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04 febrero 2014

Viaje a ninguna parte del PP

Pasada la mitad de la legislatura, el PP ha celebrado una convención política con objeto de recomponer su imagen, muy deteriorada por sus últimas decisiones políticas.

La convención fue recibida por una manifestación  de más de mil  personas contra la Ley anti-aborto, que hicieron parada y fonda en Valladolid en su viaje hacia Madrid en el tren de la libertad. Sin embargo, inasequible al desaliento, el ministro Gallardón insistió en defender su  lamentable ley contra viento y marea.

No era de esperar que en la convención se hiciera ninguna referencia a Gürtel  y a Barcenas, pues las convenciones no se hacen para airear trapos sucios pero, al menos, se podría haber hecho alguna propuesta en positivo. No fue así.


La defensa de la  ley contra el aborto no fue la única "mantenella y no enmendalla" de la convención, hubo algunas más, hasta tal punto, que es imposible encontrar en ella algo novedoso.

En materia de empleo, la ministra correspondiente repitió el mantra habitual de las ventajas de la reforma laboral con la  reducción del paro, evitando mencionar que el empleo ha caído mucho más y que los pocos puestos de trabajo creados son a tiempo parcial y muy mal pagados, con lo que no valen ni para que salgan de la miseria  los pocos que los consiguen.

En políticas territoriales nada nuevo, Catalunya se mantendrá en España mientras Rajoy sea presidente, y las diferencias de Catalunya con el resto de España se seguirán agrandando. El problema  con Euskadi se reduce a  jalear a las asociaciones de victimas (que no son lo mismo que las victimas) y a pontificar con razonamientos anteriores a la tregua. Los avances conseguidos en la etapa de Rubalcaba como ministro del interior, no se tienen en cuenta para nada.

La crisis económica se ha resuelto, según ellos, gracias al gran esfuerzo de los españoles, debe referirse a los que, involuntariamente, la están pagando con el paro, la sanidad, la educación o la dependencia, y por supuesto nada tiene que ver el rescate europeo, es solo merito de la política económica del Partido Popular.

Por supuesto Rajoy recupera el antiguo argumento de la herencia recibida  con los "chivos espiatorios" del PSOE y Rubalcaba, eternos culpables de todos los males de España.

En cuanto a propuestas de futuro, vuelve a repetir una promesa añeja: bajar los impuestos, ¡pero en el 2015! y más adelante, por supuesto sin decir nada sobre como se van a cuadrar los presupuestos. Esta misma promesa ya la hizo en las elecciones de 2011 y no ha hecho otra cosa que subirlos.

En definitiva, una convención, la segunda en pocas semanas, de "prietas las filas, recias marciales", pues empieza la campaña electoral europea y hay que defenderse de los enemigos de siempre, el PSOE, y de las VOXES que les están surgiendo por la derecha, y que les pueden quitar la tierra bajo los pies.

Tras esta convención no parece que el PP vaya ninguna parte y solo piensa en preparar una defensa numantina para intentar  salvar los pocos muebles que le quedan. 

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