El pasado 26 de Julio, el presidente del gobierno fue citado a declarar en la Audiencia Nacional en el proceso Gurtel, 1ª fase. Aunque acudió como testigo, obligado por tanto a decir verdad, su comportamiento fue más bien como imputado pues no es creible que alguien que lleva cinco años como presidente del PP y anteriormente ha estado 30 años en la dirección de su partido, desconozca totalmente la financiación del mismo.
Según parece, en algunas ocasiones la logica procesal no tiene nada que ver con la del comun de los mortales, y en un juicio hay que demostrar de forma concluyente lo que es evidente para el resto del mundo, excepto para aquellos que consideran que la corrupción no es un impedimento para ser presidente del gobierno.
Todo indica que la estrategia de hacerse el tonto, y no enterarse de nada, tipo Infanta Cristina o ministra Ana Mato, también le está dando resultado a Mariano Rajoy.
El siguiente paso que han dado PSOE y Podemos ha sido pedir la comparecencia de Rajoy en un Pleno extraordinario del Congreso. Cs, en su posición de marcar diferencias sin perder del todo la cara, prefiere que la comparecencia se realice en Comisión.
El objeto de esta comparecencia, en la que no es previsible que Rajoy diga nada nuevo, es mantener la presión en la opinión pública y pedir su dimisión, en el caso del PSOE. Podemos insiste en la necesidad de presentar una nueva moción de censura.
Tanto la dimisión como la mocion de censura estan plenamente justificadas, pues no es de recibo que una persona con las responsabilidades de financiación ilegal que tiene Rajoy y que son cada día más evidentes, siga siendo presidente del gobierno.
El problema está en que la dimisión depende de la voluntad de Rajoy y la moción de censura necesita el concurso de C's, que, a pesar de proclamar a los cuatro vientos su prioridad en la lucha contra la corrupción, sigue negandose a apoyar la moción de censura.
Una posible salida, que no debería violentar excesivamente a C's, podría ser presentar la moción de censura con el compromiso de convocar elecciones generales en el plazo más breve posible.
El siguiente paso que han dado PSOE y Podemos ha sido pedir la comparecencia de Rajoy en un Pleno extraordinario del Congreso. Cs, en su posición de marcar diferencias sin perder del todo la cara, prefiere que la comparecencia se realice en Comisión.
El objeto de esta comparecencia, en la que no es previsible que Rajoy diga nada nuevo, es mantener la presión en la opinión pública y pedir su dimisión, en el caso del PSOE. Podemos insiste en la necesidad de presentar una nueva moción de censura.
Tanto la dimisión como la mocion de censura estan plenamente justificadas, pues no es de recibo que una persona con las responsabilidades de financiación ilegal que tiene Rajoy y que son cada día más evidentes, siga siendo presidente del gobierno.
El problema está en que la dimisión depende de la voluntad de Rajoy y la moción de censura necesita el concurso de C's, que, a pesar de proclamar a los cuatro vientos su prioridad en la lucha contra la corrupción, sigue negandose a apoyar la moción de censura.
Una posible salida, que no debería violentar excesivamente a C's, podría ser presentar la moción de censura con el compromiso de convocar elecciones generales en el plazo más breve posible.