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18 septiembre 2014

Estado islamico en Siria e Iraq


En el ultimo año, la situación político militar en Siria e Irak ha empeorado considerablemente. Si ya hace un año existían conflictos militares en ambos países, ahora estos conflictos se han complicado de forma significativa.

El nuevo escenario se debe a la proclamación de un Estado Islamico (EI) en un territorio con una extensión equivalente a Bélgica, situado en la parte norte de Siria e Irak. Los promotores del EI, al que consideran un califato, son una fracción  de religión sunita  con vocación expansionista por todo el Islam, tanto el actual como el histórico, incluido expresamente Al Andalus. Los califas, según la tradición musulmana, tienen autoridad tanto política como religiosa sobre toda su comunidad.

En Siria, el EI se compone de miembros radicalizados de Al Qaeda que se levantaron, junto con los kurdos y algunos otros grupos de carácter moderado, contra la dictadura de Bashar al-Assad tras el fracaso de la Primavera Arabe.   


En Irak, el origen es parecido aunque reforzado con la incorporación de antiguos partidarios de Sadam Hussein, también de religión suni, que se sienten marginados por el actual gobierno de Bagdad.  

La situación en estos países podría considerarse como una complicación adicional en el complejo escenario de Oriente Medio pero, lamentablemente, no es así, las milicias del EI están utilizando unos métodos impropios no ya del siglo XXI, sino de toda la edad moderna. La masacre de la población civil por el mero hecho de  ser de otra religión o de otra etnia, o la ejecuciones en público, grabadas en vídeo, de periodistas o cooperantes internacionales, son practicas mas propias de los tiempos bárbaros que la sociedad actual no puede admitir ni tolerar de ninguna manera.

Estas practicas intolerables justifican una intervención urgente, de carácter militar, de la comunidad internacional, en la que deberían participar todos los países con una mínima sensibilidad.

Desde luego seria muy conveniente que la ONU impulsara y liderara estas actuaciones, aunque es previsible que el veto de Rusia, por su alianza con el régimen de Siria, lo impida.

Sorprende la tibieza con que el gobierno español ha acogido esta iniciativa. Las primeras declaraciones del ministro Margallo fueron excesivamente tímidas como 
si quisiera quitarse de en medio.

Finalmente, España asistió a la conferencia internacional de Paris aunque adoptando un perfil excesivamente bajo. La posición del nuevo S.G. del PSOE ha sido bastante mas decidida.

Las barbaridades que están cometiendo los sunies en Iraq y Siria, necesitan del esfuerzo de todos, España no puede ser un "free rider", viajero sin billete, y quedarse al margen del conflicto, mientras otros países se comprometen en nombre de toda la comunidad internacional.

Nuestro pais, salvo el lamentable apoyo que el presidente Aznar presto a la invasión de Iraq, ha tenido una participación muy positiva en los últimos años en diversas operaciones de paz, participación que debe seguir manteniendo como corresponde al papel que un Estado desarrollado.

Hasta ahora, todas las operaciones militares internacionales en las que hemos participado, han tenido un carácter de mantenimiento de la paz una vez que habían terminado los enfrentamientos militares. En este caso, es necesario dar un paso mas, se trata de intervenir directamente en el conflicto para parar los avances del EI.

Tal y como esta planteado el conflicto, el apoyo internacional necesario no debería incluir el despliegue de tropas, sino enfocarse al apoyo aéreo, que ya esta dando las aviación americana y al apoyo logístico de inteligencia y político que nos corresponderá al resto de los países en proporción a nuestros recursos. 

No se trata de participar en una guerra contra ninguna religión, sino contra la barbarie venga de donde venga. Las actuaciones del EI superan con creces los ataques perpretados por los israelíes contra objetivos civiles en el reciente conflicto de Gaza, y como ellos, deben ser considerados  Crímenes contra la Humanidad.

1 comentario:

  1. De repente volvemos a la Edad Media. Pero muchas comunidades árabes lo están pasando tan mal que no es extraño que se radicalicen. Y, desde luego, las religiones monoteistas son una maldición divina.
    El PP tiene miedo de que los musulmanes radicales nos hagan un atentado sangriento en nuestro territorio.

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