La figura del presidente de Venezuela Hugo Chávez, no es fácil de analizar desde una perspectiva de izquierda europea y desde la distancia cultural, social y geográfica que existe entre Venezuela y España.
Su carrera política comenzó en 1992, siendo coronel de las FF.AA. venezolanas, cuando protagonizó un intento de golpe de Estado, encabezando el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200), contra el presidente Carlos Andrés Pérez. El golpe fracasó y Chávez estuvo encarcelado durante dos años, hasta que fue indultado por el presidente Rafael Caldera.
Una vez indultado, Chávez se presentó y venció en las elecciones presidenciales de 1998 con el apoyo del Movimiento Quinta República (MVR), y desde entonces es el presidente de Venezuela.
Su planteamiento político teórico es la Revolución Bolivariana, que pretende ser un proyecto de socialismo del siglo XXI.
El estilo caribeño de Chávez, que utiliza un discurso un tanto populista y demagógico, con unas formas muy barrocas con menciones continuas a Dios y la iglesia, no es el estilo de dirigente de izquierdas a que estamos acostumbrados en Europa. Por estas razones, y por su origen golpista, cuesta acercarse a una visión positiva del presidente de Venezuela.
Su planteamiento político teórico es la Revolución Bolivariana, que pretende ser un proyecto de socialismo del siglo XXI.
El estilo caribeño de Chávez, que utiliza un discurso un tanto populista y demagógico, con unas formas muy barrocas con menciones continuas a Dios y la iglesia, no es el estilo de dirigente de izquierdas a que estamos acostumbrados en Europa. Por estas razones, y por su origen golpista, cuesta acercarse a una visión positiva del presidente de Venezuela.
Para analizar de la forma más objetiva posible la gestión de los 14 años de gobierno bolivariano, conviene tener en cuenta la evolución de algunos indicadores sociales significativos.
El salario mínimo ha pasado del equivalente a 180$ USA de 1998 a 475 en 2012, lo que equivale a decir que se ha multiplicado por más de 2,5 en 14 años. Si a esto se le añade, los subsidios en especie que los venezolanos reciben: red de supermercados con precios muy bajos en las zonas de menor renta, servicios subvencionado de agua, electricidad, gas, salud, educación universitaria gratuita, y sistemas de transporte, se puede afirmar que las condiciones salariales de Venezuela están entre las mejores de Sudamérica.
El índice de analfabetismo es muy bajo, el desempleo está en torno al 8%, por otro lado el sistema de seguridad social que gestiona el gobierno de Venezuela cubre, entre otros, accidentes laborales, enfermedades y pensiones, por lo que su nivel social parece ser bastante satisfactorio.
Las debilidades están, por un lado, en el alto índice de inflación, uno de los mayores del mundo, que obligará a corto plazo a hacer una nueva devaluación de la moneda debido al alto diferencial existente entre el precio oficial del dólar y el que tiene en la calle.
Por otra parte, Venezuela ocupa uno de los últimos lugares de la tabla de índices de percepción de la corrupción, que publica Transparencia Internacional.
A nivel de relaciones internacionales, el eje Cuba Venezuela, lidera un grupo de países como Ecuador, Bolivia, Perú o Nicaragua, en los que también gobierna opciones de izquierdas de un estilo similar al de Chávez. Este núcleo de países está empezando a jugar un importante papel en una zona que hasta hace muy poco era, simplemente, el patio trasero de EE.UU.
En este panorama, y a pesar de su grave enfermedad, Chávez logró la reelección como presidente en Octubre de 2012, con un 10% de diferencia sobre una oposición que, por primera vez, había conseguido unirse en su contra y la ratifico en Diciembre consiguiendo 20 de los 23 gobiernos regionales.
La grave enfermedad del presidente venezolano está propiciando todo tipo de especulaciones sobre los grandes males que vendrán sobre Venezuela si finalmente se produce el fallecimiento o la incapacidad del presidente, se amplifican, o se inventan, disensiones en el seno del partido del gobierno, la oposición actúa en plan carroñero especulando, con interpretaciones burocráticas sesgadas de la Constitución venezolana, sobre la legitimidad o no del presidente, obviando el hecho evidente de que arrasó por dos veces en las urnas en unas elecciones que fueron calificadas como limpias por todos los observadores.
El final de este proceso está en manos de los médicos y puede acabar con la recuperación o no del presidente pero, en cualquier caso, hay que dejar que el proceso siga su curso y mientras tanto respetar el resultado de las urnas sin interpretaciones sesgadas.
El mejor escenario es la recuperación de Chávez y que vuelva a asumir su puesto, pero sea cual sea el desenlace final, hay que esperar que el proceso democrático siga su curso. Los países sudamericanos deben tener la libertad de poder seguir su propio camino.
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