Aunque se
realizan periódicamente muchos sondeos de carácter político
o electoral, la mayoría de ellos tienen un valor más bien escaso, por un lado
porque tienen una tendencia muy alta a ser favorables a las tesis de quien los
contrata y por otro porque suelen utilizar unas muestras muy cortas y
unos cuestionarios muy reducidos y finalmente ofrecen solo los datos
"cocinados" sin dar mayores detalles de como se han obtenido.
Los barómetros del CIS ofrecen mucha mayor fiabilidad por el tamaño de
la muestra, 2.500 entrevistas, la amplitud del cuestionario y porque no solo
publican los datos cocinados sino también los cuestionarios y los datos
"brutos" por lo que cada uno tiene opción de sacar sus propias
conclusiones.
El CIS pública barómetros electorales con carácter trimestral. Cuando
estos barómetros se publican en épocas no electorales, tienen un interés relativo
pues los ciudadanos encuestados no tienen entre sus preocupaciones inmediatas a
quien van a votar o si van a votar o no.
En cualquier caso el mayor interés de estos sondeos está en la
trayectoria histórica, que refleja el grado de aceptación de partidos y líderes
políticos, mucho más que en la interpretación puntual de los resultados.
Si se quiere saber con cierta precisión cual es la situación real, conviene
ir directamente a las fuentes pues los medios de comunicación suelen hacer
interpretaciones muy simplistas y sesgadas buscando, como lamentablemente cada
vez es más habitual, el espectáculo del titular antes que la información
rigurosa.
El primer dato de interés, objeto de este artículo, es la
intención de voto, que
tiene dos aspectos la intención directa, la que indican los encuestados y la
estimación del CIS o "voto cocinado".
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La comparación de los dos últimos barómetros da como resultado una cierta
pérdida de voto de los dos partidos mayoritarios y un cierto avance de IU y
UPyD.
Tanto los avances como las pérdidas pueden considerarse como
moderados, muy lejos de los análisis catastrofistas
de la mayoría de los medios de comunicación.
Hay que notar que en el voto directo que, refleja los apoyos
más sólidos que tiene cada partido, el número de votantes
del PSOE es superior al del PP, si bien también hay que indicar que la
intención directa ha ido bajando en ambos partidos en los distintos sondeos.
Repitiendo el ejercicio en los cinco trimestres anteriores, hasta llegar a
las elecciones generales del 20N, los resultados de cada barómetro son bastante
similares con ligeras variantes. El PP baja en todos los casos, el PSOE tiene
oscilaciones entre el 28 y el 30%, IU y UPyD tienen una tendencia global
al alza.
Las cifras a partir de los resultados reales del 20N son las siguientes:
En intención directa: La evolución global desde Enero de 2012 hasta Abril de 2013 ha sido:
PP 30,1% --------->12,5%--------> -17,6%
importante pérdida en la confianza de los votantes
PSOE 18,2%-------->13,7%------>
-4,5% pérdida significativa de confianza.
IU 5,9%------------>7,1%-------> +1,2%
Ligero aumento de sus apoyos decididos
UPyD 3,8%---------->4,1%-------> +0,3% Estancamiento de hecho de sus
votantes más fieles.
El análisis de la intención directa de voto recoge
fuertes caídas en el número de partidarios del PP, mucho menores,
pues probablemente después de la debacle del 20N ya no había mucho
que perder, en los del PSOE, moderadas ganancias en IU
y prácticamente sin cambios en UPyD.
En estimación de voto: El PP pasa del 44,63 al 34%, una
perdida de 10 puntos en 18 meses, que se ha producido de una forma escalonada.
El PSOE pasa del 28,76 al 28,2%, prácticamente se
mantiene.
IU y UPyD pasan respectivamente del 6,92 al 9,4% y del 4,7 al 6,8%, con crecimientos
cercanos al 50% en ambos casos, alcanzados también de forma progresiva.
La valoración de estos resultados
indican que, aunque no haya ninguna caída a
plomo de ningún partido, el PP
mantiene una tendencia progresiva a la baja y el PSOE
sigue estancado en los valores del 20N y no consigue empezar a
remontar.
Las subidas de IU y UPyD, aunque
importantes, solo recogen una mínima parte de los votos perdidos por
los partidos mayoritarios.
El incremento del número de indecisos de
no sabe/no contesta, también puede considerarse un indicador mas de la desconfianza
en la política.
El conjunto de todos estos datos parece
indicar, que una parte importante del electorado se inclina por la abstención o
por el voto al "menos malo".
En estas condiciones la tendencia de
muchos medios de comunicación en recargar los tintes negativos, no hace más que
contribuir a deteriorar la situación política todavía más