  frente a la "libertad de borrachera nocturna" de un imprudente e insolidario sector de la juventud.

La práctica del macro botellón esta provocando algunos otros efectos colaterales pues las grandes concentraciones de jóvenes están atrayendo la presencia de delincuentes que provocan robos, agresiones sexuales y violencia urbana, agravando mas los problemas nocturnos de los fines de semana.

La gran proliferación de macro botellones esta desbordando las  capacidades de actuación de los cuerpos de seguridad que solo consiguen unos resultados muy limitados aunque hay que decir que, terminos generales, están actuando con bastante prudencia.

Las normas anti botellón son competencia de los Ayuntamientos y las sanciones suelen ser multas que se pagan muy pocas veces. En estas condiciones parece que interviniera en la regulación una autoridad superior y asumir los riesgos de incrementar la actuación policial. No es un asunto que tenga una solución fácil.

Un segundo sector que está reivindicando su "derecho a la libertad asimétrica"  es el de los bares con terraza, que pretenden que las ampliaciones de espacio, invadiendo aceras y calzadas, que se les concedió para paliar los efectos del COVID, se les mantenga por tiempo indefinido incluyendo horarios nocturnos y afectando a los derechos de los vecinos que les  dificultan el transito por las calles y colaboran con los del botellón en impedir el descanso nocturno. Aunque los bares hayan sido muy perjudicados durante la pandemia, eso no les da patente de corso para hacer lo que les de la gana, aunque sean del Madrid de Ayuso, es necesario que se vuelva a la normalidad de las terrazas y se acabe con el uso indiscriminado de las calles.

Hay otro sector que también esta  ejerciendo la libertad  asimétrica, aunque en este caso en España está afectando poco. Se trata de los ciudadanos anti vacuna que protestan desaforadamente porque les obligan a vacunarse para cortar la propagación del virus en centros de trabajo y especialmente, en centros sanitarios, en España el proceso de vacunación ha ido muy bien y no ha sido necesario tener que obligara a nadie pero en otros países europeos y norteamericanos el ejercicio de la libertad "a lo Ayuso" hace que haya sido necesario dictar normas que obliguen a la vacunación.

Cuando muchos países menos desarrollados tienen graves dificultades para vacunarse, los privilegiados del primer mundo nos ponemos exquisitos reivindicando nuestro derecho individual a rechazar la vacuna. Una vez mas aparecen las contradicciones Norte Sur, esta vez de forma ridícula  a la vez que injusta.  

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