El papel el Rey

La constitución del 78 limitó al máximo los poderes del Rey, dejándole solamente funciones protocolarias y de carácter representativo.

Las  razones de esta limitación están en la intención del constituyente de evitar la tendencia al "borboneo" político de sus reales antecesores, que ponían y quitaban ministros a su antojo.

Lamentablemente, el otro borbo­neo, el económico, no se ha conseguido cortar y el rey emérito ha acabado en el exilio, como sus antecesores, por aprovecharse de su posi­ción pivilegiada para enriquecerse.

Una de las pocas funciones no simbólicas que tiene el monarca es hacer la propuesta del candidato a presidente del gobierno tras unas elecciones generales, previa consulta a los lideres de todos los partidos políticos que concurrieron al proceso electoral. En la ma­yoría de las ocasiones el resultado de estas consultas ha sido claro y el Rey no ha tenido ninguna dificultad en hacer su propuesta, pero, tras las elecciones de 23J, la situación es algo mas compleja pues han aparecido dos dirigentes, Nuñez Feijoo y Pedro Sanchez, con argumentos suficientes para ser propuestos candidatos y eso ha preocupado a al­gunos de los todólogos habituales que consideran que el Rey se va a ver metido en un problema que puede poner en peligro su neutralidad.

Seguramente hubiera sido mas operativo que, a semejanza de otros Jefes de Estado como el presidente de la Republica Italiana, el Rey tuviera capacidad de mediación en casos de posible crísis institucional como la actual y poder proponer soluciones, pero la constitución no le da esas atribuciones.

Pero, aun con pocas competencias,  el Rey tiene que cumplir con su trabajo y si el primer candidato que propone no obtiene la investi­dura, la responsabilidad será del candidato, no del Rey. No hay que proteger  al monarca como si fuera tonto.

Aunque aparentemente Feijóo no tiene ninguna posibilidad de ser elegido, tiene todo el derecho a intentarlo y en ese caso, sus re­sultados justificarían que fuera el primero que lo intentara.

La valoración estratégica de si es mejor presentarse o no postularse no le corresponde al Rey sino al propio Feijóo y al PP.

La propuesta de Nuñez Feijóo

Tras los resultados electora­les del 23J, que han dejado al PP a las puertas de conseguir la investidura, pero sin posibilidades de alcanzarla, N. Feijóo no se resigna y se dedica a dar palos de ciego para encontrar la formula que le permita conseguir su objetivo.

El último movimiento de VOX renunciando a formar parte de un hipotético gobierno del PP va en esa lįnea aunque solo pueda conseguir los dos votos de UPN y C.C. que son totalmente insuficientes.

El PNV ha reiterado una vez más su negativa a hablar con el PP, con otros partidos nacionalistas ni siquiera lo van a intentar. La idea de una supuesta gran coalición con el PSOE para que gobierne el PP en solitario, tampoco tiene ninguna viabi­lidad, asį que solo les queda intentar repetir el tamayazo, para lo que ya están alimentando el relato de los "socialistas buenos" que traicionarían a P. Sanchez por un plato de lentejas. Una vez más el PP recurre al juego sucio para intentar conseguir la investidura.

Aunque el PP haya conse­guido un escaño más, gracias al voto CERA, la situación no ha cambiado y sigue dependiendo de la posiciōn que finalmente adopte JxC, Tanto el PSOE como SUMAR ya están haciendo gestiones discretas para conseguir su apoyo.

Si el PSOE consigue avanzar en su relación con JxC, es muy probable que la presidencia del Congreso vuelva a ser del suya y las cuatro vicepresidencias y las cuatro secretarįas se repartirán a partes iguales entre el gobierno y sus apoyos y las derechas, con la probable presencia de VOX y de nacio­nalistas catalanes y/o vascos en ellas. En consecuencia, Feijóo no va ser presidente del gobierno en esta ocasión, sus continuas contradicciones sobre sus rela­ciones con Vox y las barbari­dades que están haciendo en las instituciones donde gobier­nan juntos, han convencido a una gran parte del electo­rado de que el PP y Vox son prácticamente lo mismo.

Aunque todavía no se han iniciado los contactos formales, ya se vislumbran algunos elementos importantes. El primer indicador de la evolución de este escenario se producirá el prōximo 27 de Agosto con la elecciōn de la mesa la del Congreso.

En primer lugar están las reivindicaciones habituales de ERC y JxC: Amnistía y referéndum, que tal y como se plantean no pueden ser aceptados per si serían posibles algunas aproximaciones que permitirįan un acercamiento positivo.

En cualquier caso estas reivindicaciones siempre estarán presentes en las negociaciones aunque los nacionalistas tendrán que asumir que son planteamientos a largo plazo.

Otros temas que han ido apareciendo tienen caracter económico, deuda y financiación autonómica ,por un lado y de transferencias de competencias relativas a la gestión de las cercanías ferroviarias, por otro. Ambos asuntos son complicados, pues afectan tambien a otras CC.AA. que tienen situaciones similares, por lo que la negociaciōn bilateral tendrá que completarse con negociaciones de caracter general con diferentes

La envolvente de todos estos asuntos será, seguramente, el reforzamiento de la comisión mixta ya existente, con la inclusiōn en ella de JxC. Una comisiōn que tendría que adquirir un impulso mucho mayor que el que ha tenido hasta ahora, y que será seguramente el primer punto a discutir pues, aunque difícil de diseñar, puede hacerse con relativa celeridad, antes de la investidura y servir de marco para el resto de las negociaciones.

En definitiva si se quieren evitar nuevas elecciones, que seguramente serian una lotería para todos, es necesario que Pedro Sanchez vuelva a ser investido presidente del gobierno, Alberto N. Feijóo no tiene ninguna posibilidad.

Gobierno progresista 2.0

El  resultado de las elecciones generales del 23J ha creado una situación complicada de dificil solución.

El PP, con 136 diputados, ha sido el vencedor de las elecciones, pero esta victoria solo tiene un caracter moral pues es imposible que pueda formar gobierno, ya que  su único socio Vox se ha quedado solo con 33 escaños, y la suma de los dos,169, queda muy lejos de la mayoría  absoluta ya que el PP no tiene  posibilidades de pactar con otros partidos debido a su extrema radicalización de los últimos años.

Desde las elecciones municipales de Mayo, el PSOE ha tenido una gran recuperación mejorando sus resultados de 2019 y alcanzando 122  escaños mientras,  Sumar, a pesar de su complicado nacimiento, ha conseguido mantener el tipo y ha llegado a los 31 diputados.

El total de escaños del gobierno de progreso serían 153 pero, con el apoyo ya comprometido de los partidos nacionalistas, con la única excepción de  JxC, llegarían a 172, superando al bloque de la derecha y, en consecuencia, poniéndose en condiciones de conseguir la investidura en segunda vuelta, siempre que JxC se abstenga.

En consecuencia, en este escenario el papel de JxC es determinante. Si  quiere mantener la actitud de oposición absoluta que ha tenido durante esta legislatura, se enrocará y pondrá sus condiciones máximas habituales: amnistía y autodeterminación,  tragándose el sapo de votar  junto con el PP y VOX y acabaríamos en un nuevo proceso electoral, pero, si todavía le queda algo del "seny" catalán y del pragmatismo de su antecesora, CiU, daría una oportunidad al dialogo y se abstendría en la investidura poniendo unos requisitos qe puedan ser asumibles por el nuevo gobierno. Si se considera, además, que los resultados electorales del nacionalismo catalán el  23J han sido flojos, a JxC no parece que le convenga una convocatoria electoral inmediata., además, la situación ha cambiado para JxC pues hay mucha diferencia entre mantener continuamente sus principios fundamentales cuando, como hasta ahora, su peso era irrelevante y las proclamas fundamentalistas le salían gratis. En el nuevo parlamento su posición tiene un peso específico muy importante y sus  proclamas tendrán un  fuerte coste político para ellos.

Si se cumplen estas condiciones, el escenario mas probable sería un gobierno progresista 2.0, similar al de 2019, aunque con unos números más ajustados pues la derecha tiene una presencia mayor.

Un nuevo gobierno progresista previsiblemente produciría menos ruido que el actual al desaparecer del mismo los personajes más ruidosos de la etapa actual:  Pablo Iglesias, Irene Montero y Pablo Echenique, en contraposición, la derecha mantendría, con toda seguridad, el mismo nivel de ruido, añadiendo el "argumento" de que ellos son los ganadores reales de las elecciones del 23J.

Aunque la convocatoria de nuevas elecciones o el gobierno progresista sean las dos únicas opciones posibles, el PP todavía quiere apostar contra toda lógica y contra as normas constitucionales, por la investidura de Feijóo, como si fueranos un país presidencialista y para ello, pretende que el PNV primero y después el propio PSOE, le apoyen para evitar que el PP cuente con VOX, obviando todos los insultos y calificativos que han dedicado al PSOE durante estos años.

Esta propuesta de Feijóo tiene una dosis importante de caradura, pues la hizo mientras hacía todo lo contrario en los gobiernos autonómicos de Extremadura y Canarias, lo que, en términos coloquiales, se llama  Ley del Embudo.

El último intento de conseguir mayoría es una reedición, corregida y aumentada del Tamayazo, esta vez proclamándolo a los cuatro vientos en vez de tener la discreción que tuvieron en Madrid en la primera versión del Tamayazo..

La propuesta de la derecha, además de absurda y tramposa, tiene otras dos  connotaciones muy preocupantes:

• El PP considera que tiene  el derecho divino a gobernar y, cualquier otro gobierno que no sean ellos es una anomalía que  hay que erradicar y, en consecuencia, cualquier partido sea de izquierda, nacionalista o de ultra derecha tiene la obligación de apoyarles.
• Por otra parte la derecha  y la ultraderecha consideran que los nacionalistas vascos y catalanes, sean de izquierdas o de derechas, son ciudadanos de segunda categoría, o, lo que es peor, ni siquiera son españoles, y por tanto no tienen derecho a participar en el gobierno de España

Hay que esperar que JxC actúe de forma constructiva y puedan tener continuidad los avances conseguidos en estos últimos cinco años..

Acuerdos de gobierno

Cualquier partido politico tiene la ambición lógica de obtener mayoría absoluta en los procesos electorales, para poder gobernar en solitario.

Esta ambición no es un modelo, como quiere hacernos creer Feijóo, es un deseo, cada vez  mas difícil de alcanzar, por esta razón, cuando Feijóo habla de su modelo, está diciendo una perogrullada pues los procesos post electorales requieren, casí siempre, de pactos entre partidos afines.

Su" modelo" de gobierno no es más que un simple pretexto para evitar hacer público sus acuerdos con Vox, y su pretensión absurda de que para gobernar en solitario, si no consigue mayoría absoluta, es necesario que Vox le apoye gratis o que el PSOE le de la investidura, también gratis, para evitar el pacto con Vox, no es más que una afirmación mas de qu el gobierno le pertenece por derecho natural y todos, izquierda y ultraderecha incluidas, tienen la obligación de concederselo.

Para formalizar un pacto político de gobierno son necesarias dos condiciones:

• Que el resultado electoral pe­mita formar mayorías
• Que haya suficiente afinidad entre las organizacion firmantes del pacto.

El pacto de gobierno firmado en 2019 entre PSOE y U. Podemos reunía de forma parcial estas condiciones pues, aunque no sumaban los 176 diputados necesarios, tuvieron la opción de  complementarse con los diputados de los partidos nacionalistas.

La afinidad política si alcanzaba el nivel mínimo necesario, aunque, como en cualquier pacto, hubo problemas en algunos momentos.

Los dos partidos, PSOE y Unidas Podemos, forman parte del sector progresista de la sociedad española, aunque existan algunas diferencias políticas importantes entre ellos. Las divergencia mas mportante que ha habido en esta legislatura, Ley del solo si es si, ha sido debida más a errores de gestión y coordinación que a diferencias políticas.

El PP se queja de las dificultades que tiene para formalizar posibles pactos pues, en la práctica, su único posible socio es VOX, que mantiene unos criterios políticos dificilmente asumibes por la democracia española. Para resolver esta asimetria, que es propia exclusivamente del PP, pretenden extender a incompatibilidad a todo el espectro político y para ello, distinguen entre "partidos Centrales", PP y PSOE, que tienen del orden del 60% de la repre­sentación y partidos extremistas, radicales y nacionalistas  que representan el 40% restante, y que el PPson excluye de posibles mayorías.

Con este análisis tan simplón y en blanco y negro, del tipo que acostumbra a hacer el PP, pretenden equiparar a la extrema derecha de Vox con la extrema izquierda de U. Podemos, ERC y Bildu. 

Feijóo, olvida que UP tiene posiciones de izquierda radical, pero totalmente legítimas que siempre han sido respetuosas con los consensos básicos de la constitución del 78.

ERC y Bildu por su parte tienen, por motivos evidentes, un pasado muy conflictivo con la sociedad española, pero hay que constatar que ambos están en un difícil y transito positivo, acercandose progresivamente, aunque con dificultades y contradicciones, a los consensos básicos de nuestro país, intentando hacerlos compatibles con sus principios nacionalistas. Hay que considerar también  que, en ningún caso, ni ERC ni Bildu han formado nunca parte del gobierno de España, ni han tenido responsabilidades de gestión.

En el caso de los pactos VOX-PP, aunque el criterio de la aritmética electoral sea igual de válido, hay que tener en cuenta que VOX se opone de forma radical y combativa a los consensos básicos españoles, negando, entre otros, la existencia de violencia machista, el cambio climático o la eficacia de las vacunas del COVID. El acuerdo con ellos no debería ser posibe nl en CC. AA., ni en ayuntamientos y mucho menos, en el gobierno central.

Sin embargo si ha habido pactos y ha sido el PP quien ha aceptado esos antediluvianos principios y la perspectiva de que lo pueda hacer también de España, asusta a muchos ciudadanos.

Ciertamente, si el PP no acepta los principios de Vox, tiene muy pocas posibilidades de alcanzar un pacto, pero esa circunstancia no justifica negar la participacion en la vida poltica de los restantes partidos minoritarios.

La única salida lógica para evitar la inclusión de VOX en los gobiernos sería la formación de gobiernos de concentración, PSOE-PP allá donde fuera necesario y las circunstancias lo permitieran, pero la sistemática actitud negativa del PP en la política española, incluyendo situaciones dificiles como el COVID o la guerra de Ucrania, hace totalmente imposible una solución de ese tipo.

En el debate cara a cara recientemente celebrado, Feijóo tuvo el cinismo de ofrecer a Pedro Sanchez la firma en tiempo real de un pacto para que gobierne la lista más votada mientras hacía todo lo contrario para constituir gobiernos en las CC.AA. de Extremadura o Canarias, en las que la lista más votada fue la socialista

En las  CC.AA y Ayuntamientos en los que ha habido pacto ha sido el PP quien ha aceptado los antidiluvianos principios de VOX y la perspectiva de que esa situación pueda repetirse tambien en el gobierno de España asusta a la ciudadanía, pero no hay ninguna duda de que si el PP no acepta los principios de VOX tiene muy pocas posibilidades de alcanzar un pacto con ellos.

Sanchismo 2ª etapa

La  convocatoria electoral del 23 de Julio no puede tener otro resultado  que la puesta en marcha de la segunda etapa del Sanchismo. Una vitoria electoral del PP (con VOX)

sería un decisión difícilmente comprensible de la sociedad española.

En los cuatro años que lleva el gobierno  liderado por Pedro Sánchez, nuestro país, lo mismo que el resto de Europa y todo el orbe,  ha padecido la mayor pandemia mundial  en 100 años y antes de que terminara, el estallido de la guerra de Ucrania, una situación extremadamente difícil que ha sido superada con éxito

A juzgar por los resultados de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, el buen balance socialista de los últimos años no ha sido tenido suficientemente en cuenta por la ciudadanía. Una campaña electoral basada en un relato falso y personalista del presidente del gobierno, ha conseguido imponer la imagen del "Sanchismo" como una conspi­ración malvada, basada en las actividades de un personaje sin escrúpulos, que utiliza los recursos del poder para alcanzar sus propios objetivos personales.

 

Utilizando esta estrategia burda, pero parece que eficaz, la derecha asocia a P Sanchez con los aspectos mas reprobable de la socie­dad, principalmente el terrorismo y el separatismo, aunque no sean de actualidad en España desde hace mucho tiempo.

Aunque la derecha sigue intentado explotar las supuestas debilidades del Sanchismo, la eficaz salida a los medios de comunicación de P. Sanchez desmontado estas falacias junto, con la pedagó­gica explicación del balance positivo de estos 4 años, está contribuyendo positi­vamente a cambiar la tendencia.

Además del progresivo desinflamiento de la burbuja anti sanchista, existen otros factores que están contribuyendo al resurgimiento de las fuerzas progresistas. El primero es la cada vez mas visible levedad del lider del PP y su equipo.

• Continuos errores de concepto que revelan su falta de conocimiento de muchos asuntos económicos y de otros ámbitos, tanto nacionales y europeos,
• Frecuentes contradicciones en temas claves y cambios de posición diarios. Como muestra significativa, en un momento proclama su intención de derogar la reforma laboral y al dia siguiente, después de presiones europeas o de la patronal, dice estar dispuesto a aceptarla con pequeños ajustes, consultando con los agentes sociales que, de los quede entrada,  pretendía prescindir.
• Carece de equipo económico del que solo dice que será competente.
• Elude los debates. a los que tiene un miedo cerval y se justifica con propuestas absurdas.
• Niega sus compromisos con Vox, diciendo que su modelo es gobernar en solitario, como si esa circunstan­cia de pedir solo de sus deseos.
• ..... 

En segundo lugar el triunfo de la derecha en las elecciones municipales y autonómicos está haciendo que la campaña electoral coincida  con los pactos PP-VOx, lo que pone en primer plano la enorme contradicción  entre las propuestas del PP y sus actos reales, 

Los pactos que, con mas o menos dificultades, están haciendo la derecha-ultraderecha revelan su realidad política. Vox no se conforma con simples demandas programáticas, que están siendo negacionistas en aspectos muy sensibles, como la violencia de genero o el cambio climático sino que está exigiendo puestos de representa­ción en las instituciones y en los gobiernos regionales y municipales. Los nombramientos que ha hecho VOX en Valencia, Baleares, Aragón y en los Ayuntamientos donde han pactado, siguen el mismo modelo reaccionario de Castilla León, personajes negacionistas del cambio climático, homófobos, machistas, antivacunas etc, todo un avance hacia la prehistoria. Las autonomías que quedan por pactar, seguirán el mismo camino, a pesar de algunas resistencias que Vox va eliminando como Extremadura que parecía resistirse pero que finalmente ha claudicado,

Los nuevos  gobiernos de estos ayuntamientos y CCAA son un anticipo de lo que nos esperaría si el PP (con VOX) gana las elecciones generales del 23J.

Es imprescindible una fuerte movilización de todos los progresista tanto  en el área socialista como, a la izquierda del PSOE, en que la implantación progresiva de SUMAR, esta consiguiendo avances significativos.

Después del 23 J tiene que  empezar la segunda etapa del "Sanchismo" para consolidar los resultados alcanzados en estos años y alcanzar nuevas metas políticas.

Reivindicación del "Sanchismo"

El termino Sanchismo está siendo utilizado sistemáticamente  utilizado por las derechas españolas para descalificar al gobierno progresista de Pedro Sanchez, Un ejemplo es la definición que se da en un diccionario político del ya extinto partido Ciudadanos:

Corriente vacía de pensamientos y de principios a la que solo le importa el poder y está dispuesta a todo para alcanzarlo y mantenerlo.

Su miembro fundador es Pedro Sanchez que no dudó ni un segundo en pactar con aquellos que quieren romper España con el único fin de atrincherarse en La Moncloa.

Si a esta definición se le quitan los calificativos peyorativos, se convierte en la intención que tiene cualquier dirigente y partido político en alcanzar y mantener el poder.

Otra cuestión es la crítica al pacto con los que quieren romper España, que sin duda se refiere a los acuerdos parlamentarios con ERC, Bildu y PNV.

Estos partidos que la derecha califica como los que "quieren romper España" representaron mas de un millón y medio de votos en las elecciones generales de 2019, un 6,35% del total y lo que es más importante, un 22,7% de los votos catalanes y un 51% de los votos vascos, dos territorios tan españoles como cualquier otro y con una evidente situación política  complicada, aunque conviene decirle a la derecha que gracias a las políticas territoriales del gobierno progresista ni Euskadi tiene que ver con los tiempos de ETA ni Cataluña con los del process, se ha avanzado mucho aunque todavía queda camino por recorrer. Las continuas vueltas demagógicas a un pasado más conflictivo, añaden dificultades  a un proceso de normalización  ya difícil en si mismo

La definición del diccionario político la derecha debería sustituirse por esta otra más ajustada  al  relidad:Sanchismo Corriente política progresista que gobernó España durante el difícil período del COVID y de la guerra de Ucrania. Estos acontecimientos implicaron graves riesgos económicos y sociales que fueron resueltos con audacia, valentía e inteligencia, adoptando medidas  orientadas a proteger a la mayoría de la población.

En definitiva el gobierno progresista presidido por Pedro Sanchez no se ajusta a la definición del infierno, definido en los catecismos de los años 50 como conjunto de todos los males sin mezcla de bien alguno, que ahora pretende pretende vender la derecha. Los últimos años han sido un período muy difícil todavía no concluido, que se esta resolviendo con mucha solvencia y eficacia.

El triunfo de la derecha en las pasadas elecciones municipales y autonómicas  puede explicarse, al menos parcialmente por la práctica desaparición de Ciudadanos, cuyos votantes se han pasado en masa a las otras derechas y por el hundimiento de Podemos explicado por las erráticas posturas de sus dos ministras. Aunque haya habido una cierta pérdida de votos socialistas (400.000), sus efectos en la representación institucional se han visto multiplicados por los efectos por las caídas de Ciudadanos y Podemos.

La respuesta del gobierno al resultado de las últimas elecciones ha sido la convocatoria inmediata de unas elecciones generales para finales de Julio. En próximos artículos analizaremos esta situación.

El factor Ayuso

 

En el marco de una legislatura muy crispada, en la que ni siquiera durante la pandemia del COVID la derecha dio el mínimo respiro al gobierno, van a celebrarse elecciones municipales y autonómicas.

Según todos los institutos de opinión las posiciones están muy igualadas, el PSOE, a pesar del desgaste que supone el gobierno, está resistiendo muy bien los envites de la derecha, mientras que el llamado efecto Feijoó se va quedando en nada por la incapacidad y los continuos errores del presidente popular, que no está a la altura de lo que parecía prometer hace un año.

En estas circunstancias surge de nuevo el verso suelto de  la presidenta de Madrid, que haciendo la guerra por su cuenta, y dejando los problemas de Madrid en segundo o tercer término, ha proseguido con su doble objetivo:

• La lucha contra el malvado Sanchez  para  desalojarle de la Moncloa.
• Su guerra interna en el partido popular para convertirse en lideresa desplazando a Feijóo como hace un año desplazó  a Casado.

Para conseguir estos objetivos su estrategia necesita alcanzar la mayoría absoluta en la Asamblea de Madrid.

Las encuestas disponibles, incluido el CIS, consideran que ese objetivo es posible si U. Podemos no alcanza el mínimo del 5% necesario para tener representación y esas mismas encuestas indican que U.P está en el limite para conseguirlo. Aunque esta situación sea fruto de la lamentable gestión de los actuales dirigentes de UP, P.Iglesias, I. Belarra y I. Montero, que merecen todo el castigo del mundo por no haberse incluido en la plataforma SUMAR, el posible escenario de mayoría absoluta de Ayuso pone a toda la izquierda madrileña entre la peste, de un gobierno en solitario del PP, y el cólera, de un acuerdo de gobierno PP-VOX.

La victoria por mayoría absoluta de Ayuso tendría, además,  consecuencias  en su batalla interna dentro del PP. Si I.D.A. consigue la mayoría absoluta y el resto de los resultados del PP no son buenos, N.Feijoó va a quedar muy tocado y la presidenta madrileña tendrá vía libre para atacar el liderazgo nacional del PP, lo que nos llevaría a una derecha liderada por Ayuso, equivalente a la francesa Le Pen o a la italiana Meloni, con lo que la crispación actual sería una balsa de aceite en comparación con lo que se nos vendría encima.

Si atendemos a los sondeos el voto de la izquierda en Madrid se dividirá a partes mas o menos iguales entre PSOE y Más Madrid, con un resto menor para U.P. El triunfo entre las dos principales formaciones de izquierdas sería un pírrico segundo puesto en la comunidad madrileña sin que la suma de ambas permita acercarse a la mayoría y si U.P no obtiene el 5% la mayoría absoluta de IDA es mas que probable.

Dada la ley electoral de la CAM tiene una enorme lista única de 135 diputados y una barrera del 5%, llegar a superara esa barrera supone 7 diputados para las fuerzas de izquierdas, que harían mucho mas difícil la mayoría absoluta del PP.

En consecuencia aunque para un votante de izquierdas lo lógico sería entre el PSOE y Más Madrid, el voto más útil para la izquierda sería apoyar a U.P para que alcance el 5%.

Los votantes de la izquierda deberíamos considerar esa opción para contribuir a alejar al PP de IDA de la mayoría absoluta.