Hay que considerar también la situación de la sanidad pública que, sometida a recortes durante muchos años, con escasez de personal, que además tiene unas condiciones de trabajo muy precarias, no es capaz de dar una respuesta a las necesidades de la población en la segunda ola de la pandemia. Si en la primera ola el comportamiento del sector sanitario fue heroico, en esta segunda ni aplicando el mismo heroísmo y dedicación han podido atender las demandas de la sociedad.
La estructura administrativa de nuestro país no resiste ninguna iniciativa nueva por importante que sea. El gobierno ha aprobado una serie de medidas sociales y económicas con objeto de paliar los efectos económicos de la pandemia, pero estas iniciativas se estrellan con la falta de recursos humanos y el exceso de burocracia.En tercer lugar hay que considerar al sector educativo que, debido a su escasez de medios y recursos, tampoco puede ofrecer las condiciones de seguridad sanitaria que se necesitan en este curso 2020 2021.
Los ERTES han servido para preservar los puestos de trabajo de muchos asalariados pero el exceso de burocracia y la escasez de funcionarios para tramitarlos, han provocado retrasos y complicaciones innecesarias.
Con las mismas trabas, pero con mayor gravedad está tropezando la implantación del Ingreso Mínimo Vital que avanza muy lentamente a pesar de la urgencia de su puesta en marcha.
El adelgazamiento sistemático del sector público impulsado especialmente por los gobiernos de la derecha, el exceso de burocracia, el teletrabajo implantado en las administraciones públicas como consecuencia de la pandemia y la escasa cultura digital que dificulta el acceso a los servicios de muchos ciudadanos, está convirtiendo a España en un país que no funciona.
En pleno siglo XXI los servicios públicos tienen que ser mucho más eficaces y para ello es imprescindible reducir la burocracia y generalizar las tecnologías digitales sin que ello implique reducción de empleados públicos ya que la digitalización de los servicios no pueden sustituir en muchos casos la presencia directa de profesionales de especialidades como sanitarios, docentes, cuidadores, u otros muchos profesionales.
El fondo de recuperación de 740.000 M€ aprobado por la Unión Europea para los próximos siete años del que España se beneficiará con 140.000 M€, incluye entre sus prioridades la digitalización y el refuerzo del número de empleados públicos. Hay que esperar que el gobierno responda positivamente y con decisión a este requisito y deje en el baúl de los recuerdos las sistemáticas y demagógicas reivindicaciones de conservadores y liberales de adelgazar al máximo las administraciones públicas, para impulsar la privatización que en esta pandemia está demostrando su ineficacia en sectores como la sanidad o las residencias de la tercera edad.
El Ingreso Mínimo vital es muy importante. Pero por la maldita burocracia solo ha llegado al 10% de las familias que lo necesitan. Como dice la gente en la calle: "Del Ingreso Mínimo Vital ni flowers". Las personas subsisten gracias a las ONGs, Cáritas y las parroquias.
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