Como si se tratara de un anuncio de convocatoria anticipada de Elecciones Generales, todos los partidos de ámbito nacional, salvo el PSOE que por razones tácticas poco entendibles de la gestora provisional, lo ha aplazado hasta Junio, han convocado su congreso en estos días.
Cs ha celebrado un Congreso que tiene muy pocas variaciones sobre su situación anterior: los mismos dirigentes y pocos cambios reseñables en sus planteamientos, salvo en la definición ideológica, en la que han retirado la referencia que tenían a la socialdemocracia, dejando solo la "Liberal- Progresista", lo que puede significar un cierto giro a la derecha. Curiosamente se consideran herederos de los liberales de la constitución de 1812, lo que en una interpretación un tanto libre, indica que reivindican una modernidad de hace 200 años, cuando ser liberal era ser progresista. Actualmente, el liberalismo se considera una variante de la derecha y ha quedado un tanto anticuado, lo que sorprende en un partido que presume de modernidad y, con mucha frecuencia, califica a otros partidos de viejos.
El Congreso del PP no parece ofrecer, salvo sorpresas inesperadas, ningún cambio importante. Es un congreso diseñado a la mayor gloria de Rajoy y su equipo que parecen encantados de haberse conocido.
En Podemos, la situación es muy diferente. Empezó a complicarse en Navidad cuando empezaron a conocerse algunos mensajes críticos entre distintos sectores del partido, que aunque un tanto confusos, parecían discrepancias personales mezcladas con diferencias sobre la estrategia política a seguir.
Según se acerca el Congreso, estas diferencias se han agudizado incluyendo incluso algunas dimisiones importantes. La base de estas discrepancias parece estar, por un lado en el funcionamiento interno con mayor o menor participación de los órganos y mayor o menor autoridad del Secretario General y por otro en el mayor o menor peso que tiene que tener la actividad institucional en relación con el activismo social que hasta ahora ha caracterizado a Podemos. Muy probablemente el origen del conflicto este en la negativa de Podemos a apoyar un gobierno socialista después de las elecciones de diciembre de 2015, que acabó provocando la segunda convocatoria electoral que les costó más de 1 millón de votos.
Hay que esperar que, como resultado de su Congreso, Podemos de un giro hacia la realidad y se ponga en condiciones de poder formar parte de un acuerdo de izquierdas en nuestro país.
En el PSOE se ha iniciado de hecho la primera fase del Congreso: la elección en primarias del S.G., en las que Pedro Sánchez ha salido con mucha fuerza a pesar de la falta de apoyo de la gestora y del ninguneo de la mayoría de los medios de comunicación.
Aunque se ganasen las primarias, lo que cada día parece más probable, la batalla no habrá terminado, pues la gestora esta diseñando unas ponencias orientadas a controlar al partido sea quien sea el S.G. elegido. En consecuencia, el siguiente capitulo después de las primarias, será la elección de delegados al Congreso, y ahí, el aparato organizativo tiene siempre mucha capacidad de maniobra y puede obtener la mayoría de los delegados. Ganar el Congreso para poder enmendar las ponencias y elegir un Comité Federal en la misma línea que Pedro Sánchez es imprescindible para evitar que le aten de pies y manos como hicieron en Octubre.
Según se acerca el Congreso, estas diferencias se han agudizado incluyendo incluso algunas dimisiones importantes. La base de estas discrepancias parece estar, por un lado en el funcionamiento interno con mayor o menor participación de los órganos y mayor o menor autoridad del Secretario General y por otro en el mayor o menor peso que tiene que tener la actividad institucional en relación con el activismo social que hasta ahora ha caracterizado a Podemos. Muy probablemente el origen del conflicto este en la negativa de Podemos a apoyar un gobierno socialista después de las elecciones de diciembre de 2015, que acabó provocando la segunda convocatoria electoral que les costó más de 1 millón de votos.
Hay que esperar que, como resultado de su Congreso, Podemos de un giro hacia la realidad y se ponga en condiciones de poder formar parte de un acuerdo de izquierdas en nuestro país.
En el PSOE se ha iniciado de hecho la primera fase del Congreso: la elección en primarias del S.G., en las que Pedro Sánchez ha salido con mucha fuerza a pesar de la falta de apoyo de la gestora y del ninguneo de la mayoría de los medios de comunicación.
Aunque se ganasen las primarias, lo que cada día parece más probable, la batalla no habrá terminado, pues la gestora esta diseñando unas ponencias orientadas a controlar al partido sea quien sea el S.G. elegido. En consecuencia, el siguiente capitulo después de las primarias, será la elección de delegados al Congreso, y ahí, el aparato organizativo tiene siempre mucha capacidad de maniobra y puede obtener la mayoría de los delegados. Ganar el Congreso para poder enmendar las ponencias y elegir un Comité Federal en la misma línea que Pedro Sánchez es imprescindible para evitar que le aten de pies y manos como hicieron en Octubre.