Páginas

31 enero 2014

Caciques fuera

El plante de la plantilla del Racing de Santander, equipo de fútbol encuadrado actualmente en la segunda división B, negándose a jugar su partido de copa con la Real Sociedad de S. Sebastian en protesta por la no dimisión de su presidente, es un signo más, en este caso en el campo deportivo, de que los ciudadanos españoles estamos cada vez menos dispuestos a aguantar cacicadas de ningún arribista. El apoyo que dio la afición cántabra a sus futbolistas indica que el conflicto es mucho más que una huelga laboral por el retraso en el cobro de las nóminas. Se trata, además, de una protesta social de bastante envergadura, dada la repercusión que tiene el fútbol en la sociedad española.

El Racing, como tantos otros clubs españoles,  estaba al borde de la suspensión de pagos cuando, en enero de 2011, apareció como supuesto salvador un financiero hindú,  Mr. Ali, que compró el 99% de las acciones y se hizo cargo, supuestamente, de la deuda del club. Los manejos del financiero, que colocó en la presidencia a un impresentable testaferro, apodado Harry, llevaron al club a la situación actual, lleno de deudas  y en segunda B.

Hay que esperar, que después de esta acción, la presión popular acabe triunfando totalmente en Santander y el Racing pueda expulsar al tal Harry y su pandilla y recuperar una estabilidad que le permita seguir adelante.

Mas allá de la trama futbolista; que es solo un capitulo más de la degradación a la que ha llegado el fútbol español debido a sus excesos y a la desmesurada ambición y ganas de protagonismo de muchos de sus dirigentes, no solo españoles sino también importados de países lejanos, la revuelta del Racing es una muestra más del hartazgo de la sociedad española ante la prepotencia de caciques de toda índole tanto en las áreas públicas como en sectores privados.

El plante de El Sardinero puede unirse, salvando las distancias, a otros conflictos contra otro tipo de caciques, que han terminado de forma victoriosa gracias a la presión ciudadana.

Me refiero a casos como las protestas vecinales en Gamonal, que consiguieron paralizar una obra urbana que los ciudadanos del barrio no querían, o el mucho más trascendente de la paralización del proceso de privatización de  la sanidad madrileña que ha costado 15 meses de lucha de una buena parte de la población madrileña.

Son ya muchos los indicios de que la sociedad española está despertando y que ya no aguanta cacicadas ni abusos de ningún tipo. La crisis económica agudiza sin duda la sensibilidad de la población, que demanda cada vez con más fuerza dirigentes políticos y sociales que estén a la altura de las circunstancias y no se ocupen de defender únicamente sus intereses.

Es imprescindible  que los dirigentes de este país se "pongan las pilas" y den los pasos necesarios para recuperar la confianza de la población para ello, es necesario abordar los problemas sociales con criterio y generosidad y, desde un punto de vista moral, dar ejemplo con los comportamientos personales.

1 comentario:

  1. Veremos qué pasa en las elecciones..veremos si entonces el pueblo español a escarmentado realmente o son solo unos pocos.

    ResponderEliminar