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10 diciembre 2012

Arrepentimiento



Es una evidencia, a la vista de los resultados de las últimas elecciones celebradas en diversas zonas de España, que la opinión de la ciudadanía es muy negativa en relación con la gestión que hizo el PSOE en su última etapa de gobierno. Según la opinión pública, se han cometido muchos errores
El gobierno socialista se encontró con una crisis de dimensiones espectaculares que ciertamente tardó mucho en detectar, que luego calibró mal, considerándola de mucho menor calado del que se está demostrando que tiene y por último la abordó de forma contradictoria con bruscos cambios estratégicos que despistaron a sus electores. Por otro lado la crisis, de la que una buena parte de la sociedad española ha considerado culpables al PSOE, se ha llevado por delante a varios gobiernos europeos, y al PP, que tantas promesas hizo en su momento, también se le está atragantando y de forma aún más grave que a los socialistas.
El análisis detallado de esta etapa es complejo y no puede simplificarse con juicios de intenciones maliciosas o argumentando enormes incapacidades de gestión. Sus causas  reales están todavía por determinar, por múltiples razones, entre ellas y no la menos importante, porque los partidos políticos son, de alguna manera, como los ciclistas profesionales, que tienen que curarse las heridas sufridas después de una caída, manteniéndose en carrera. Después del duro golpe sufrido en las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011, el PSOE ha tenido que enfrentarse, sin tiempo casi para reflexionar, a otros cuatro procesos electorales, tres de ellos. Asturias, Galicia y Catalunya, sobrevenidos pues ni siquiera estaban previstos.
En estas condiciones las Conferencias Políticas anunciadas tuvieron que ser retrasadas pues, como es habitual en muchas circunstancias, lo urgente impide hacer lo importante, y lo urgente era, inevitablemente, atender a las elecciones convocadas.
Una vez terminados estos procesos toca, ahora sí, hacer la reflexión interna lo más profunda, transparente y participativa que sea posible, sacar las consecuencias correspondientes y explicárselas a la ciudadanía. Esta iniciativa ha sido ya puesta en marcha y esta previsto que se realice en los próximos meses...
Somos muchos los militantes socialistas que consideramos urgente la celebración de esta conferencia, pues necesitamos urgentemente un rearme ideológico para poder abordar con éxito el próximo futuro, y no solo por el partido, sino también por la sociedad española que está gobernada por un gobierno insoportable y si no se vislumbra ninguna alternativa política a medio plazo, los riesgos pueden ser muy grandes.
Sin embargo, sin minusvalorar su urgencia, lo más importante no es ganar uno o dos meses en la celebración de la conferencia, sino poner los medios para que tenga la profundidad que se necesita y no se sustancie con una "faena de aliño".
Algunos compañeros parecen tener una impaciencia insuperable que alcanza unas dimensiones muy grandes. En unos casos son posiciones intencionadas de pescadores en rio revuelto, que parecen pretender aprovechar la crisis para situarse personalmente; es el viejo vicio socialista que no acabamos de erradicar. En otros casos son posiciones, seguramente honestas, un tanto ingenuas, que consideran que ya no se puede esperar más y pueden alcanzar extremos un tanto esperpénticos.
Hace muy pocos días, un grupo de militantes socialistas ha hecho público un video pidiendo perdón a los ciudadanos por la política seguida por el gobierno de J.L. Rodríguez Zapatero.
La visión de ese video recuerda las confesiones infantiles con el cura de la parroquia: padre me acuso de haber aprobado los recortes, haber limitado el techo de gasto o no haberme enfrentado a Merkel....
No somos los militantes del partido los que tenemos que arrepentirnos de una forma genérica, moralista y descontextualizada, como se hace en este video, es el partido en su conjunto, con la dirección a la cabeza, quien tiene que analizar de forma crítica sus actuaciones pasadas y preparar una alternativa coherente para el futuro.
No asumamos el papel que no nos corresponde actuando cada uno de francotiradores con ocurrencias como estas. Exijamos a la dirección federal que prepare de forma rigurosa y valiente la gran conferencia política que tiene programada y participemos en ella aportando todas nuestras capacidades.
Dejémonos de arrepentimientos más o menos religiosos y tengamos, también, un poco de paciencia

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