Los independentistas catalanes (JXC y ERC) han obtenido un resultado que les dan la llave de esta elección.
ERC, que ya formó parte del bloque de investidura en 2019 y que parecía muy proclive al pacto, está endureciendo su posición ante la fuerte presión verbal de JxC, que está haciendo valer su posición aumentando sus condiciones para apoyar una mesa progresista'
El PSOE, que necesita tener mayoría en la mesa para garantizar el desarrollo . parlamentario de sus propuestas de gobierno, negocia en silencio para reducir la especulación
.Sumar hace gestiones por su cuenta para apoyar el acuerdo y ganar protagonismo.
Mientras tanto el PP sigue dando palos de ciego buscando una salida positiva, que tienen muy difícil.
Algunos actores secundarios, como Coalición Canaria, quieren pescar en rio revuelto con propuestas un tanto fuera de lugar
En definitiva el protagonismo lo tiene JxC que tiene que decidir si participa en un apoyo condicionado a un futuro gobierno progresista o pone unas condiciones imposibles de aceptar que provocaran la convocatoria de nuevas elecciones.
Todos los partidos nacionalistas están en unas condiciones inmejorables para conseguir avanzar de forma sustancial en sus reivindicaciones, apoyando y buscando el acuerdo con un gobierno de coalición PSOE-SUMAR, mucho mas sensible a ellas que un gobierno de ultraderecha PP VOX. Unas nuevas elecciones difícilmente podrían tener un resultado mas favorable.
Para conseguirlo necesitan modular sus reivindicaciones hasta que alcancen un nivel mínimo aceptable para los miembros del gobiero, que permitan abrir la negociación.
Esta estrategia implica el reconocimiento de facto de que después del fracaso del procés, la independencia de Cataluña sería, en el mejor de los casos para ellos, un proceso lento y a largo plazo.
En este primer acto no hay tiempo para una negociación detallada por lo que tendrán que limitarse a aprobar una declaración de intenciones, consensuada por nacionalistas y partidos del gobierno, dejando para el proceso de investidura una neociación mas detallada.
La "opción intermedia" de castigar al gobierno dejando que el PP presida el congreso para luego apoyar un gobierno progresista, no beneficia a los nacionalistas pues debilitaría al futuro gobierno en las acciones que necesitan la participación activa del Congreso.
En conclusion, cualquier decisión contraria a la formación de una mesa con mayoría progresista, presidida por un parlamentario socialista, no tendría ningún sentido para nadie.