La costumbre de escribir manifiestos, expresando una opinión o haciendo una petición, es una forma totalmente legitima de ejercer la libertad de expresión que está muy extendida en nuestro país, tanto si se trata de personas de cierta relevancia, como es en este caso, como cuando lo hacen personas sin ningún significado especial, utilizando muchas veces plataformas como Change.org u otras.
El valor de un manifiesto viene determinado en primer lugar por su contenido y, a continuación, por el número de apoyos que recibe, o por la relevancia de los firmantes.
En este caso se trata de un Manifiesto a los diputados electos, firmado por algunas personalidades de la vida política, entre ellos varios antiguos ministros, cultural y académica.
No comparto en absoluto la descalificación que se ha hecho a priori de este documento en algunos ámbitos, alegando intereses particulares de los firmantes. Cuando hay más de 50 firmantes, la mayoría de ellos con una larga y positiva trayectoria política y profesional, no se puede mantener en serio esta descalificación.
Los socialistas estamos demasiado acostumbrados a recibir opiniones sesgadas e interesadas de algunos de nuestros propios dirigentes, los llamados barones. Creo que no es este el caso pues los socialistas que suscriben el documento no son de los que se dedican habitualmente a intoxicar y además, hay muchos otros firmantes que no son miembros del PSOE.
Por tanto, dado que los firmantes del manifiesto son gentes solventes y respetables, con mucha experiencia política, su opinión, se comparta o no, merece ser oída y tenida en consideración.
El contenido del manifiesto es muy genérico, a veces hasta obvio. Aunque habla en terminos generales parece claro que lo que se propone es que se busque la formula de apoyar un gobierno del PP porque, y eso es de mi cosecha, han ganado las elecciones.
Lo que no aborda el manifiesto es como hacerlo pues, aunque se pueda reconocer que no hay otra opción a corto plazo y que unas terceras elecciones serían negativas para el prestigio de la democracia y, seguramente dieran una mayoría superior al PP , el coste de apoyar a Rajoy tanto para Cs como para el PSOE o los nacionalistas, Podemos tiene su reino fuera de este mundo y es muy difícil que se de por aludido, sería muy alto y todos prefieren que lo pague otro.
Es una situación de bloqueo sin salida que aunque se sepa lo que no hay más remedio que hacer, lamentablemente dejar que gobierne el PP, nadie quiere pagar la factura.
En el manifiesto se piden cesiones y sacrificios, incluso de carácter personal y esto no puede interpretarse de otra manera que decirle a Rajoy que deje paso a otra persona. Si M. Rajoy renunciase a ser presidente del gobierno, el escenario cambiaría de forma radical.
El valor de un manifiesto viene determinado en primer lugar por su contenido y, a continuación, por el número de apoyos que recibe, o por la relevancia de los firmantes.
En este caso se trata de un Manifiesto a los diputados electos, firmado por algunas personalidades de la vida política, entre ellos varios antiguos ministros, cultural y académica.
No comparto en absoluto la descalificación que se ha hecho a priori de este documento en algunos ámbitos, alegando intereses particulares de los firmantes. Cuando hay más de 50 firmantes, la mayoría de ellos con una larga y positiva trayectoria política y profesional, no se puede mantener en serio esta descalificación.
Los socialistas estamos demasiado acostumbrados a recibir opiniones sesgadas e interesadas de algunos de nuestros propios dirigentes, los llamados barones. Creo que no es este el caso pues los socialistas que suscriben el documento no son de los que se dedican habitualmente a intoxicar y además, hay muchos otros firmantes que no son miembros del PSOE.
Por tanto, dado que los firmantes del manifiesto son gentes solventes y respetables, con mucha experiencia política, su opinión, se comparta o no, merece ser oída y tenida en consideración.
El contenido del manifiesto es muy genérico, a veces hasta obvio. Aunque habla en terminos generales parece claro que lo que se propone es que se busque la formula de apoyar un gobierno del PP porque, y eso es de mi cosecha, han ganado las elecciones.
Lo que no aborda el manifiesto es como hacerlo pues, aunque se pueda reconocer que no hay otra opción a corto plazo y que unas terceras elecciones serían negativas para el prestigio de la democracia y, seguramente dieran una mayoría superior al PP , el coste de apoyar a Rajoy tanto para Cs como para el PSOE o los nacionalistas, Podemos tiene su reino fuera de este mundo y es muy difícil que se de por aludido, sería muy alto y todos prefieren que lo pague otro.
Es una situación de bloqueo sin salida que aunque se sepa lo que no hay más remedio que hacer, lamentablemente dejar que gobierne el PP, nadie quiere pagar la factura.
En el manifiesto se piden cesiones y sacrificios, incluso de carácter personal y esto no puede interpretarse de otra manera que decirle a Rajoy que deje paso a otra persona. Si M. Rajoy renunciase a ser presidente del gobierno, el escenario cambiaría de forma radical.
Después del fracaso del intento de Pedro Sanchez de crear un gobierno con las fuerzas del cambio, que no fue posible por la postura de Cs y de Podemos, y considerando que el PP, aunque no nos guste ha ganado las elecciones del 26J, a la izquierda no queda más remedio que pasar a la oposición. El no permanente a la investidura de PSOE y nacionalistas, y la abstención de Cs nos lleva a unas terceras elecciones, en las que es muy posible que el PP mejore todavía más. La izquierda perdió el tren que pasó el 20D y ahora no ha vuelto a pasar.
La investidura del candidato del PP tendrá inevitablemente costes políticos para todos los partidos que participen en la operación de la investidura, pues a muchos de sus militantes y votantes les costará admitirlo. Pero los costes no tienen porque ser eternos, serán mayores o menores dependiendo de como se gestionen y de como se expliquen y, sobre todo, de la actitud que se tenga a lo largo de la legislatura que, puede incrementar o reducir estos costes.
En cualquier caso el primer pago debería hacerlo el PP apartando a Rajoy de la investidura. El precedente de Artur Mas en Cataluña es el ejemplo a seguir, su renuncia permitió la investidura de un president aunque el proceso que han seguido después no tenga nada de ejemplarizante.
Una vez resuelto el trámite de la investidura, los socialistas tendríamos que plantearnos la hoja de ruta a seguir en una legislatura, previsiblemente corta, en la que la falta de mayoría del gobierno puede permitir iniciativas políticas positivas.
La investidura del candidato del PP tendrá inevitablemente costes políticos para todos los partidos que participen en la operación de la investidura, pues a muchos de sus militantes y votantes les costará admitirlo. Pero los costes no tienen porque ser eternos, serán mayores o menores dependiendo de como se gestionen y de como se expliquen y, sobre todo, de la actitud que se tenga a lo largo de la legislatura que, puede incrementar o reducir estos costes.
En cualquier caso el primer pago debería hacerlo el PP apartando a Rajoy de la investidura. El precedente de Artur Mas en Cataluña es el ejemplo a seguir, su renuncia permitió la investidura de un president aunque el proceso que han seguido después no tenga nada de ejemplarizante.
Una vez resuelto el trámite de la investidura, los socialistas tendríamos que plantearnos la hoja de ruta a seguir en una legislatura, previsiblemente corta, en la que la falta de mayoría del gobierno puede permitir iniciativas políticas positivas.