Casi dos meses después de haber sido forzado a dimitir como S.G., Pedro Sánchez, tal y como prometió, vuelve a la carretera para comprobar si "hay agua en la piscina" y puede volver a presentar su candidatura a las primarias para S.G. del PSOE, que la gestora, por más que se resiste, está obligada a convocar, y cuanto antes lo haga, mejor.
En este tiempo la gestora y los "barones rampantes" se han dedicado a purgar a los que ahora llaman, en sentido peyorativo, díscolos, el lenguaje no es neutral, a proferir amenazas y a cometer toda clase de torpezas, demostrando con ello que son personajes de segunda división B, por mucho que algunos presidan CC.AA.
Han iniciado también una campaña de concienciación teórica sobre lo que hay que hacer para coser el partido mientras que, como hacía Penélope en la Odisea, destejen por la noche lo que dicen tejer por el día. Buscan ganar tiempo para ver si se desinfla el apoyo a Pedro Sánchez y pueden culminar con éxito el proceso de destrucción del partido, que iniciaron con el golpe palaciego del primero de octubre.
Para esta campaña de difusión han lanzado al ruedo algunas viejas glorias del partido, que mejor estarían jubiladas y a otros compañeros veteranos, que mantienen un bien ganado prestigio de muchos años, que podrían perder si siguen admitiendo el papel de voceros intelectuales de esta gestora.
También han irrumpido, como elefante en cacharrería una pléyade de "analistos" de esos que creen que el papel lo aguanta todo y con unos datos parciales y sesgados pretenden construir un relato con apariencia de sólido, que olvida algunos puntos fundamentales y da por dogmas indiscutibles algunos aspectos que tienen importancia relativa o incluso son meras anécdotas, como, por ejemplo, considerar que la entrevista de J.Evole fue la tumba política de P.Sanchez. Nunca se sabe si estos analistos escriben por iniciativa propia o al dictado de algún "jarrón chino" que les tuvo a sueldo en alguna otra época.
Algunos de estos análisis parten de plantear una equidistancia tópica, y empiezan por descartar a Susana Diaz y a Pedro Sánchez, porque ellos han cometido errores que han dividido al partido, como si el golpe de fuerza del 1 de octubre fuera un simple error y todos los errores fueran iguales.
No se menciona en estos análisis que la militancia ha recogido, de forma espontanea, varias decenas de miles de firmas pidiendo un congreso, que la gestora quiere evitar a toda costa, y que la mayoría de esos firmantes son partidarios de que Pedro Sánchez vuelva a presentarse como S.G.
Señores analistos ¿pretenden resolver el problema del liderazgo sin tener en cuenta a los afiliados que estamos pidiendo a grandes voces que queremos decidir en primarias? Parece que si.
Señores analistos ¿pretenden resolver el problema del liderazgo sin tener en cuenta a los afiliados que estamos pidiendo a grandes voces que queremos decidir en primarias? Parece que si.
P. Sánchez de ha enfrentado con el aparato de las baronías mas poderosas y más caciquiles del PSOE pero, muchos militantes de esas mismas federaciones quieren un congreso.
¿No serán esos poderosos barones rampantes gigantes con pies de barro que temen ser también barridos por la fuerza de la militancia?
Hace falta un Congreso en el que Pedro, o quien represente el mismo espíritu de renovación y giro a la izquierda que él simboliza, se enfrente a Susana Díaz o al candidato de la gestora, que parece va a representar a la vieja guardia y a la vieja cultura del PSOE.
Celebremos el Congreso y después empecemos a coser. No se puede coser y romper al mismo tiempo, como están haciendo.
Pedro Sánchez va a iniciar su ruta en pocos días, empezando por Valencia, territorio comanche de uno de los barones rampantes más significativos y luego seguirá por el resto del territorio nacional. Veamos los resultados de estos actos, recojamos las resoluciones de Agrupaciones y Comités provinciales y regionales pidiendo Congreso, acabemos la validación de las firmas. Una vez hecho todo esto hay que esperar que en el próximo C.F., que parece se va a convocar en diciembre, haya mayoría suficiente para convocar el congreso y dejarse de conferencias políticas que, en este momento, no tienen mas interés que ganar tiempo.