La constitución de 1978 se hizo con un difícil consenso y con la espada de Damocles de la dictadura amenazando una vuelta atrás, el resultado fue un modelo de estado que ratificaba la monarquía impuesta por Franco y la dotaba de un fuerte blindaje que la hacía intocable apoyado por un complicado y difícil proceso de modificación: mayoría reforzada seguida de referéndum y nueva convocatoria electoral.
En aquellos años, muchos ciudadanos de ideas democráticas y republicanas, nos convertirnos en "Juancarlistas" reconociendo el positivo papel del Rey en la transición.
El papel jugado por el Rey Juan Carlos en el golpe de Estado de 1982 reforzó su imagen positiva.
Más de cuarenta años después sale a plena luz, impulsado por la justicia suiza y con todo lujo de detalles, lo que era un secreto a voces en la sociedad: El Rey Juan Carlos cobraba cuantiosas comisiones y recibía esplendidos regalos de monarcas árabes enriquecidos por el petroleo. El Rey que había contribuido tan positivamente en la transición, se había convertido en un personaje corrupto .
Lo fiscalía del TS debate ahora si el superblindaje del ex-Rey le sigue cubriendo de la misma forma después de su abdicación en 2014. Si la respuesta fuera positiva, se le podría acusar de algún delito desde 2014, probablemente un delito fiscal o de movimiento ilegal de capitales a paraísos fiscales, si fuera negativa el emérito quedaría impune antes y después de la abdicación.
Si finalmente el ex Rey fuera procesable, el modelo a aplicar podría ser similar al uilizado con Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, incluyendo la condena a titulo de beneficiario al Rey Felipe y al resto de la famila real, si se llegase a demostrar que una parte de los ingresos fraudulentos obtenidos se utilizaron, como se ha declarado en Suiza, en beneficio de su familia.
El segundo paso, independiente del primero, depende de la Casa Real, con acuerdo del gobierno, y consiste en la retirada del titulo de Rey Emérito del mismo modo que se retiró el de Duques de Palma.
Con esta medida, el ex Rey dejaría de ser, al menos de facto, miembro de la familia real. Si Juan Carlos acepta sin protestas esta situación la salida de la situación será notablemente más fácil.
La solución al problema de fondo: limitar el superaforamiento real, quedará seguramente para otro momento, pues requiere la modificación del título primero de la constitución. Cualquier propuesta de modificar el titulo primero llevaría inevitablemente incorporado que algunos partidos pidieran la supresión de la monarquía pues por mucho que se quiera argumentar, la corrupción del Rey J. Carlos no puede desligarse de la institución monárquica, que quedaría inevitablemente tocada.
Parece probable una salida blanda, que suponga la salida del Emérito del escenario público español con, posible autoexlio incluído
Al actual monarca le queda un largo camino para recuperar su imagen perdida que ya ha iniciado con el tour nacional que esta realizando actualmente.
Durante el reinado de Juan Carlos I los dos países que más avanzaron económicamente fueron España y Corea del Sur. Y la institución monárquica ha sido una fuente de estabilidad en nuestro país. Quizá por ello mucha gente le perdona a Juan Carlos que haya sido un mujeriego y un corrupto. Aunque otros muchos desearían cambiar la monarquía por la república. Yo pienso que hay en España problemas más importantes.
ResponderEliminarA mi que se acostase con la Corina no me enfada porque todos lo Borbones han sido mujeriegos..., el tema está que si por echar unos polvos con la Corina la regalas 65 M DE EUROS, un poco caro el polvo y eso no pase por hacienda..., y otros desmadres financieros no declarados me pone triste..., la mejor solución está en que devuelva el dinero...vaya a vivir fuera del palacio y no haga alguna que otra tontería...
ResponderEliminarFinalmente coincidiendo con el comienzo del período de vacaciones el ciudadano J. Carlos de Borbón ha decidido seguir el camino de sus antepasados y autoexiliarse.
ResponderEliminarEl siguiente paso será observar los movimientos de la Fiscalía y dejar enfriar el asunto. Si se detectase la opción de delito fiscal, el emérito tendría que considerar la opción de blanquear sus capitales