En el juego del ajedrez el movimiento del Rey es limitado, solo puede avanzar una casilla, pero también es potente, pues puede desplazarse en cualquier dirección. Habitualmente, el Rey es una figura a preservar pero, en algunas circunstancias, también puede actuar como pieza atacante. Hay que tener en cuenta que si el Rey hace un movimiento erróneo en un momento inadecuado, puede poner en peligro el resultado final de la partida.
De una forma similar, el monarca constitucional español puede moverse de forma limitada, pero con bastante potencia pues tiene capacidad de actuar en cualquier dirección. También aquí el Rey se limita habitualmente a su papel representativo y solo en situaciones muy comprometidas toma una posición más activa.
En momentos críticos, como la transición o el 23F, el movimiento del Rey fue decisivo para sacar a España del atolladero en que estaba metida. Sin embargo, no es prudente realizar este tipo de movimientos reales en momentos inadecuados, pues se corre el riesgo de desequilibrar el papel de la monarquía.
El 11 de Septiembre, con motivo de la fiesta de la Diada, se celebró una gran manifestación en Catalunya en la que volvió a reaparecer con mucha fuerza el espíritu independentista catalán.
Como corolario de la manifestación, el gobierno catalán realizo una fuerte presión para obtener un pacto fiscal, para posteriormente, una vez que el gobierno central le negó esa pretensión, convocar elecciones anticipadas con la amenaza de incluir el derecho de autodeterminación en el programa electoral.
CiU plantea un proceso de autodeterminación que tiene bastantes similitudes con el que hace unos años pretendía utilizar el Gobierno Vasco en el llamado Plan Ibarretxe.
Las reacciones políticas a favor y en contra de la propuesta de autodeterminación y de la convocatoria electoral no se han hecho esperar y, entre ellas, está una carta del Rey publicada en su recientemente inaugurada web oficial, que, entre otras cosas, dice:
“..............solo superaremos las dificultades actuales actuando unidos, caminando juntos, aunando nuestras voces, remando a la vez. .......... En estas circunstancias, lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas. “
Este texto manifiesta claramente la oposición del Rey a la posible secesión de Catalunya. Este proceso no nos gusta tampoco a muchos españoles, tanto de fuera como de dentro de Catalunya, pero ¿Es suficiente la convocatoria adelantada de elecciones con un planteamiento de autodeterminación para que el Rey de un paso al frente e intervenga directamente en la escena política?
El Plan Ibarretxe fue, finalmente, una tormenta en un vaso de agua que se disolvió como un azucarillo en poco tiempo, sin necesidad de intervención del Rey ¿No puede pasar lo mismo con esta propuesta?
La casa Real pasa por malos momentos debido a la imputación del Duque de Palma en un proceso de corrupción, y a las espectaculares equivocaciones del propio Rey en la cacería de elefantes. En estas condiciones es lógico que se diseñe un plan de mejora de la imagen del Rey y de su familia.
Sin embargo, operaciones como la de la carta citada contribuyen de forma negativa al relanzamiento de la imagen real y solo sirven para apoyar las posiciones políticas del presidente del gobierno, que debería ser más prudente con los encargos que le hace al Rey.
Hay una cierta probabilidad de que la situación de Catalunya derive en un conflicto mayor, pero también es posible que no, y que, como el Plan Ibarretxe, el proceso de autodeterminación acabe sin pena ni gloria
Si el enfrentamiento entre la derecha catalana y la española queda finalmente en nada. ¿Para que meter al Rey en medio del conflicto?
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