Páginas

06 septiembre 2017

Cataluña después del 17A

Los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils del 17 de Agosto conmocionaron a toda España y nos costaron 16 muertos y más de un centenar de heridos.

Desde un punto de vista político, estos atentados han supuesto un paréntesis en el día a día de la política catalana: por unos días se visualizó la unidad de la sociedad catalana y también la de toda España, capaz de reaccionar en forma positiva ante un problema mayor, que desbordaba todas las previsiones.

Políticos nacionalistas y no nacionalistas, de izquierdas y de derechas, compartieron  protestas y manifestaciones y expresaron su disposición a poner todos los medios disponibles para abordar la investigación de los hechos y resolver las disfunciones de coordinación que se han producido en esta situación.

La sociedad catalana reaccionó con total solidaridad, atendiendo a los afectados de forma inmediata y apoyando todas las convocatorias que se programaron. Especial mención merecen las distintas asociaciones Islámicas de Cataluña y de toda España que manifestaron desde el primer momento su repulsa al terrorismo yihadista y la distancia que la inmensa mayoría del Islam tiene con estos grupos violentos.

Ciertamente hubo algunas reticencias y algunas actitudes discordantes, pero la actitud positiva de la inmensa mayoría dejó estos comportamientos negativos casi en anécdotas.

Una vez pasados los actos de solidaridad, volvió a instalarse en Cataluña la profunda discrepancia que la campaña por el referendum ha provocado, los nacionalistas por un lado y los no nacionalistas por otro mantienen sus posiciones intransigentes sin que pueda vislumbrarse un espacio en el que pueda producirse, al menos, el inicio de un dialogo.

Las posiciones se han enrocado y ahora solo hay movimientos tácticos que aspiran a que sus planteamientos tengan la mayor aceptación posible entre los ciudadanos.

El primero en mover ficha tiene que ser el govern y el parlament catalán, mientras que el gobierno español está esperando para dar una respuesta lo más inmediata posible. Para ello cuenta con el apoyo  del PSOE y Cs, en este último caso de forma prácticamente incondicional. Podemos anda en este proceso entre Pinto y Valdemoro, con un absurdo si pero no, que no lleva a ningun sitio.

Parece bastante evidente que en este momento hay una fecha clave, antes del 1 de Octubre: la diada del 11 de septiembre, todo indica que las dos leyes básicas del "procés", la del referendum y la de transición, con las que se quiere dar cobertura jurídica al referendum, van a aprobarse por un procedimiento exprés, para que la previsible acción del gobierno de madrid anulándola, se produzca justo antes de la diada con objeto de impulsar las manifestaciones del 11S.

Parece inevitable que el choque de trenes se produzca el 1-O o, con mas probabilidad, algunos días antes, pero solo después de ver los efectos del casi seguro fracaso del procés,  se podrán empezar a reconstruir los puentes entre Cataluña y España.

La salida más probable después del 1-O serán unas nuevas elecciones autonómicas y en ellas habrá que ver las alianzas que se producen, si los partidos nacionalistas mantienen o no los planteamientos independentistas y finalmente, si los ciudadanos mantienen su apoyo a las mismas fuerzas o buscan otras soluciones. 

El PSOE, que mantiene su oposición al referendum, ha lanzado una iniciativa parlamentaria para revisar el modelo territorial de España, con el objeto, entre otras cosas, de contribuir a la búsqueda de soluciones para Cataluña. Es una iniciativa positiva, en línea con el concepto federalista pero factible a más corto plazo. Aunque es muy difícil que se sustancie antes del uno de octubre puede tener valor a partir del dos, cuando se empiecen a recomponer los pedazos del procés.


    

No hay comentarios:

Publicar un comentario