Como si de una gran nave se tratara, un partido político como el PSOE necesita unos ajustes períódicos que le actualicen y le pongan al día. Normalmente, los congresos son el momento idoneo para hacer ajustes, pero no todos los ajustes son del mismo nivel, como en los aviones, hay ajustes que se hacen después de cada vuelo, otros cada determinado número de horas de operación y otros, finalmente, los que suponen una revisión profunda y completa, una gran revisión, se hacen solo muy de vez en cuando. Muy probablemente el PSOE tuvo su última revisión profunda en Suresnes, en octubre de 1974, cuando los socialistas del interior, encabezados por F.Gonzalez y A.Guerra, consiguieron derrotar al sector del exterior, el PSOE histórico de Rodolfo Llopis. 43 años más tarde aquel partido revitalizado ha sufrido un fuerte deterioro y necesita una gran revisión, un cambio profundo que modifique políticas, estrategias, planteamientos y equipos de dirección.
La forma en la que se propició la dimisión de Pedro Sánchez, el apoyo a la investidura de M. Rajoy y los desconcertantes movimientos posteriores de la Comisión Gestora, son indicadores suficientes para reclamar un cambio profundo y total que debe hacerse sin más dilación en el próximo congreso federal de junio.
Como ocurrió en Suresnes, y como suele ser habitual en todos los procesos de renovación profunda, lo viejo se resiste a dejar paso y los que están cómodamente instalados en el "stablishment" actual, defienden su posición con uñas y dientes
El golpe de mano contra el SG. y el apoyo al PP tenían una conclusión adicional: elegir una nueva dirección que perpetuase el statu quo y la persona adecuada para ello era la actual presidenta de Andalucía, sin mas oficio que toda su vida viviendo como cargo orgáanico o institucional del partido y curtida en mil batallas orgánicas. Con Susana no hay ningun riesgo de que el partido se renueve, más allá de una lampedusiana reparación de chapa y pintura.
Los métodos de trabajo que emplea Susana son los mismos que los que se utilizaban antes de las primarias: Se contactababa con los distintos "grupos fácticos" que operaban dentro del partido y se iban asegurando votos hasta sumar la mayorían necesaria. Estos votos pagaban peaje, como le pasó a Zapatero en 2004 con los llamados renovadores de la base que luego provocaron el Tamallazo que acabó con Esperanza Aguirre como presidenta de Madrid.
Las primarias de 2014 tuvieron las mismas caracteristicas de rivalidad entre clanes que en los congresos anteriores. E. Madina y P. Sanchez eran dos jovenes de la cantera del partido apoyados por distintos clanes: el de Rubalcaba y el de Susana, que fue la que ganó por goleada.
Afortundamente, Pedro supo vestir el traje de S.G., intentó formar gobierno, y finalmente se negó a apoyar la investidura de Rajoy, aunque esa actitud le acabara costando el puesto. Por está razón las primarias tienen esta vez un planteamiento distinto: un candidato, que ya no es el mismo de 2014, pegado a las bases, frente a una candidata apoyada por una alianza de clanes, sindicato de cargos y jarrones chinos y apoyados por los mas poderosos medios de comunicación audivisuales y escritos.
He titulado este artículo, "Cuando gane Pedro" en vez de "Si gana Pedro" como era mi primera intención, porque según avanzan los días, la fuerza de P. Sanchez y sus partidarios crece más y más y cada vez parece más difícil que no se convierta en nuestro próximo Secretario General, a pesar de los poderosos adversarios que tiene enfrente.
Algunos veteranos compañeros del PSOE temen que si gana Pedro el partido se divida, no comparto esa tesis, porque es ahora cuando el partido está dividido gobernado por una minoría aristocrática que cree que es de su propiedad. Cuando la militancia recupere su partido, seguramente con una mayoría muy amplia, el PSOE recuperará una nueva unidad sobre bases auténticamente socialistas. En ese momento, los compañetos que han sido los responsables de esta situación deberan dar un paso a un lado pues no se merecen estar en los organos de dirección. No sobra nadie en el PSOE, pero los responsables de este desbarajuste deben salir de la dirección
La forma en la que se propició la dimisión de Pedro Sánchez, el apoyo a la investidura de M. Rajoy y los desconcertantes movimientos posteriores de la Comisión Gestora, son indicadores suficientes para reclamar un cambio profundo y total que debe hacerse sin más dilación en el próximo congreso federal de junio.
Como ocurrió en Suresnes, y como suele ser habitual en todos los procesos de renovación profunda, lo viejo se resiste a dejar paso y los que están cómodamente instalados en el "stablishment" actual, defienden su posición con uñas y dientes
El golpe de mano contra el SG. y el apoyo al PP tenían una conclusión adicional: elegir una nueva dirección que perpetuase el statu quo y la persona adecuada para ello era la actual presidenta de Andalucía, sin mas oficio que toda su vida viviendo como cargo orgáanico o institucional del partido y curtida en mil batallas orgánicas. Con Susana no hay ningun riesgo de que el partido se renueve, más allá de una lampedusiana reparación de chapa y pintura.
Los métodos de trabajo que emplea Susana son los mismos que los que se utilizaban antes de las primarias: Se contactababa con los distintos "grupos fácticos" que operaban dentro del partido y se iban asegurando votos hasta sumar la mayorían necesaria. Estos votos pagaban peaje, como le pasó a Zapatero en 2004 con los llamados renovadores de la base que luego provocaron el Tamallazo que acabó con Esperanza Aguirre como presidenta de Madrid.
Las primarias de 2014 tuvieron las mismas caracteristicas de rivalidad entre clanes que en los congresos anteriores. E. Madina y P. Sanchez eran dos jovenes de la cantera del partido apoyados por distintos clanes: el de Rubalcaba y el de Susana, que fue la que ganó por goleada.
Afortundamente, Pedro supo vestir el traje de S.G., intentó formar gobierno, y finalmente se negó a apoyar la investidura de Rajoy, aunque esa actitud le acabara costando el puesto. Por está razón las primarias tienen esta vez un planteamiento distinto: un candidato, que ya no es el mismo de 2014, pegado a las bases, frente a una candidata apoyada por una alianza de clanes, sindicato de cargos y jarrones chinos y apoyados por los mas poderosos medios de comunicación audivisuales y escritos.
He titulado este artículo, "Cuando gane Pedro" en vez de "Si gana Pedro" como era mi primera intención, porque según avanzan los días, la fuerza de P. Sanchez y sus partidarios crece más y más y cada vez parece más difícil que no se convierta en nuestro próximo Secretario General, a pesar de los poderosos adversarios que tiene enfrente.
Algunos veteranos compañeros del PSOE temen que si gana Pedro el partido se divida, no comparto esa tesis, porque es ahora cuando el partido está dividido gobernado por una minoría aristocrática que cree que es de su propiedad. Cuando la militancia recupere su partido, seguramente con una mayoría muy amplia, el PSOE recuperará una nueva unidad sobre bases auténticamente socialistas. En ese momento, los compañetos que han sido los responsables de esta situación deberan dar un paso a un lado pues no se merecen estar en los organos de dirección. No sobra nadie en el PSOE, pero los responsables de este desbarajuste deben salir de la dirección