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10 octubre 2012

Una oportunidad para el PSM


La dimisión de Esperanza Aguirre, sea por razones personales o políticas derivadas de enfrentamientos con M. Rajoy, supone un debilitamiento del PP de Madrid, pues E. Aguirre, con todos sus defectos, tiene un gran número de partidarios en la derecha madrileña que su sucesor no va a heredar con facilidad.
El debilitamiento del PP debería tener como contrapartida el reforzamiento de los partidos de la oposición, pero este reforzamiento no es automático, depende en gran parte de las iniciativas que tomen y de la actuación de sus dirigentes regionales.
Esperanza Aguirre accedió a la presidencia de la Comunidad en Octubre de 2003, después de ganar unas elecciones autonómicas repetidas por el lamentable comportamiento de dos diputados socialistas que, con su traición, dejaron sin efectividad la victoria electoral que la izquierda había conseguido unos meses antes.
Ocho años le costó al Partido Socialista "el Tamallazo", ocho años en los que la hipoteca por la acción de Tamayo y Sáez pesó como una losa en la organización del PSM. En 2010 se produjo una profunda renovación del socialismo madrileño, con un nuevo candidato que parecía ser capaz de dar la vuelta a la situación. Sin embargo los resultados autonómicos de 2011 fueron muy malos, debido mucho más a la crisis generalizada del socialismo en España, que a los méritos o deméritos del candidato socialista.
A pesar de los malos resultados, quedaba, en 2011, la opción de poder construir una alternativa progresista en Madrid que acabara con la era Aguirre.
Lamentablemente no ha sido así, en el año y medio transcurrido, ni el PSM, ni el resto de la oposición en la Asamblea, aparecen como autenticas alternativas al gobierno del PP en Madrid.
En este período ha habido excesivos encontronazos cuerpo a cuerpo entre E. Aguirre y T. Gómez, enfrentamientos caracterizados por el intercambio de descalificaciones mutuas en un supuesto tono irónico, que solo tienen interés para la prensa interesada en difundir las escandaleras políticas. Los electores progresistas necesitan otros contenidos y otras propuestas.
Se puede considerar que con la llegada de Ignacio González a la presidencia de la Comunidad, se inicia una nueva etapa, en la que tanto el nuevo presidente como los tres portavoces de la oposición, “empiezan de nuevo”, por lo que todos ellos tienen la oportunidad de rectificar los errores anteriores y hacer unos planteamientos más solidos y menos personales. Los electores lo agradeceremos y a lo mejor se contribuye a mejorar la imagen de los políticos madrileños.
Por otro lado el papel que el S.G. del PSM se ha autoasignado de convertirse en el "Pepito Grillo" de Alfredo P. Rubalcaba, ni le beneficia a él ni al partido además de restar efectivos para la tarea fundamental que tenemos los socialistas madrileños, quitarle al PP el gobierno de la Comunidad de Madrid.
La travesía del desierto por la que pasa el PSOE se debe, fundamentalmente, a la forma como acabó la legislatura anterior, en la que los socialistas no fuimos capaces de abordar adecuadamente la crisis económica que se nos vino encima, ni T. Gómez, ni Rubalcaba, el mejor ministro del interior que ha habido en España, fueron los responsables directos de ese fracaso, pero sufrieron una dura derrota electoral. Ahora que son los máximos responsables del PSOE en Madrid y en el conjunto del Estado, tienen que ser capaces de poner al partido en las mejores condiciones para recuperar ambos gobiernos. Dejémosles trabajar a los dos y, cuando lleguen las primarias, ya tendremos ocasión de ratificarlos o de cambiarlos si fuera necesario.

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