Blog de Alfredo20032

Comentarios, desde la izquierda, de la actualidad política y social, con referencias esporádicas a otros temas más o menos relacionados.




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19 mayo 2019

Rabietas independentistas

La negativa de los partidos nacionalistas catalanes a apoyar los Presupuestos Generales del Estado fue el detonante de las elecciones anticipadas recientemente celebradas La situación política en Cataluña ha sido protagonista destacada en la campaña electoral, y lo está siendo también en los prolegómenos de la XIII legislatura.

La triple alianza de la derecha españolista, que está paranoica considerando a Cataluña el enemigo público número uno mientras los independentistas se desesperan al no ver progresar su república, y contemplar como avanza el proceso judicial que va a condenar a sus dirigentes a muchos años de prisión, configuran un escenario político ingestionable.

Las iniciativas de acercamiento del gobierno tropiezan con los continuos desplantes nacionalistas y hacen muy complicado avanzar en un dialogo constructivo sobre el futuro de Cataluña, más allá de la quimera del referéndum de autodeterminación, o la declaración de guerra del art. 155 permanente  que quieren las tres derechas.

El último gesto positivo socialista a Cataluña, la propuesta de Miquel Iceta como presidente del Senado, ha sido interpretado inversamente por ERC y JxCAT que se han negado dar el visto bueno a su nombramiento como senador autonómico. Cs y PP por su parte han evitado votar con los separatistas y han acabado por abstenerse, aunque utilizando todo el argumentario demagógico habitual. Ni unos ni otros parecen darse cuenta de que el PSC tiene todo el derecho a nombrar a quien le parezca sin tener que dar explicaciones a nadie, ni de que el debate sobre la presidencia del Senado no corresponde al parlament catalán sino al propio Senado.

Un gobierno socialista como el actual, partidario del dialogo y la negociación que, además necesita, aunque solo sea tangencialmente, del apoyo de los nacionalistas catalanes, es el mejor escenario que se puede desear para avanzar en la solución del conflicto territorial, pero, para ello, es imprescindible que ERC y JxCAT aparquen sus deseos de independencia a corto plazo.

Hay que esperar que las rabietas de los "indepes" se calmen después de las elecciones y, sobre todo, después de que se dicte sentencia en el juicio del procés.

El único resultado de su última rabieta ha sido aumentar la desconfianza entre el gobierno y ERC, en un momento en que parecía que una supuesta mayor moderación de los republicanos podría propiciar el acercamiento. Como dice el propio Iceta, ERC vuelve siempre al radicalismo en los momentos claves.

Es más que previsible que el TC obligue al parlament catalán a reconsiderar su posición y que el PSC pueda recuperar a M. Iceta para el Senado. En cualquier caso, la propuesta de ofrecer a una diputada y a un senador del PSC las presidencias del Congreso y del Senado, mantienen el gesto de mano tendida a Cataluña que significaba el nombramiento de M. Iceta.

Los parlamentarios del PSC tendrán nuevas oportunidades de intentar recuperar la confianza del PSOE en el próximo debate de investidura, evitando votar en contra junto con las tres derechas. Afortunadamente, este debate se realizará después de las elecciones municipales.

30 marzo 2019

La Próxima legislatura

La XII legislatura de la democracia, que acaba de terminar, se ha caracterizado por una continua crispación, salpicada de insultos y descalificaciones que los dos partidos de derechas, PP y Cs, han dedicado al gobierno y a su presidente Pedro Sanchez.

La causa predominante de esta crispación está en la aprobación de la moción de censura que obligó a Rajoy a abandonar el gobierno y dejó a Cs con la miel en los labios de un triunfo que hace nueve meses creía tener al alcance de la mano.

La aparición de Vox, con un resultado importante en las elecciones andaluzas, ha empujado hacia la derecha a PP y Cs, dejando abandonado el centro por el que supuestamente competían hace pocos meses.

La nueva convocatoria electoral ha incrementado esta crispación y la ha acentuado con la incorporación de candidatos muy de derechas en las listas de los tres partidos de la coalición trifálica.

Vox ha incorporado a auténticos ultras, antiguos miembros de Fuerza Nueva, Falange y otras formaciones similares y a una colección de generales franquistas retirados, así como a algunos otros pintorescos candidatos de parecida factura.

El PP ha recuperado a Aznar y ha rivalizado con Vox en  el fichaje de otros candidatos muy de derechas, incluido  Suarez Illana que en nada recuerda la figura de su padre, o la sorprendente candidata de Barcelona de un anti catalanismo galopante.

Por último Cs no se ha quedado atrás y además de descartes ya amortizados de  PSOE y PP, desechos de tienta en los términos taurinos que a ellos le gustan, ha buscado algunos otros personajes como empresarios de multinacionales de supuesto éxito, especialistas en expedientes de crisis fraudulentos.

En estas circunstancias, el grado de aceptación de los socialistas no hace más que incrementarse entre los ciudadanos y así lo reflejan todos los sondeos de opinión, incluidos los  publicados por los medios más reaccionarios.

Sin embargo, la pérdida de posiciones de Unidos Podemos y de IU y el desmantelamiento de algunas de sus confluencias, hace que la suma final del bloque progresista esté equilibrada con el bloque de las  tres derechas. Hay que esperar a que la vuelta a la actividad de Pablo Iglesias, cuya decisión de dar prioridad absoluta a su baja por paternidad, dejando la dirección UP en  las manos poco hábiles, independientes de su sexo, de I. Montero, ha sido  un factor más de  desgaste, impulse la remontada de esta formación. Un partido muy dependiente de su lider no puede permitirse el lujo de tenerle tres meses fuera de servicio.

Todo indica que estamos abocados a un gobierno de coalición, aunque ningún partido sensato, salvo el imprudente cordón sanitario que Cs quiere poner al PSOE, desvele sus preferencias de forma clara.

Las opciones posibles son tres: 

  • El tripartito de derechas, inevitable si consiguen mayoría, que provoca pavor en buena parte de la población.
  • Un acuerdo PSOE-Cs con el que presionan continuamente los medios de derecha, como Plan B al tripartito.
  • Una coalición progresista de PSOE-UP con partidos nacionalistas, similar a  la que votó la moción de censura.
Sorprende la insistencia en la coalición de centro izquierda, PSOE-Cs, a pesar del cordón sanitario que ha puesto Cs, basándose solo en la poca firmeza de las posiciones de este partido. Sorprende aún más, que el ministro Ábalos haya descolocado a buena parte de los socialistas manifestando su preferencia por esta coalición.

Si la aritmética parlamentaria lo hiciera posible, habría que intentar repetir la coalición  de la moción de censura, con nacionalistas incluidos.

Los resultados del último gobierno han sido muy positivos y solo la no aprobación de los presupuestos, derivada de la crisis catalana y de su gestión por unos dirigentes tan sectarios como Puigdemont y Torra, ha impedido su continuidad.

Hay factores que llaman al optimismo de que un nuevo acuerdo de estas características puede ser posible:
  • La finalización del juicio sobre el procés abre un nuevo escenario político que debe propiciar posiciones de negociación que un gobierno de este tipo podría favorecer.
  • Si se confirman las encuestas, los resultados de ERC serán muy superiores a los del PDCAT y con ERC es más fácil alcanzar acuerdos.
  • El final del proceso puede posibilitar la  ruptura del gobierno nacionalista catalán y abrir el camino a gobiernos transversales en muchos ayuntamientos e, incluso, en la misma Generalitat
Si se formara un gobierno con apoyo de Cs la situación en Cataluña sería mucho más difícil de gestionar, pues a pesar de las veleidades de la "veleta naranja", no parece posible buscar en Cataluña soluciones negociadas.

El tema catalán está ya siendo usado de forma sectaria y agresiva por el trió de derechas mientras que en el PSOE parece preferirse un perfil bajo sobre este asunto en la campaña. Pero, aunque se intente hablar poco de Cataluña, no se puede abandonar la posición de mano tendida  con Cataluña.

Los socialistas queremos que Cataluña siga en España pero los catalanes deben estar convencidos pues no pueden quedarse a la fuerza. Miguel Iceta tiene razón si el número de catalanes con deseos separatistas superase el 65%, sería muy difícil evitar  la independencia de este territorio. No se puede mantener Cataluña en España a golpes de articulo 155.