La alternativa planteada por la candidata del PP parte de una interpretación errónea de nuestra sociedad basada en situaciones antiguas y correspondientes a otras latitudes. Aunque pueda afirmarse que la libertad está enemistada con los gobiernos "socialistas o comunistas" de la antigua Unión Soviética o de países como China o Corea del Norte, tanto como con el régimen Franquista, es totalmente falso e injusto incluir en esta categoría a los partidos socialista y comunista españoles que tuvieron un papel fundamental en la transición democrática de 1978 y sorprende mas todavía, que esa acusación la haga el grupo político heredero de Alianza Popular, que tardó bastantes años en desprenderse de las ataduras del franquismo del que provenían, y nunca lo consiguieron del todo.
En una democracia plenamente consolidada como la española y al final de la crisis económica, social y sanitaria provocada por la COVID19, lo lógico sería que la campaña electoral se basase en propuestas políticas, económicas y sanitarias apoyadas en el plan de recuperación y resiliencia de el gobierno central y en la utilización eficaz de los cuantiosos fondos aprobados por la Unión Europea y así empezamos los socialistas en las primeras semanas de la campaña, pero la actitud irresponsable de la candidata de VOX en el debate de la SER ridiculizando las amenazas de muerte, acompañadas de los proyectiles de armas de guerra, que recibieron algunos miembros del gobierno ha cambiado el escenario. Ha aparecido una fuerte amenaza de carácter fascista que cuestiona nuestra democracia y que la derecha tradicional del PP acepta con toda naturalidad pues pretende compartir con ella el gobierno de Madrid.
La contradicción fascismo - democracia sería mas propia de una campaña electoral de los tiempos de la transición, cuando se estaba saliendo de la dictadura, que del siglo XXI, donde esa disyuntiva tendría que estar ya superada y las campañas deberían servir solamente para contrastar propuestas programáticas, pero las actitudes de VOX en el ecuador de la campaña obligan a considerar que la amenaza fascista es aquí tan real como en algunos otros países europeos o en la América de Trump.
En consecuencia, en este tramo final de la campaña hay que combinar de forma inteligente la defensa de la democracia con las propuestas programáticas, frente al madrileñismo cateto que proponen Ayuso y Monasterio "las Pili y Mili" de la derecha madrileña, proclamando su cutre concepto de libertad de tomar cañas y hacer lo que les da la gana con independencia de pandemias y otras minucias, mientras favorecen los derechos de los mas ricos bajando imprudentemente los impuestos y olvidan el fortalecimiento de los servicios públicos en una comunidad que tiene las peores cifras de España en gasto social.
El 4 de Mayo hay que ir a votar para expulsar a las dos derechas y recuperar Madrid para la gente de bien.