Tras los lamentables acontecimientos del mes de Agosto, con miles de personas ahogadas cruzando el mediterráneo, asistimos ahora a la segunda parte del drama de los refugiados de las guerras de oriente medio.
El éxodo por los países europeos, desde Turquía y Grecia hacia Alemania y los países nórdicos, está siendo también una odisea totalmente impropia de los que presumimos ser la sociedad más solidaria y civilizada del mundo.
El éxodo por los países europeos, desde Turquía y Grecia hacia Alemania y los países nórdicos, está siendo también una odisea totalmente impropia de los que presumimos ser la sociedad más solidaria y civilizada del mundo.
El transito por Macedonia o Bulgaria y Serbia y Hungría, hasta alcanzar la frontera con Austria está siendo muy penoso: sin comida ni agua, sin medios de transporte adecuados, caminando muchas veces o hacinados en furgonetas piratas que están costando muchas vidas, teniendo que atravesar alambradas de concertinas como las que hay en Ceuta y Melilla, sufriendo cargas policiales y pernoctando en auténticos campos de concentración.
El comportamiento de estos países europeos, especialmente Bulgaria y Hungría, que son miembros de la Unión Europea, esta siendo totalmente vergonzoso, e impropio de la, supuestamente, sociedad más avanzada y solidaria del mundo.
En este contexto, hay que destacar el comportamiento de las ONGs y de muchos ciudadanos europeos que están dando todo el apoyo posible a los refugiados. A nivel institucional, la Comisión está intentando hacer un papel de mediador entre los Estados miembros. Hay que destacar también la actitud positiva de Alemania, ofreciéndose a recibir los refugiados que sean necesarios.
En los Estados de la U.E. hay actitudes diversas y contradictorias, con muchos matices que revelen las contradicciones de nuestra sociedad. En España, el gobierno ha acabado aceptando las cuotas que finalmente ha propuesto la Comisión. La presión ciudadana, encabezada singularmente por el Ayuntamiento de Barcelona y el "toque" que seguramente le dio Angela Merkel a M. Rajoy en su última entrevista, han sido factores determinantes para que el gobierno aceptara la situación existente.
Después de que, a regañadientes, el Estado español haya aceptado recibir 17.000 refugiados, queda la segunda parte, traerlos a España y distribuirlos por CC.AA. y municipios.
Hay que esperar que se habiliten medios suficientes para traer de forma rápida y segura a los 17.000 refugiados para que no pasen más tiempo del imprescindibles en los campamentos provisionales que se están habilitando, algunos de ellos totalmente inadecuados.
Los contactos entre el gobierno y las CC.AA. tampoco han empezado bien, la ministra de empleo convocó una reunión y fue "con lo puesto", sin planes, sin documentos, sin estrategia y sin ideas en lo que parece ser una simple operación imagen. Hay que esperar que se rectifique y que las CC.AA. sean generosas y no nos obsequien con un espectáculo parecido al de los países de la Unión.
España tiene 46,5 millones de habitantes, en términos proporcionales nos toca un refugiado cada 2.735 habitantes. Muchos ayuntamientos y muchas entidades están ya tomando medidas para acoger a los refugiados que corresponda.
En un municipio como Majadahonda con 70.000 habitantes, vendrían proporcionalmente 25 refugiados. Si aplicamos algún factor de corrección por ser un municipio de renta alta, podríamos acoger algunos más, digamos un total de 40 por poner una cifra.
40 refugiados son, aproximadamente, 10 familias. No parece que sea excesivo para un municipio como Majadahonda, que ya se está preparando para declararse ciudad de acogida a la mayor brevedad posible.
La situación requiere generosidad y por lo que se está viendo, la sociedad civil se está movilizando para ello. Esperemos que nuestros gobernantes a todos los niveles estén a la altura de los ciudadanos.
El comportamiento de estos países europeos, especialmente Bulgaria y Hungría, que son miembros de la Unión Europea, esta siendo totalmente vergonzoso, e impropio de la, supuestamente, sociedad más avanzada y solidaria del mundo.
En este contexto, hay que destacar el comportamiento de las ONGs y de muchos ciudadanos europeos que están dando todo el apoyo posible a los refugiados. A nivel institucional, la Comisión está intentando hacer un papel de mediador entre los Estados miembros. Hay que destacar también la actitud positiva de Alemania, ofreciéndose a recibir los refugiados que sean necesarios.
En los Estados de la U.E. hay actitudes diversas y contradictorias, con muchos matices que revelen las contradicciones de nuestra sociedad. En España, el gobierno ha acabado aceptando las cuotas que finalmente ha propuesto la Comisión. La presión ciudadana, encabezada singularmente por el Ayuntamiento de Barcelona y el "toque" que seguramente le dio Angela Merkel a M. Rajoy en su última entrevista, han sido factores determinantes para que el gobierno aceptara la situación existente.
Después de que, a regañadientes, el Estado español haya aceptado recibir 17.000 refugiados, queda la segunda parte, traerlos a España y distribuirlos por CC.AA. y municipios.
Hay que esperar que se habiliten medios suficientes para traer de forma rápida y segura a los 17.000 refugiados para que no pasen más tiempo del imprescindibles en los campamentos provisionales que se están habilitando, algunos de ellos totalmente inadecuados.
Los contactos entre el gobierno y las CC.AA. tampoco han empezado bien, la ministra de empleo convocó una reunión y fue "con lo puesto", sin planes, sin documentos, sin estrategia y sin ideas en lo que parece ser una simple operación imagen. Hay que esperar que se rectifique y que las CC.AA. sean generosas y no nos obsequien con un espectáculo parecido al de los países de la Unión.
España tiene 46,5 millones de habitantes, en términos proporcionales nos toca un refugiado cada 2.735 habitantes. Muchos ayuntamientos y muchas entidades están ya tomando medidas para acoger a los refugiados que corresponda.
En un municipio como Majadahonda con 70.000 habitantes, vendrían proporcionalmente 25 refugiados. Si aplicamos algún factor de corrección por ser un municipio de renta alta, podríamos acoger algunos más, digamos un total de 40 por poner una cifra.
40 refugiados son, aproximadamente, 10 familias. No parece que sea excesivo para un municipio como Majadahonda, que ya se está preparando para declararse ciudad de acogida a la mayor brevedad posible.
La situación requiere generosidad y por lo que se está viendo, la sociedad civil se está movilizando para ello. Esperemos que nuestros gobernantes a todos los niveles estén a la altura de los ciudadanos.