Cualquier lector de novela negra sabe que para cometer un crimen es necesario tener un móvil, disponer de los medios necesarios y encontrar una oportunidad propicia. Aunque la presentación de una moción de censura a Mariano Rajoy no sea un crimen, sino una necesidad cada día más urgente, para poder presentarla es necesario también considerar estos tres ingredientes.
El móvil para la moción de censura existe desde hace mucho tiempo, la oportunidad que proporciona el caso del corrupción destapada en el canal de YII, que ya ha obligado a dimitir a Esperanza Aguirre, es tan buena como cualquier otra trama de las muchas descubiertas, pero los medios, los votos parlamentarios necesarios para materializarla, no se pueden sumar en estos momentos.
En primer lugar por el cada vez mayor distanciamiento entre Cs y Podemos, pero también, porque el PSOE, metido en su largo proceso de primarias, no está en condiciones de tomar una decisión de esa naturaleza y aunque lo estuviera, tampoco podría asumirla, pues Podemos ha creado tal desconfianza y ha utilizado unos procedimientos tan lamentables, que ni la Gestora, ni ninguno de los tres candidatos a la S.G., están dispuestos a considerarla. En un momento de controversia interna dentro del PSOE, Podemos ha conseguido la unanimidad de todos los socialistas.
Las razones estratégicas de esta iniciativa de Podemos, mas allá de llamar la atención sea como sea, del mismo modo que han hecho con el "tramabus", no son fáciles de descifrar. Puede que lo que intenten sea visibilizar que ellos son los únicos que plantean alternativas al PP mientras los demás partidos no lo hacen, lo que resulta sorprendente cuando son responsables, aunque no los únicos, de que gobierne Rajoy al rechazar el acuerdo que les propuso Pedro Sánchez después de las elecciones de diciembre de 2015.
Desde otro punto de vista, la actitud de Podemos podría considerarse un consecuencia directa de Vistalegre II, donde esta organización decidió poner el énfasis en la acción directa en la calle frente a su papel en las instituciones, que tendría como principal función servir de caja de resonancia a la política anti-sistema que se hace fuera de las mismas. El ruido que provocaría una posible moción de censura sería coherente con esta actitud.
Presentar ahora una moción de censura, cuyas posibilidades de éxito son nulas, no abre el camino para poderla presentar de forma efectiva en el futuro, sino todo lo contrario, pues incrementará la desconfianza de los posibles socios.
Las contradicciones del PSOE debidas a su apoyo a la investidura de Rajoy, hace que nos encontremos en una situación de parálisis que no podrá resolverse hasta que se elija un nuevo S.G., finalice el congreso y se disponga de una nueva dirección. El apoyo a la investidura de Rajoy y el largo periodo de interinidad propiciado por el retraso en la convocatoria del congreso, decidido por la Comisión Gestora, ha impedido que los socialistas, sin dirección efectiva desde hace siete meses, hayamos podido presentar iniciativas propias para contribuir de forma eficaz en la resolución de la crisis política que atravesamos en España.
Si, como es de esperar, dentro de pocos meses el PSOE tiene una nueva dirección federal encabezada por Pedro Sánchez, con una orientación netamente de izquierdas, estaremos en condiciones de abordar con mayor eficacia los problemas nacionales aunque la actitud que está teniendo Podemos, nuestro teórico aliado en la izquierda, no lo pone nada fácil.
En este momento es necesario censurar tanto las políticas de Rajoy, como por inoportuna y mal planteada, la propia moción de censura que está proponiendo Podemos.
En primer lugar por el cada vez mayor distanciamiento entre Cs y Podemos, pero también, porque el PSOE, metido en su largo proceso de primarias, no está en condiciones de tomar una decisión de esa naturaleza y aunque lo estuviera, tampoco podría asumirla, pues Podemos ha creado tal desconfianza y ha utilizado unos procedimientos tan lamentables, que ni la Gestora, ni ninguno de los tres candidatos a la S.G., están dispuestos a considerarla. En un momento de controversia interna dentro del PSOE, Podemos ha conseguido la unanimidad de todos los socialistas.
Las razones estratégicas de esta iniciativa de Podemos, mas allá de llamar la atención sea como sea, del mismo modo que han hecho con el "tramabus", no son fáciles de descifrar. Puede que lo que intenten sea visibilizar que ellos son los únicos que plantean alternativas al PP mientras los demás partidos no lo hacen, lo que resulta sorprendente cuando son responsables, aunque no los únicos, de que gobierne Rajoy al rechazar el acuerdo que les propuso Pedro Sánchez después de las elecciones de diciembre de 2015.
Desde otro punto de vista, la actitud de Podemos podría considerarse un consecuencia directa de Vistalegre II, donde esta organización decidió poner el énfasis en la acción directa en la calle frente a su papel en las instituciones, que tendría como principal función servir de caja de resonancia a la política anti-sistema que se hace fuera de las mismas. El ruido que provocaría una posible moción de censura sería coherente con esta actitud.
Presentar ahora una moción de censura, cuyas posibilidades de éxito son nulas, no abre el camino para poderla presentar de forma efectiva en el futuro, sino todo lo contrario, pues incrementará la desconfianza de los posibles socios.
Las contradicciones del PSOE debidas a su apoyo a la investidura de Rajoy, hace que nos encontremos en una situación de parálisis que no podrá resolverse hasta que se elija un nuevo S.G., finalice el congreso y se disponga de una nueva dirección. El apoyo a la investidura de Rajoy y el largo periodo de interinidad propiciado por el retraso en la convocatoria del congreso, decidido por la Comisión Gestora, ha impedido que los socialistas, sin dirección efectiva desde hace siete meses, hayamos podido presentar iniciativas propias para contribuir de forma eficaz en la resolución de la crisis política que atravesamos en España.
Si, como es de esperar, dentro de pocos meses el PSOE tiene una nueva dirección federal encabezada por Pedro Sánchez, con una orientación netamente de izquierdas, estaremos en condiciones de abordar con mayor eficacia los problemas nacionales aunque la actitud que está teniendo Podemos, nuestro teórico aliado en la izquierda, no lo pone nada fácil.
En este momento es necesario censurar tanto las políticas de Rajoy, como por inoportuna y mal planteada, la propia moción de censura que está proponiendo Podemos.