Blog de Alfredo20032

Comentarios, desde la izquierda, de la actualidad política y social, con referencias esporádicas a otros temas más o menos relacionados.




29 noviembre 2020

Apoyos presupuestos 2021

Los presupuestos del Estado todavía vigentes fueron aprobados por el gobierno de M.Rajoy el 23 de  Mayo de 2018, pocos días antes de la moción de censura (1 de Junio) que dio la presidencia del gobierno a Pedro Sanchez.

El rechazo por una amplia mayoría (198 votos) de las enmiendas a la totalidad del proyecto de PGE 2021, anticipan casi con total seguridad que no habrá una tercera prorroga y se aprobaran unos nuevos presupuestos para 2021.

Los 198 votos que aprobaron la tramitación de los PGE corresponden, además de a los miembros del gobierno PSOE y Unidas Podemos, a otros partidos tan contradictorios entre sí como Ciudadanos por un lado y ERC y Bildu por otro, que han declarado reiteradamente la imposibilidad de votar conjuntamente los mismos presupuestos.

La postura a adoptar sobre los PGE, especialmente en una situación tan crítica como la actual, debería depender principalmente de sus contenidos y no de quien los apoya, pues las causas de unos y otros pueden ser muy diferentes. Sin embargo, tanto los dos partidos nacionalistas de izquierdas como Cs se han mostrado incompatibles entre sí mediante un argumento aparentemente infantil del tipo "yo con ese niño no juego".

Aunque el argumento en si mismo es muy débil, esconde una estrategia a largo plazo sobre los apoyos que puede esperar el gobierno durante el resto de legislatura.

Los tres partidos implicados en esta polémica tienen una circunstancia en común:  vienen de una posición política marginal y parecen decididos a integrarse  en "la normalidad democrática", cada uno a su ritmo y con sus contradicciones.

BILDU lleva diez años  de peregrinación desde que ETA decidió dejar la violencia y disolverse y poco a poco va buscando un equilibrio para compatibilizar su independentismo  con una actuación política positiva.

ERC, después del fracaso del procés, busca otro camino para desarrollar su política sin renunciar por ello a la independencia de Cataluña.

En definitiva, aunque Bildu y ERC mantienen la reivindicación independentista de ambos territorios, que es legítima, se están orientando hacia vías democráticas compatibles con la participación activa en las instituciones del Estado.

Cs por su parte tiene una situación formalmente similar. Después del estrepitoso fracaso de A. Rivera en su intento de ser el lider de la derecha española, Cs pretende salirse del trio de Colón y vuelve a reivindicar el centro liberal.

Aunque U. Podemos no ha ocultado su preferencia por evitar  la participación de Cs, el gobierno ha estado intentando la cuadratura del circulo de pretender conseguir simultáneamente el apoyo de la izquierda independentista y el del "centro liberal", 

Finalmente, Bildu culmina la operación dando un apoyo total a los presupuestos con una declaración de Otegui, refrendada por el 90% de sus militantes, que fue seguida inmediatamente después por una declaración similar de ERC y obligó al PNV a hacer lo mismo.

Cs que había arrancado alguna pequeña concesión del gobierno, que en su exageración habitual intentó vender como "grandes líneas naranjas presupuestarias", no pudo aguantar el envite y anuncio su rechazo a los presupuestos por incompatibilidad ideológica.

La aritmética parlamentaria ha jugado un papel importante en este proceso. Si el gobierno se hubiera decidido por un pacto con Cs habría perdido 18 votos de la izquierda y puesto en riesgo algunos otros de Más País, Compromis o Nueva Canarias, y hubiera dejado la mayoría en solo 180 votos, de los que los 10 de Cs tendrían un valor determinante, un riesgo inasumible para el gobierno.

No ha sido suficiente para alcanzar un acuerdo con la derecha el apoyo mediático, de la patronal, de algunos barones socialistas y de algunos lideres del socialismo (pre)histórico.

Afortunadamente estamos en otra época en la que hay que esperar que Bildu y ERC sigan con su evolución  positiva y Cs siga con su camino hacia el centro liberal y evite volver al bunquer del trifachito. La apuesta que ha hecho Cs en esta ocasión ha sido demasiado ambiciosa y aunque la hubiesen defendido con más inteligencia, era muy difícil que prosperara.



21 noviembre 2020

Good bye, presidente Trump

 

Como cualquier ciudadano decente del mundo, quiero mostrar mi satisfacción por el resultado de las elecciones presidenciales norteamericanas.

Con más dificultades de las previstas, tema que tendría que ser objeto de reflexión, la sociedad norteamericana ha expulsado de la Casa Blanca al que sin duda ha sido el presidente más nefasto de las últimas décadas, tanto para sus compatriotas, como para el resto de de los paiçíses del mundo.

Vistos des de España, los procesos electorales norteamericanos son muy sorprendentes. Tienen un sistema electoral mayoritario y de carácter confederal indirecto. Los ciudadanos de cada Estado eligen un número de "grandes electores" de acuerdo con su población y el candidato vencedor se los lleva todos con independencia de la diferencia que obtenga. Es un sistema profundamente desproporcionado que da lugar con facilidad, como ocurrió con Trump en 2016, que el nuevo presidente salga con un número de votos  sensiblemente inferior al candidato perdedor.

Este sistema electoral fue diseñado en el siglo XVIII, cuando EE.UU. era un enorme territorio rural con medios de comunicación muy limitados y, dada la gran inercia que tienen los sistemas electorales es muy difícil de modificar. Un ejemplo de esta inercia negativa la tenemos en España con el injusto, absurdo y poco operativo sistema electoral que utilizamos para elegir al Senado y que parece también imposible de cambiar.

Lo que es más incomprensible visto desde España, que tenemos los resultados electorales la misma noche electoral, es el largo proceso de muchos días que tardan en hacer el recuento de votos y lo complicado de los procesos de reclamación que, además, son diferentes en cada Estado.

Por último hay que resaltar el comportamiento de mal perdedor, más propio de un presidente de república bananera, del ya casi expresidente D. Trump que utiliza todo tipo de argumentos "legales" para intentar dar la vuelta a un resultado ya indiscutible.

Muchos miembros del Partido Republicano se están ya distanciando de su presidente, seguramente porque la sociedad norteamericana es más fuerte de lo que él  se cree y no se deja manipular facilmente de una forma tan grosera.

Parece ya imposible que los intentos desesperados por mantener la presidencia den resultado y no le va a quedar más remedio que aceptar la realidad aunque parece que haciendo el mayor daño posible a  su país a sus ciudadanos y a los habitantes de muchos países del mundo.

En cuanto al futuro político de D. Trump no parece muy brillante. Aunque pudiera presentarse a un segundo mandato, en 2024 tendría ya 78 años, una edad excesivamente alta para un presidente. Por otro lado en EE.UU. los expresidentes no tienen ninguna función política por lo que su proyección pública será escasa.

Se inicia un nuevo ciclo político y otros lideres republicanos con aspiraciones presidenciales adquirirán protagonismo en el Senado o en los gobiernos de los Estados, dejando al "Trumpismo" en un segundo plano, aunque no hay que infravalorar la fuerza que el populismo asociado al presidente ha adquirido una fuerza enorme que habrá que tener en cuenta en los próximos años.

09 noviembre 2020

Estado de Alarma 2

La negativa evolución de la pandemia del COVID 19 ha obligado al gobierno a decretar un segundo Estado de  Alarma para toda España, si no se cuenta el específico que se hizo para confinar algunos municipios de la Comunidad de Madrid.

Este 2º Estado de  Alarma se gestiona dentro de un modelo de cogobernanza en el que las CC.AA., que, si se excluye Madrid, parecen haber aparcado sus celos competenciales, están pidiendo la colaboración del Estado para aplicar medidas más eficaces.

Las medidas aprobadas: confinamiento perimetral de territorios, toque de queda nocturno y restricción de horarios, tienen carácter defensivo, orientadas a frenar la propagación del virus, tanto dentro como fuera de los territorios, pero incapaces, como se está demostrando por su aplicación en otros países europeos con mejor infraestructura sanitaria y que han movilizado más recursos que nosotros, de eliminarlo.

Algunas CC.AA. están pidiendo medidas aun más duras, pero el gobierno ha preferido aplazarlas hasta ver los resultados de las medidas ya promulgadas.

Solo algunos países asiáticos como China han sido capaces de parar la epidemia. Para ello han movilizado enormes recursos y han aplicado confinamientos muy duros, que se han apoyado en el comportamiento de una población mucho más disciplinada que la europea. Para evitar posibles rebrotes, estos países siguen manteniendo fuertes medidas de vigilancia sanitaria .

Cada día es más evidente que  para conseguir  parar la pandemia, a Europa solo le queda esperar la llegada de la vacuna y a que se desarrollen cuanto antes antivirales específicos y eficaces. Las medidas de contención que se están adoptando solo  van a servir para esperar ese momento con los menores daños posibles.

El confinamiento completo que se hizo en la primavera durante la primera ola de la pandemia, demostró su eficacia a pesar de los muchos fallos detectados. Sin embargo, factores como:

  • La precipitación en terminar con el Estado de Alarma, impulsado por diversos partidos nacionalistas y de derechas, cada uno con sus argumentos específicos pero todos con el factor común de priorizar aspectos económicos, políticos o de identidad, sobre la salud pública.
  • Los errores cometidos por las CC.AA. en el proceso de desescalada que no dieron la importancia necesaria a la contratación de rastreadores y al refuerzo de la atención primaria.
  • La relajación de un sector significativo de la ciudadanía que ignoró con mucha frecuencia la necesidad de limitar los contactos sociales.
propiciaron que durante los meses de verano hubiera en nuestro país un incremento desmesurado de los contagios, que han continuado y se han incrementado en otoño con la segunda ola.

Desde un punto de vista político se ha producido alguna evolución desde  el primer Estado de  Alarma. Los gobiernos autonómicos apoyan en general las medidas adoptadas pero en el parlamento nacional, la derecha y la extrema derecha siguen instaladas  en la demagogia permanente mientras Cs mantiene un apoyo crítico dando una de cal y otra de arena.

Aunque el gobierno ha conseguido aprobar una duración de seis meses para el Estado de  Alarma, que permite asegurar una perspectiva temporal suficiente frente a la fragilidad de la etapa anterior que necesitaba  revisiones quincenales, no ha logrado un consenso mayor que podría haber alcanzado con una mayor flexibilidad en sus planteamientos.

La lucha contra la COVID19 necesita tener el máximo apoyo político y no lo está consiguiendo porque muchas veces se ponen por delante temas menores que deberían resolverse con cierta facilidad si los partidos políticos, y en este caso no hay más remedio que generalizar, se resistieran más a su tendencia genética de "marcar territorio".