Aunque todavía falta más de un año para las elecciones municipales y autonómicas, algunos partidos, seguramente aplicándose el refrán de "al que madruga Dios le ayuda" ya están empezando a elaborar sus listas.
El pistoletazo de salida lo ha dado Cs con la propuesta-espectáculo de ofrecer la cabeza de lista por Barcelona al antiguo primer ministro francés, Manuel Valls, haciendo valer su origen barcelonés y obviando sus recientes fracasos en su propio país.
Esta estrategia de poner un candidato reclamo, aunque no tenga ningun arraigo en la ciudad, tiene el riesgo de dejar la candidatura descabezada si, el supercandidato no logra el objetivo ser alcalde y dimite tras perder las elecciones. Los socialistas madrileños tenemos amargas experiencias con supercandidatos como Trinidad Jimenez o Miguel Sebastian.
El cabeza de lista de una candidatura tiene que cumplir dos condiciones: ser politicamente sólido y tener el compromiso de permanecer en el puesto toda la legislatura, si además tiene un nombre conocido que pueda atraer al electorado, mejor. El hecho que sea mujer o varón o tenga más o menos años son factores de relevancia relativa que no deben condicionar la elección. Pero no basta con la capacidad y solidez del cabeza de lista, es necesario disponer también de un equipo solvente capaz de llevar el día a día de un Ayuntamiento en sus múltiples facetas, el ejempla madrileño de Manuela Carmena, una alcaldesa muy solida y brillante, acompañada de un equipo muy mediocre, obligada por tanto a pasar buena parte de su tiempo deshaciendo entuertos y rectificando errores.
Los métodos de confección de las listas electorales favorecen estas situaciones. Aunqie poco a poco se van imponiendo las primarias para elegir al cabeza de lista, con censo cerrado porque los partidos no se deciden todavía a hacerlas abiertas. Por el contrario, los miembros de la lista siguen nombrándose en oscuras comisiones electorales en las que dirimen sus diferencias los distintos lobbies internos que existen en todos los partidos y cuyos resultados son manifiestamente mejorables a la vista de la cantidad de representantes poco competentes que acaban formando parte de las instituciones. Los partidos tienen que modificar sus métodos de selección de representantes para que los criterios de mérito y capacidad,predominen sobre los de capacidad de influencia y número de amigos, en la selección de candidatos.
Uno de los lugares en los que se prevé una interesante batalla es la Comunidad de Madrid. La forzada dimisión de Cristina Cifuentes, ha dejado descabezado al PP, que parece quiere recurrir a algun miembro destacado del gobierno para tapar el hueco, Podemos ya ha designado como candidato a Iñigo Errejon, quizá su dirigente mas solvente. Cs parece que quiere importar y parachutar en Madrid otro supercandidato similar al de Barcelona. Frente a este equipo de figuras importadas, ajenas hasta ahora a la Comunidad de Madrid, el PSOE dispone de un candidato especialmente solvente que, además, conoce perfectamente la institución pues, este si, ha aguantado cuatro años en la oposición. Esperemos que los socialistas madrileños, al menos por esta vez, dejemos de buscar a parientes, amigos y conocidos de unos y de otros y somos capaces de configurar una candidatura competente a la Asamblea de Madrid, que apoye eficientemente a Ángel Gabilondo.
Esta estrategia de poner un candidato reclamo, aunque no tenga ningun arraigo en la ciudad, tiene el riesgo de dejar la candidatura descabezada si, el supercandidato no logra el objetivo ser alcalde y dimite tras perder las elecciones. Los socialistas madrileños tenemos amargas experiencias con supercandidatos como Trinidad Jimenez o Miguel Sebastian.
El cabeza de lista de una candidatura tiene que cumplir dos condiciones: ser politicamente sólido y tener el compromiso de permanecer en el puesto toda la legislatura, si además tiene un nombre conocido que pueda atraer al electorado, mejor. El hecho que sea mujer o varón o tenga más o menos años son factores de relevancia relativa que no deben condicionar la elección. Pero no basta con la capacidad y solidez del cabeza de lista, es necesario disponer también de un equipo solvente capaz de llevar el día a día de un Ayuntamiento en sus múltiples facetas, el ejempla madrileño de Manuela Carmena, una alcaldesa muy solida y brillante, acompañada de un equipo muy mediocre, obligada por tanto a pasar buena parte de su tiempo deshaciendo entuertos y rectificando errores.
Los métodos de confección de las listas electorales favorecen estas situaciones. Aunqie poco a poco se van imponiendo las primarias para elegir al cabeza de lista, con censo cerrado porque los partidos no se deciden todavía a hacerlas abiertas. Por el contrario, los miembros de la lista siguen nombrándose en oscuras comisiones electorales en las que dirimen sus diferencias los distintos lobbies internos que existen en todos los partidos y cuyos resultados son manifiestamente mejorables a la vista de la cantidad de representantes poco competentes que acaban formando parte de las instituciones. Los partidos tienen que modificar sus métodos de selección de representantes para que los criterios de mérito y capacidad,predominen sobre los de capacidad de influencia y número de amigos, en la selección de candidatos.
Uno de los lugares en los que se prevé una interesante batalla es la Comunidad de Madrid. La forzada dimisión de Cristina Cifuentes, ha dejado descabezado al PP, que parece quiere recurrir a algun miembro destacado del gobierno para tapar el hueco, Podemos ya ha designado como candidato a Iñigo Errejon, quizá su dirigente mas solvente. Cs parece que quiere importar y parachutar en Madrid otro supercandidato similar al de Barcelona. Frente a este equipo de figuras importadas, ajenas hasta ahora a la Comunidad de Madrid, el PSOE dispone de un candidato especialmente solvente que, además, conoce perfectamente la institución pues, este si, ha aguantado cuatro años en la oposición. Esperemos que los socialistas madrileños, al menos por esta vez, dejemos de buscar a parientes, amigos y conocidos de unos y de otros y somos capaces de configurar una candidatura competente a la Asamblea de Madrid, que apoye eficientemente a Ángel Gabilondo.