El resultado electoral de las elecciones andaluzas, con 59 diputados de derechas y solo 50 de izquierdas, impide prácticamente la continuidad del gobierno de S. Díaz, como era previsible antes del 2 de diciembre.
En una primera aproximación, la lógica política indica que el nuevo gobierno andaluz tendría que estar presidido por el PP y apoyado por los tres partidos de derechas, que han obtenido la mayoría. Sin embargo, la presencia en esa posible mayoría de VOX, partido de ultraderecha, hace que esta solución pueda tener dificultades debido "cordón sanitario" que muchos partidos de la derecha europea ponen a los partidos de corte fascista, para evitar que entren en los gobiernos. Atendiendo a las declaraciones que han hecho sus dirigentes, el PP parece estar dispuesto a admitir a VOX en el gobierno o en la mayoría, sin ningún reparo, pero Cs, y sobre todo sus aliados europeos y su nueva estrella catalana M.Valls, no son tan inmunes a estas influencias.
Por otro lado, tanto PP como Cs pretenden la presidencia de la Junta, los primeros por ser la primera fuerza de la derecha y Cs por ser el partido emergente que quiere poner en valor su despegue electoral.
Para evitar que VOX entre en el gobierno andaluz, la única opción es un acuerdo entre PSOE-A y Cs lo que además tendría la ventaja de dejar también al PP fuera de la Junta. Los 54 votos de estos dos grupos serían suficientes para alcanzar la presidencia de la Junta, contando con la abstención de Adelante Andalucía que, previsiblemente, no querría votar en contra sumando con la derecha.
Este acuerdo tiene algunas dificultades:
Por otro lado, tanto PP como Cs pretenden la presidencia de la Junta, los primeros por ser la primera fuerza de la derecha y Cs por ser el partido emergente que quiere poner en valor su despegue electoral.
Para evitar que VOX entre en el gobierno andaluz, la única opción es un acuerdo entre PSOE-A y Cs lo que además tendría la ventaja de dejar también al PP fuera de la Junta. Los 54 votos de estos dos grupos serían suficientes para alcanzar la presidencia de la Junta, contando con la abstención de Adelante Andalucía que, previsiblemente, no querría votar en contra sumando con la derecha.
Este acuerdo tiene algunas dificultades:
- Por elemental lógica democrática (PSOE 33, Cs 21), la presidencia de la Junta tendría que ser para el PSOE.
- Cs ha hecho una campaña muy dura contra el PSOE-A y no es fácil que admita a Susana Díaz como presidenta.
- Cs mantiene la reivindicación de asumir la presidencia por ser el único partido que ha crecido en votos.
- Una buena parte de los votantes andaluces han manifestado su preferencia a un cambio de partido en la Junta de Andalucía.
En estas condiciones, es muy probable que Cs exigiera la no presencia de Susana Díaz en el gobierno y mantuviera la propuesta de tener ellos la presidencia.
No son condiciones fáciles de aceptar, pero se debería al menos iniciar los contactos, pues, seguramente, sea la única vía de evitar que el PP presida la Junta y que VOX entre en el gobierno.
Por otra parte, Susana Díaz se ha convertido en una dirigente problemática, que tiene malas relaciones con los otros partidos y que es incluso rechazada por un sector importante de votantes y militantes socialistas. La iniciativa #YoVotoNulo fue ampliamente seguida por muchos votantes, consiguiendo un número próximo a 40.000 papeletas nulas, la mayoría del PSOE-A, que junto con otras tantas que votaron a partidos minoritarios da un número de rechazos activos de aproximadamente 80.000 ciudadanos, demostrando con ello un fuerte rechazo a la actual presidenta. Para comprobar estos datos basta con comparar los votos nulos y los obtenidos por partidos como PACMA y Recortes Cero, en la convocatoria de 2018 en relación con la de 2015.
No son condiciones fáciles de aceptar, pero se debería al menos iniciar los contactos, pues, seguramente, sea la única vía de evitar que el PP presida la Junta y que VOX entre en el gobierno.
Por otra parte, Susana Díaz se ha convertido en una dirigente problemática, que tiene malas relaciones con los otros partidos y que es incluso rechazada por un sector importante de votantes y militantes socialistas. La iniciativa #YoVotoNulo fue ampliamente seguida por muchos votantes, consiguiendo un número próximo a 40.000 papeletas nulas, la mayoría del PSOE-A, que junto con otras tantas que votaron a partidos minoritarios da un número de rechazos activos de aproximadamente 80.000 ciudadanos, demostrando con ello un fuerte rechazo a la actual presidenta. Para comprobar estos datos basta con comparar los votos nulos y los obtenidos por partidos como PACMA y Recortes Cero, en la convocatoria de 2018 en relación con la de 2015.
Un acuerdo PSOE-Cs en Andalucía podría tener algunas ventajas adicionales en el conjunto del Estado pues alejaría a Cs del PP y de la derecha extrema y contribuiría a que volviese al centro. A más corto plazo podría contribuir a flexibilizar su postura en el tema de los presupuestos y facilitar que permitieran su aprobación.