La elección de la mesa de la cámara ha sido el primer paso para constituir el parlamento andaluz después de las elecciones del 2 de diciembre.
Tras unos días de negociación, entre PP y Cs por un lado y PP y Vox por otro, se ha constituido una mesa presidida por Cs con mayoría (5-2) de los partidos de derechas, PP, Cs y Vox. Adelante Andalucía se ha quedado fuera de la mesa al no aceptar, en un gesto de coherencia y dignidad, el puesto que le ofrecía Cs, en un claro intento de camuflar su apoyo encubierto a Vox.
Aunque la mesa es en teoría un simple órgano de gestión administrativa, su papel en el parlamento catalán o en el nacional, está siendo clave para practicar politiqueos de "corto alcance" para obstaculizar, retrasar o bloquear iniciativas de la oposición.
La victoria de la derecha en la composición de la mesa anticipa las posibilidades del PP de acceder a la presidencia de la junta, a pesar de haber tenido en las elecciones, un resultado relativo peor que el del PSOE.
Sin embargo, el acceso a la presidencia del candidato popular todavía no está garantizado, quedan todavía algunas cartas que jugar.
Si el PP llega a la presidencia será gracias a una afortunada carambola a tres bandas que el permite capitalizar a su favor los resultados positivos de Cs y Vox, si no fuera por esa carambola, el nuevo lider popular, P.Casado, habría entrado en una profunda crisis que hubiera hecho temblar su recién estrenado liderazgo.
Para que la investidura se lleve a cabo es necesario que primero se resuelvan las contradicciones existentes entre Vox y Cs. Vox ya empieza a reclamar que quiere aportar algunas ideas al programa de gobierno, pues no se conforma con el papel de convidado de piedra que el otorga Cs. El partido de Rivera, por su parte, quiere seguir representando el papel de "reina de los mares" y que Vox le regale gratis sus doce votos, sin tener que pringarse en llegar a acuerdos con la ultraderecha para no molestar a sus aliados europeos, a su flamante candidato a la alcaldía de Barcelona y a muchos de sus votantes que no lo entenderían fácilmente.
De las propuestas que pueda hacer Vox en los próximos días, del grado de aceptación que puedan tener en Cs y de la capacidad de intermediación que tenga el PP, principal beneficiario del acuerdo, depende en buena medida que el pacto se consolide.
El otro factor que puede incidir en que el pacto se rompa, sería el movimiento que pueda hacer el PSOE-A, que sumando votos con Cs se quedaría a un solo escaño de la mayoría absoluta y sería posible conformar un gobierno PSOE - Cs, negociando la abstención con Adelante Andalucía.
Hasta el momento, el PSOE- A está haciendo de facto un "Arrimadas" andaluz, limitándose a reclamar con mucho aspaviento su victoria pero sin mover un dedo para intentar volver a acceder al gobierno de la Junta de la única manera posible: con un acuerdo con Cs.
Es posible que Susana Díaz esté esperando ver pasar "el cadáver de sus adversarios delante de su puerta" antes de tomar una iniciativa, o que del mismo modo que Cs, pretenda que le regalen la presidencia sin dar nada a cambio, o esté jugando a tentar la suerte de una repetición electoral, coincidiendo con las municipales. Seguramente lo más sensato sería ofrecer una alternativa a Cs para evitar el acceso de la ultraderecha al gobierno andaluz, aprovechando el flanco débil que ofrece Cs con su rechazo a las propuestas de Vox.
Si se abriese camino esa hipótesis, que en las circunstancias actuales no es nada fácil, se daría también un paso adelante para dificultar gobiernos de derechas en otras CC.AA y en muchos Ayuntamientos, considerando que el importante crecimiento de Vox en Andalucía tiene mucho que ver con el incremento de la abstención de la izquierda en este territorio, y que esta situación no tiene porque darse en el resto del Estado.
No obstante, si parece factible un cierto crecimiento de la ultraderecha que es necesario prevenir cuanto antes y una forma de hacerlo es empujar a Cs para que gire a posiciones más moderadas y se aleje del tandem PP-Vox.
Aunque la mesa es en teoría un simple órgano de gestión administrativa, su papel en el parlamento catalán o en el nacional, está siendo clave para practicar politiqueos de "corto alcance" para obstaculizar, retrasar o bloquear iniciativas de la oposición.
La victoria de la derecha en la composición de la mesa anticipa las posibilidades del PP de acceder a la presidencia de la junta, a pesar de haber tenido en las elecciones, un resultado relativo peor que el del PSOE.
Sin embargo, el acceso a la presidencia del candidato popular todavía no está garantizado, quedan todavía algunas cartas que jugar.
Si el PP llega a la presidencia será gracias a una afortunada carambola a tres bandas que el permite capitalizar a su favor los resultados positivos de Cs y Vox, si no fuera por esa carambola, el nuevo lider popular, P.Casado, habría entrado en una profunda crisis que hubiera hecho temblar su recién estrenado liderazgo.
Para que la investidura se lleve a cabo es necesario que primero se resuelvan las contradicciones existentes entre Vox y Cs. Vox ya empieza a reclamar que quiere aportar algunas ideas al programa de gobierno, pues no se conforma con el papel de convidado de piedra que el otorga Cs. El partido de Rivera, por su parte, quiere seguir representando el papel de "reina de los mares" y que Vox le regale gratis sus doce votos, sin tener que pringarse en llegar a acuerdos con la ultraderecha para no molestar a sus aliados europeos, a su flamante candidato a la alcaldía de Barcelona y a muchos de sus votantes que no lo entenderían fácilmente.
De las propuestas que pueda hacer Vox en los próximos días, del grado de aceptación que puedan tener en Cs y de la capacidad de intermediación que tenga el PP, principal beneficiario del acuerdo, depende en buena medida que el pacto se consolide.
El otro factor que puede incidir en que el pacto se rompa, sería el movimiento que pueda hacer el PSOE-A, que sumando votos con Cs se quedaría a un solo escaño de la mayoría absoluta y sería posible conformar un gobierno PSOE - Cs, negociando la abstención con Adelante Andalucía.
Hasta el momento, el PSOE- A está haciendo de facto un "Arrimadas" andaluz, limitándose a reclamar con mucho aspaviento su victoria pero sin mover un dedo para intentar volver a acceder al gobierno de la Junta de la única manera posible: con un acuerdo con Cs.
Es posible que Susana Díaz esté esperando ver pasar "el cadáver de sus adversarios delante de su puerta" antes de tomar una iniciativa, o que del mismo modo que Cs, pretenda que le regalen la presidencia sin dar nada a cambio, o esté jugando a tentar la suerte de una repetición electoral, coincidiendo con las municipales. Seguramente lo más sensato sería ofrecer una alternativa a Cs para evitar el acceso de la ultraderecha al gobierno andaluz, aprovechando el flanco débil que ofrece Cs con su rechazo a las propuestas de Vox.
Si se abriese camino esa hipótesis, que en las circunstancias actuales no es nada fácil, se daría también un paso adelante para dificultar gobiernos de derechas en otras CC.AA y en muchos Ayuntamientos, considerando que el importante crecimiento de Vox en Andalucía tiene mucho que ver con el incremento de la abstención de la izquierda en este territorio, y que esta situación no tiene porque darse en el resto del Estado.
No obstante, si parece factible un cierto crecimiento de la ultraderecha que es necesario prevenir cuanto antes y una forma de hacerlo es empujar a Cs para que gire a posiciones más moderadas y se aleje del tandem PP-Vox.