El Grupo Parlamentario Socialista (GPS) de la Asamblea de Madrid ha presentado una moción de censura contra Cristina Cifuentes (CC), presidenta de la Comunidad, a causa del master fraudulento que ha conseguido utilizando influencias ilegales, con la colaboración de algunos profesores y directivos de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).
La prensa progresista (eldiario.es) y la posterior investigación que se vio obligada a hacer la URJC, han aportado datos incuestionables sobre el fraude cometido y han demostrado de forma indiscutible que C. Cifuentes nunca cursó ese master, ni presentó la memoria final del mismo.
La moción del GPS ha obligado a posicionarse a los otros grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid. Podemos ha manifestado su acuerdo con la moción, en principio sin condiciones que la puedan dificultar. El PP, que contra toda evidencia sigue negando el caso, parece decidido a resistir aunque todo indica que esa resistencia no durará demasiado. Siguiendo su costumbre ha intentado alguna maniobra sucia como matar al mensajero o poner en marcha el ventilador, acusando a otros representantes de otros grupos. Cs es quien tiene la papeleta más difícil de resolver, por un lado, si no consigue que CC dimita, incumple lo que ha sido hasta ahora su bandera más firme, no apoyar ningún gobierno que tenga indicios de corrupción y el caso de CC atenta directamente a uno de los puntos clave de su pacto de gobierno, por otro lado, si apoya la moción, marca un giro a la izquierda que le dificulta su estrategia de ser la alternativa al PP, es decir la nueva referencia de la derecha, en Madrid y en todo el territorio nacional. Su primer intento, crear una comisión ad-hoc, fue torpeado por el PP que pretendía convertir esa comisión en una de carácter general que diluyera el tema del master de CC.
Aunque lo mas probable es que el PP acabe cediendo y deje caer a CC, la posibilidad de que Angel Gabilondo pueda ser presidente, abre un nuevo tiempo y hace visible una alternativa diferente tras los 23 años consecutivos de gobierno del PP, que empezaron con Ruiz Gallardón en Junio de 1995, siguieron con Esperanza Aguirre (EA) en 2003, tras el tamallazo, Ignacio Gonzalez (IG) en 2012 y culminaron con Cristina Cifuentes que ahora está a punto de ser expulsada. Un bonito poker de ases que ha ido degradando de forma continua la Comunidad de Madrid.
La moción de censura presentada más que a CC, es a toda una época de mal gobierno que se disparó con EA, alcanzó sus mayores cotas con IG y esperemos que culmine con la regeneradora frustrada CC.
Angel Gabilondo aparece en este contexto como la gran esperanza para la comunidad madrileña, aunque de momento se presente con un programa provisional de perfil bajo que pueda tener el consenso de Cs y Podemos, que debe servir para corregir algunas de las mayores barbaridades cometidas en este período que espero que termine pronto.
Un "daño colateral" de esta crisis ha sido el descubrimiento dentro de la URJC, de una estructura mafiosa de compra venta de títulos y otras influencias, que ha sido permitida y potenciada por los gobiernos del PP, con una lista creciente de altos cargos y otros enchufados que han tenido grandes facilidades para conseguir los títulos universitarios que adornan sus curricula. Hay que esperar que la propia investigación de la URJC y la de la fiscalía sean capaces de poner orden en esta universidad.
La prensa progresista (eldiario.es) y la posterior investigación que se vio obligada a hacer la URJC, han aportado datos incuestionables sobre el fraude cometido y han demostrado de forma indiscutible que C. Cifuentes nunca cursó ese master, ni presentó la memoria final del mismo.
La moción del GPS ha obligado a posicionarse a los otros grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid. Podemos ha manifestado su acuerdo con la moción, en principio sin condiciones que la puedan dificultar. El PP, que contra toda evidencia sigue negando el caso, parece decidido a resistir aunque todo indica que esa resistencia no durará demasiado. Siguiendo su costumbre ha intentado alguna maniobra sucia como matar al mensajero o poner en marcha el ventilador, acusando a otros representantes de otros grupos. Cs es quien tiene la papeleta más difícil de resolver, por un lado, si no consigue que CC dimita, incumple lo que ha sido hasta ahora su bandera más firme, no apoyar ningún gobierno que tenga indicios de corrupción y el caso de CC atenta directamente a uno de los puntos clave de su pacto de gobierno, por otro lado, si apoya la moción, marca un giro a la izquierda que le dificulta su estrategia de ser la alternativa al PP, es decir la nueva referencia de la derecha, en Madrid y en todo el territorio nacional. Su primer intento, crear una comisión ad-hoc, fue torpeado por el PP que pretendía convertir esa comisión en una de carácter general que diluyera el tema del master de CC.
Aunque lo mas probable es que el PP acabe cediendo y deje caer a CC, la posibilidad de que Angel Gabilondo pueda ser presidente, abre un nuevo tiempo y hace visible una alternativa diferente tras los 23 años consecutivos de gobierno del PP, que empezaron con Ruiz Gallardón en Junio de 1995, siguieron con Esperanza Aguirre (EA) en 2003, tras el tamallazo, Ignacio Gonzalez (IG) en 2012 y culminaron con Cristina Cifuentes que ahora está a punto de ser expulsada. Un bonito poker de ases que ha ido degradando de forma continua la Comunidad de Madrid.
La moción de censura presentada más que a CC, es a toda una época de mal gobierno que se disparó con EA, alcanzó sus mayores cotas con IG y esperemos que culmine con la regeneradora frustrada CC.
Angel Gabilondo aparece en este contexto como la gran esperanza para la comunidad madrileña, aunque de momento se presente con un programa provisional de perfil bajo que pueda tener el consenso de Cs y Podemos, que debe servir para corregir algunas de las mayores barbaridades cometidas en este período que espero que termine pronto.
Un "daño colateral" de esta crisis ha sido el descubrimiento dentro de la URJC, de una estructura mafiosa de compra venta de títulos y otras influencias, que ha sido permitida y potenciada por los gobiernos del PP, con una lista creciente de altos cargos y otros enchufados que han tenido grandes facilidades para conseguir los títulos universitarios que adornan sus curricula. Hay que esperar que la propia investigación de la URJC y la de la fiscalía sean capaces de poner orden en esta universidad.