La guerra de Ucrania ha tenido dos efectos colaterales en la Unión Europea que afectan directamente a la ciudadanía: los costes de la energía, gas, petróleo y electricidad y la alta inflación especialmente de los productos alimenticios que forman la cesta de la compra.
El gobierno de España ha tomado importantes medidas para proteger a la ciudadanía del alto coste de la energía, poniendo topes a los precios de la luz, subvencionando los combustibles con 20 cts € por litro y rebajando, incluso hasta la gratuidad, los abonos de transporte y el IVA del gas hasta el 5%.
En relación con los precios del gas y la electricidad la Unión Europea se está planteando con cierto retraso medidas similares a las nuestras
En este escenario queda una asignatura pendiente que es necesario abordar cuanto antes: la cesta de la compra, pues además de la luz y la calefacción, los ciudadanos tienen derecho a comer de forma saludable todos los días.
La vicepresidenta segunda del gobierno, Yolanda Diaz, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, han lanzado una propuesta novedosa que consiste en llegar a un acuerdo con las grandes superficies comerciales para que ofrezcan voluntariamente una cesta de la compra básica, que incluya productos frescos de temporada, que mantengan el precio congelado hasta después de Navidad, para mejorar la alimentación de la población, especialmente de la mas vulnerables.
Iniciativas parecidas se han llevado a cabo en Francia con cierto éxito.
Aunque el gobierno tenga herramientas administrativas para forzar el control de los precios de la alimentación, puede existir algún problema legal para implementarles y, sobre todo, en un mercado tan amplio y variado como el de la alimentación, no es fácil asegurar su cumplimiento.
Seguramente por estas o parecidas razones, la VP 2ª ha elegido la vía de la negociación y el acuerdo dando al sector la oportunidad de apoyar en positivo a la población española de menor renta y más vulnerable.
No es tarea fácil, pero si se tiene en cuenta que a pesar de la reciente aprobación de la Ley de cadena alimentaria, los productos frescos tienen un enorme incremento de precios desde el productor hasta el consumidor final, los márgenes comerciales tienen capacidad suficiente para hacer este esfuerzo.
El Ministerio de agricultura publica una lista semanal de precios agrícolas y ganaderos, que ilustra la evolución de los precios en su camino hasta el consumidor.
Aunque la información publicada es incompleta y un tanto confusa, es posible hacer una estimación de la evolución de los precios de algunos productos de la cesta de la compra, comparando los precios en origen en los de venta en una gran superficie.
Los productos seleccionados, todos ellos de la cesta básica, son carnes blancas, huevos, frutas y verduras. Faltan carnes rojas, porque no es sencillo hacer una comparación entre los precios de los canales de los mercados mayoristas con las piezas de carne vendidas al por menor y de pescados por que el observatorio del ministerio no tiene publicados estos precios.
Utilizando los datos del observatorio del Ministerio de agricultura referidos a precios en origen de productos frescos comparándolos con los precios de venta en uno de los hipermercados mas extendidos (Mercadona), obtenemos los precios que se reflejan en el cuadro siguiente: