En Octubre de 2009 se produjo un acontecimiento muy poco usual en el mundo del futbol, un equipo de 2ª B, el Alcorcón, eliminó de la copa del Rey por un contundente 4 - 0, al Real Madrid, campeón de todo.
Para que se produjera ese resultado hicieron falta la coincidencia de un cumulo de circunstancias poco frecuentes y, dada la diferente calidad de los dos equipos, es muy difícil que puedan repetirse
Los resultados del 4M en la Comunidad de Madrid tienen cierta similitud con el alcorconazo pues sorprende del mismo modo que un partido solvente como el PSOE, que quizá no sea un campeón indiscutible como el R. Madrid, el Barcelona o el Atlético, pero si es un equipo acreditado de la primera división política, haya sido derrotado de forma estrepitosa por un partido, el PP, que desde que lo lidera P. Casado y vistas sus actuaciones diarias, no hay más remedio que considerarlo, desde el punto de vista de su capacidad política, como de 2ªB.
El sorprendente resultado del 4M se debe también a un conjunto de circunstancias extraordinarias y difícilmente repetibles: ciudadanía cansada por la larga pandemia, exceso de pasividad de la oposición socialista durante los últimos dos años y errores de planteamiento en la campaña, hundimiento de Ciudadanos junto con el acierto táctico del PP en el enfoque de su campaña, en la que utilizó argumentos populistas y demagógicos que tuvieron un fuerte impacto en la población y que consiguieron tapar las graves deficiencias de su gestión en estos dos últimos años.
Después de sus sonoros fracasos en Euskadi y Cataluña, el triunfo en Madrid ha dado oxigeno al PP y se ha venido arriba. Ahora teoriza que el 4M es el comienzo de una nueva época de crecimiento en la que acabaran alcanzando el gobierno de la nación.
Seguramente el PP confunde sus deseos con la realidad y, a pesar del éxito de Madrid, que pueden ser solo fuegos artificiales en la oscuridad, el PP tiene que ascender de categoría y subir de 2ª B al menos a 2ª A y, preferiblemente a primera pero mientras la derecha siga liderada por Casado y su equipo, el ascenso parece muy poco probable.
Desde que el PSOE accedió al gobierno, el PP ha realizado una política de "tierra quemada" con el único objetivo de derribarlo cuanto antes y sea como sea, habitualmente con mucha mas torpeza que acierto. Acontecimientos como la pandemia, las vacunas, las presiones en Bruselas fondos europeos o, recientemente, la crisis de Ceuta han sido utilizados por el PP con un esquema básico que llamaré "Pisuerga", y que consiste en considerar que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y ahí vale cualquier asunto: Pedro Sanchez tiene que dimitir o Podemos tiene que salir del gobierno o hay que convocar elecciones anticipadas, o cualquier otra consecuencia fulminante. Esta estrategia cansina y demagógica se repite cada miércoles en la sesión de control, complementada en muchas ocasiones por las intervenciones mas delirantes si cabe, de otro partido de 2ªB, Vox.
Teniendo en cuenta que el proceso de vacunación contra la COVID19 avanza con velocidad creciente y que la ciudadanía está empezando a recuperar su vida normal al vislumbrarse el principio del fin de la pandemia, el gobierno central tiene la oportunidad y está empezando a hacerlo ya, de poner en marcha, apoyado por los fondos europeos que llegaran pronto, el plan de recuperación y resiliencia que debe ser la herramienta clave para volver a lanzar a España hacia adelante, después de la depresión económica que, a pesar del escudo social puesto en marcha, que ha reducido sensiblemente su impacto, ha sufrido la sociedad española.
Todos los gobiernos autonómicos, sean del signo que sean, van a tener también la oportunidad de contribuir arrimando el hombro en los temas de su competencia, especialmente en sanidad, educación y atención social, aunque también generando iniciativas de desarrollo económico en sectores industriales y de servicios. Gobiernos como el de Diaz Ayuso en Madrid que han basado gran parte de su política en el victimismo y en culpabilizar de todos los males al "Sanchismo" van a tener ocasión de demostrar su valía pues cuenta con la mayoría parlamentaria suficiente para desarrollar sus políticas.
A nivel parlamentario la derecha (PP y los restos de Ciudadanos) tiene también la oportunidad, al menos teórica, de arrimar el hombro de forma constructiva y dejar a VOX el monopolio de la demagogia aunque, de momento, no se ven signos de que vayan a hacerlo.