El gobierno pisa fuerte

La rápida y contundente reacción del gobierno socialista al  insólito comportamiento del Tribunal Supremo, rectificando  en pocos  días la sentencia sobre quien debe pagar el impuesto de actos jurídicos documentados, asociado a la formalización de las hipotecas, que él mismo TSJ había dictado recientemente, demuestra que el gobierno ha decidido  ejercer con decisión su legítima autoridad para defender los intereses de los ciudadanos frente a los de la banca, que habían sido favorecidos por el tribunal.

El Real Decreto se ha hecho en el momento oportuno, después de que el TSJ con su incompetencia había tomado el pelo a los ciudadanos, quitándoles un impuesto y devolviéndoselo a los pocos días. Con independencia de las consecuencias que pueda tener para el Supremo, que deberían ser la dimisión del presidente de la sala 3 y la del propio presidente del Tribunal,  el gobierno ha actuado de forma correcta y efectiva.

Desde un punto de vista táctico, el movimiento es también oportuno pues ha cortado de raíz posiciones las demagógicas y oportunistas que ya estaban apareciendo.

¿Que es eso de proponer un impuesto con carácter retroactivo como ha dicho P. Iglesias? Los impuestos no tienen carácter retroactivo, la única manera de que los bancos paguen los atrasos, es que se presente y se gane, un recurso ante  los tribunales europeos.

La derecha por su parte ha quedado dividida y descolocada. Por sus declaraciones parece  que Cs va a tener que apoyar el decreto y el PP lo zanja  apostando por la supresión del impuesto lo que implica que las CC.AA, las que gobiernan ellos incluidas, pierdan más de 2.000 M. de Euros

Sería bueno que la decisión del gobierno de empezar a "pisar fuerte", se extendiera a otras decisiones que corren el riesgo de ralentizarse excesivamente.

El caso de la exhumación de los restos del dictador  es uno de los asuntos que necesita empezar a pisar un poco más fuerte ya que, por exceso de prudencia o de garantismo, se está retrasando más de lo necesario con el consiguiente descrédito del gobierno.

Es evidente que Franco tiene que salir de Cuelgamuros y que no puede ir a parar a la catedral de la Almudena, pero tampoco se puede estar esperando eternamente, "templando gaitas" con la jerarquía eclesiástica o con la familia del dictador.