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25 junio 2014

¿Republicano y Monarquico?

El debate abierto a raíz de la abdicación del Rey Juan Carlos, sobre Monarquía o República, ha traído las ya costumbradas criticas al PSOE por defender una posición realista y equilibrada frente a los dogmatismos cada vez mas habituales.

Parafraseando al viejo bolero "Como se puede querer a dos mujeres a la vez y no estar loco" Es posible también ser al mismo tiempo republicano y "monárquico".

Utilizando una definición genérica de republicanismo como la de wikipedia:

El republicanismo es una teoría política que propone y defiende la república como el modelo de gobierno óptimo para un Estado. En sentido estricto, la república se define en oposición a las otras formas clásicas de gobierno: la monarquía y la aristocracia; así como a sus respectivas corrupciones: el despotismo y la oligarquía. Por extensión, se refiere a un sistema político que protege la libertad y especialmente se fundamenta en el derecho, en la ley como expresión de la voluntad soberana del pueblo y a la que no puede sustraerse nunca un gobierno legítimo.


En sentido estricto no hay ninguna duda, España no es una República, pero en sentido extendido, ser republicano equivale simplemente, a ser democráta

¿Se puede dudar de que la transición, ahora tan denostada, en la que el Rey tuvo un papel determinante, ha traído a España 35 años de democracia después de 40 años de dictadura?

Si se tiene esta duda, es imprescindible buscar la proclamación de una República formal, pero si no se duda, no parece ser necesario abordar la complejidad social de ese cambio para cambiar, simplemente, la guinda del pastel, pues el pastel de la democracia española, con sus limitaciones y defectos, seguiría siendo básicamente el mismo.

Se puede considerar que por extensión  España es republicana y eso es lo que muchos socialistas estamos defendiendo.

El cambio de Rey seguramente no va suponer grandes cambios, mas allá del efecto imagen, pero tampoco lo supondrá un cambio formal que nos convierta en República.

Si se intenta comparar la situación política española en el momento de la abdicación del Rey J. Carlos con la que existía el 14 de abril de 1931, se encuentran muy pocas semejanzas.

En primer lugar, la monarquía de  entonces era un régimen dictatorial desde el año 1923, fecha del golpe de Estado del general Primo de Rivera, que fue avalado por el mismo Rey.

En segundo lugar, en las elecciones municipales del 14 de Abril, los partidos explicitamente republicanos obtuvieron el 50% de los votos, derrotando al caciquismo dominante en la época. En las elecciones europeas del 25M, los partidos del  "republicanismo sobrevenido" después de la abdicación del rey, alcanzaron solamente un 25% de los votos.

Admitiendo que los partidos partidarios de la República ya, aunque en ningún momento lo propusieron como parte de su programa electoral, obtuvieron un muy buen resultado, no es en absoluto comparable con las condiciones que propiciaron el advenimiento de la 2ª República.

Desde luego es totalmente licito reivindicar la tercera República, aunque en un Estado de derecho haya que hacerlo en tiempo y forma, sin atajos de ningún tipo, pero tan legitimo es también sentirse ideológicamente republicano y comprender que el coste/beneficio de una posición republicana a ultranza en el momento actual es muy alto, y no merece la pena.

En cualquier caso la Constitución necesita renovarse y ese será el momento de plantear formalmente el tema de la República, aunque hay oyros asuntos mucho mas trascendentes y urgentes para el cambio de la constitución.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con la reflexión que haces, Alfonso. El momento del cambio de sistema será cuando exista un mayor caldo de cultivo que vendrá determinado por las circunstancias, los cambios sin brusquedad y sin riesgos son más lentos pero más seguros y menos dolorosos. En estos momentos no parece que una mayoría de la sociedad demande un cambio tan radical, además la monarquía sabe que está vigilada y que debe extremar el celo en sus actuaciones, el temor a un cambio en la opinión pública les hará ser más cautos. La situación no es mala.

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