Blog de Alfredo20032

Comentarios, desde la izquierda, de la actualidad política y social, con referencias esporádicas a otros temas más o menos relacionados.




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18 marzo 2015

Contrato laboral único

La reforma laboral del PP, ha conseguido, entre otras "ventajas", la bajada de los salarios, la pérdida de derechos laborales que se creían consolidados hace mucho tiempo y una precarización del empleo impensable hace pocos años. Desmontar esta reforma es uno de los temas urgentes que el nuevo gobierno tendrá que abordar, una vez que los ciudadanos españoles consigamos expulsar al PP del poder.

Una de las consecuencias negativas de la reforma es "la dualidad laboral", consistente en la existencia simultanea en una misma entidad de trabajadores con las mismas funciones, pero con derechos y salarios muy diferentes.

Esta dualidad crea contradicciones entre los trabajadores, pues los que están en situación más precaria (outsiders) quisieran igualarse con los más favorecidos (insiders), siguiendo la receta clásica de a igualdad de trabajo, igualdad de salarios y de condiciones laborales, mientras que los insiders pretenden mantener sus condiciones..

El contrato laboral único, propuesto por los partidos de centro UPyD y Ciudadanos (C´S), pretende ser una herramienta para terminar con esta dualidad. 

El contrato laboral único es un contrato fijo con una indemnización creciente en caso de despido que, según la propuesta de UPyD, va desde los 12 a los 24 días por año, con incremento de 2 días por año de antigüedad, y un limite máximo de 12 meses. C´s no cuantifica su propuesta, o la tiene muy escondida pues no la he podido encontrar. Frente a los 45 días por año y limite de 45 meses de los contratos antiguos  o los 33 días/año y limite de 24 meses de la reforma laboral de febrero de 2012, estas cifras suponen una reducción sustancial de los costes de despido, con la consiguiente pérdida de derechos de los trabajadores.

La filosofía de contrato único con indemnización creciente, puede ser discutible, pero las cantidades que se ofrecen van claramente en perjuicio de los trabajadores.

Se trata de regular una aparente solidaridad entre asalariados, sin tocar para nada los beneficios del capital, que siguen aumentando como muestra la evolución de la  distribución de  la renta nacional entre capital y trabajo que ha aumentado considerablemente en los últimos años de crisis.

Según los datos de la renta nacional disponible publicados por el INE, en 2009 empezó a disminuir, como consecuencia del inicio de la crisis, la renta nacional disponible, renta que ha seguido bajando hasta el último año analizado 2013.

Los datos de este período, en millones de Euros son:



2009 2013 2013/2009 Diferencias
Renta Nacional disponible 1.059.241 1.041.940 98,37% -1,63%
Rentas del capital 455.174 458.590 100,75% 0,75%
Rentas del trabajo 549.867 492.270 89,53% -10,47%
Participación cap. en R. Nac. 42,97% 44,01%
1,04%
Participación tra. en R. Nac. 51,91% 47,25%
-4,67%

Las consecuencias de combinadas de la crisis y la reforma laboral, son una disminución de la Renta Nacional y una disminución mucho más acusada de las rentas del trabajo, mientras que, de forma contraria, las rentas del capital suben, tanto en valor absoluto como en el porcentaje de participación sobre el PIB.

Pero parece que todavía no es suficiente, la derecha incluida la nueva derecha menos troglodita de UPyD y C´s, quieren nuevas reformas que desequilibren todavía más la balanza.

El pretexto de la reforma es la creación de empleo, pero los resultado a pesar del optimismo del PP, es que se crea poco empleo y de baja calidad (mal pagado y con menos derechos). La razón, en términos generales, tampoco es muy difícil de entender, las empresas contratan más cuando lo necesitan porque hay más actividad y fluye mejor el crédito, nadie contrata más trabajadores porque la mano de obra sea más barata, por la misma razón que no compramos más pan que el que nos podemos comer, aunque baje mucho su precio.

Estas  propuestas siguen el mismo camino que la pretensión sistemática de la patronal de rebajar las cotizaciones sociales, que ahora se consideran impuestos y no salario diferido, y otras lindezas de corte neoliberal que están orientadas a romper el modelo de Estado de Bienestar que empezó a desarrollarse en Europa después de la II Guerra Mundial.