No voy a caer en el error, tan frecuente en estos días, de dar una opinión subjetiva sobre lo que se debería de haber hecho en esta crisis sanitaria.
Una de las lecciones que habría que aprender en esta crisis es el lamentable papel de muchos medios de comunicación, especialmente las tertulias televisivas. Todos los días muchos de los tertulianos habituales opinan de forma frívola sobre lo que habría que hacer en la crisis atribuyéndose un papel, cada vez más habitual en muchos de ellos, de "arreglamundos" con el micrófono en la mano. Si esta actitud ya es lamentable cuando habitualmente opinan sobre muchas otras cosas, en una situación como esta, es totalmente irresponsable y deberían controlarse. Los medios de comunicación tendrían que asumir un papel de generadores de opinión, informando más y juzgando menos, sobre todo de lo que no saben.
Una de las lecciones que habría que aprender en esta crisis es el lamentable papel de muchos medios de comunicación, especialmente las tertulias televisivas. Todos los días muchos de los tertulianos habituales opinan de forma frívola sobre lo que habría que hacer en la crisis atribuyéndose un papel, cada vez más habitual en muchos de ellos, de "arreglamundos" con el micrófono en la mano. Si esta actitud ya es lamentable cuando habitualmente opinan sobre muchas otras cosas, en una situación como esta, es totalmente irresponsable y deberían controlarse. Los medios de comunicación tendrían que asumir un papel de generadores de opinión, informando más y juzgando menos, sobre todo de lo que no saben.
El gobierno por su parte ha actuado con prudencia y decisión, buscando las acciones adecuadas en los momentos oportunos y aunque pueda haber tenido algún error, es muy fácil criticar a posteriori. Especialmente hay que valorar la información frecuente y equilibrada del Dr. Simón que todos los días ha dado cuenta con muy buen criterio de la evolución de la crisis.
Su última actuación, la puesta en marcha un plan de medidas, sanitarias, económicas y de apoyo a PYMES, autónomos y familias para compensar, al menos parcialmente, los costes que las medidas restrictivas van a tener para empresas y familias, debe ser el complemento indispensable para que España pueda salir de la crisis con el menor daño posible.
Su última actuación, la puesta en marcha un plan de medidas, sanitarias, económicas y de apoyo a PYMES, autónomos y familias para compensar, al menos parcialmente, los costes que las medidas restrictivas van a tener para empresas y familias, debe ser el complemento indispensable para que España pueda salir de la crisis con el menor daño posible.
La epidemia del coronavirus ha puesto al descubierto algunas debilidades de nuestro sistema sanitario en algunas comunidades autónomas como Madrid. El comportamiento del conjunto de los sanitarios madrileños está siendo encomiable y merece todo el reconocimiento de la ciudadanía pero las insuficiencias del sistema, con escasez de personal y de recursos, muestran una gestión deficiente durante los últimos años. La privatización impulsada por los diferentes gobiernos madrileños ha determinado esta situación de falta de recursos. Si las urgencias hospitalarias se saturaron en la pasada campaña de gripe, que no fue especialmente virulenta, no es de extrañar que en una crisis global como la actual el sistema se resienta.
Por otra parte la sanidad privada, tan mimada por el gobierno madrileño, esta mirando para otro lado sin querer implicarse en la atención sanitaria de la epidemia y seguramente, será necesario que el gobierno utilice los medios legales a su disposición para obligarlos a poner sus recursos a disposición de la sociedad sin intentar enriquecerse con ello, afortunadamente no somos EE.UU., donde la sanidad es solo para los ricos. Hay que esperar que una de las consecuencias de esta crisis sea un reforzamiento total de la sanidad pública tanto en medios humanos como materiales.
Recientemente, el consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid ha informado de la puesta en marcha de varias iniciativas con las que pretenden abordar la crisis:
La primera iniciativa debería ser capaz de poner a disposición de las autoridades sanitarias muchos recursos que hasta ahora están siendo poco utilizados, su eficacia y su coste depende de como se plantee.
La segunda parece contradictoria con la primera. Si va a haber más hospitales disponibles no parece muy necesario convertir hoteles en "hospitales" con pocos servicios, no es facil convertir un hotel en hospital.
La tercera iniciativa, pretende contratar 250 teleoperadores con contratos de menos de un mes y un salario muy bajo, menos de 8 € la hora, es una iniciativa arriesgada. Estos teleoperadores precarios, sin formación ni experiencia, serán los que decidan en primera instancia y mediante un simple test quien puede estar infectado por el coronavirus. No parece la mejor forma de atender a los ciudadanos pues se deja en sus manos una responsabilidad que puede ser clave para el tratamiento adecuado de posibles enfermos.
Tengo que manifestar serias dudas ante estas imaginativas iniciativas del gobierno madrileño.
Hay que poner en valor la extraordinaria actuación de las autoridades chinas capaces de construir dos grandes hospitales en muy pocos días para atender a los infectados. Esa iniciativa, aunque facilitada por las características autoritarias del gobierno chino, no deja de tener un enorme mérito y habrá contribuido sin duda a limitar los efectos de la pandemia.
Las últimas informaciones indican que la epidemia en China está empezando a remitir, lo que es una excelente noticia para todos y demuestra que sus medidas han funcionado.
Por otra parte la sanidad privada, tan mimada por el gobierno madrileño, esta mirando para otro lado sin querer implicarse en la atención sanitaria de la epidemia y seguramente, será necesario que el gobierno utilice los medios legales a su disposición para obligarlos a poner sus recursos a disposición de la sociedad sin intentar enriquecerse con ello, afortunadamente no somos EE.UU., donde la sanidad es solo para los ricos. Hay que esperar que una de las consecuencias de esta crisis sea un reforzamiento total de la sanidad pública tanto en medios humanos como materiales.
Recientemente, el consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid ha informado de la puesta en marcha de varias iniciativas con las que pretenden abordar la crisis:
- Plan integral sanitario que incluye la participación del sector privado.
- Medicalización de hoteles para la cuarentena de enfermos.
- Refuerzo del sistema de teleasistencia para poder atender más llamadas.
La primera iniciativa debería ser capaz de poner a disposición de las autoridades sanitarias muchos recursos que hasta ahora están siendo poco utilizados, su eficacia y su coste depende de como se plantee.
La segunda parece contradictoria con la primera. Si va a haber más hospitales disponibles no parece muy necesario convertir hoteles en "hospitales" con pocos servicios, no es facil convertir un hotel en hospital.
La tercera iniciativa, pretende contratar 250 teleoperadores con contratos de menos de un mes y un salario muy bajo, menos de 8 € la hora, es una iniciativa arriesgada. Estos teleoperadores precarios, sin formación ni experiencia, serán los que decidan en primera instancia y mediante un simple test quien puede estar infectado por el coronavirus. No parece la mejor forma de atender a los ciudadanos pues se deja en sus manos una responsabilidad que puede ser clave para el tratamiento adecuado de posibles enfermos.
Tengo que manifestar serias dudas ante estas imaginativas iniciativas del gobierno madrileño.
Hay que poner en valor la extraordinaria actuación de las autoridades chinas capaces de construir dos grandes hospitales en muy pocos días para atender a los infectados. Esa iniciativa, aunque facilitada por las características autoritarias del gobierno chino, no deja de tener un enorme mérito y habrá contribuido sin duda a limitar los efectos de la pandemia.
Las últimas informaciones indican que la epidemia en China está empezando a remitir, lo que es una excelente noticia para todos y demuestra que sus medidas han funcionado.